…y estoy guapa
No, yo no (bueno, yo tampoco estoy mal, ¿eh?), pero no se trata de que de repente mi autoestima haya alcanzado límites históricos, sino del título de la última obra del insigne dramaturgo (a mí me gusta más escritor de comedias, como Lope, porque dramaturgo suena a octogenario y como que no me pega), humorista, guionista, letrista, marionetista (todo pega con artista) y diseñador de videojuegos (sí, sí, el Hombre Tecnológico no es único en su especie), Luis Felipe Blasco Vilches. Seguro que me he dejado algo, porque en este caso el término multidisciplinar se nos queda un poco corto (¿pandisciplinar? bueno, tampoco nos pasemos…)
El montaje de «…y estoy guapa» nos llega por obra y gracia de la compañía teatral Tenemos gato, formada por el propio Blasco Vilches y los actores Cristina Rojas y Homero Rodríguez, cuyo propósito, según sus propias palabras, «es hacer teatro para que la gente sea feliz». Anoche yo desde luego lo fui (y creo que las otras cerca de 80 personas que presenciaron el preestreno también, pero quién soy yo para hablar en su nombre).
La función la dirige Julio Fraga, un profesional con más de 40 espectáculos a sus espaldas y un currículum que no me cabe en este post, por lo que os recomiendo su página web, la que además ha tenido el exquisito gusto de ambientar con la maravillosa «Yumeji’s Theme», composición del recientemente fallecido Shigeru Umebayashi para la película de Wong Kar Wai «In the mood for love» (si os digo que sale en un anuncio de El Corte Inglés acabaríamos antes, pero entonces no sería yo).
Decir que la obra me gustó, sería como decir que la tortilla de patata de mi madre «quita el hambre». Quienes me conocen bien saben que mi capacidad crítica se encuentra situada en algún lugar de mi mal organizado cerebro que conecta directamente con el lagrimal, por lo que si una pieza artística de la disciplina que sea está tocando mi fibra sensible, no puedo evitar las lágrimas. Así tengo mi propia clasificación en función de cuanto me haya gustado, y a «…y estoy guapa» le concedo 4 kleenex (y no le doy 5 porque en el teatro da mucha vergüenza llorar y me tuve que contener en muchos momentos).
Los que hemos visto los anteriores montajes de la compañía vemos una clara evolución tanto en la temática como en la madurez de sus trabajos, aunque siempre desde ese estilo que mi querida Susan y yo llamamos «binólogos» y que cada vez más y más se intercalan y superponen de una forma que enfatiza al mensaje de los personajes:
«Con problemas de doblaje» era una comedia disparatada (interpretada por el propio autor con Cristina Rojas) sobre las primeras relaciones sexuales y sentimentales en la juventud con un montaje plagado de todos los recursos teatrales imaginables (marionetas, voces pregrabadas, sombras chinescas, creo recordar…?).

En «La naranja completa» los personajes ya estaban atisbando la madurez y sus relaciones se volvían más complejas, el montaje más sobrio, más depurado, pero el género seguía siendo la comedia pura y dura (y nunca mejor dicho porque estaba plagada de chistes «de los que joden» con los que muchas veces no puedes evitar sentirte identificado, quizá demasiado…)
En «…y estoy guapa» ya no hay lugar para correr por el escenario con un plátano en la mano. La vida ya ha dado cuenta de unos personajes que, sin perder la comicidad (divertidísima, el momento «lista de la compra» es muy brillante y como en casi todas sus obras, de un conocimiento de la realidad femenina, por no decir de lo brujas que podemos llegar a ser, que asusta), tienen un poso de desengaño y amargura como el que tenemos (en determinados momentos, claro) los que ya le hemos visto las orejas al lobo. La pérdida de la inocencia, el olvido de los sueños de juventud, la rutina como antídoto para el romanticismo… Todo ello está plasmado con una gran sensibilidad que proporciona una experiencia muy conmovedora. Y sin embargo el mensaje de la obra, es optimista, es decir, que la vida, mientras se te escurre, hay que vivirla.
Homero Rodríguez y Cristina Rojas están estupendos. Y además son grandes actores ;p (se nota bastante el rodaje de la gira de «La naranja»). Homero está entrañablemente genial como ese «hombre corriente», aparentemente insensible pero muy sufrido y que dice las cosas como son.
Y sobre Cristina, qué os voy a decir… Me encanta, es de una expresividad asombrosa (el «momento insomnio» es de traca), tiene una capacidad infinita para emocionar («no os asustéis que esto no es teatro interactivo», pero dan ganas de bajar al escenario a darle un abrazo, y lo haría si no fuera porque entones parecería una fan enloquecida de la Pantoja), canta y baila con una gracia tremenda,,, Qué más se puede pedir.
En resumen, es una función preciosa para reírse a gusto y emocionarse, llorar (opcional) y quedarse más a gusto todavía. Si tenéis la oportunidad no os la perdáis, aunque si la vida es justa, las cuatro representaciones del preestreno van a estar seguidas de una larga gira y de un reestreno por todo lo alto como con «La naranja». “Dios mediante”.
«…y estoy guapa» estará en la sala Tarambana de Madrid a las 21:00 horas todos los miércoles de septiembre. La entrada cuesta 8€ y os recomiendo que reservéis porque lo va a petar!!!
«La naranja completa» se reestrena el 23 de septiembre en el Pequeño Teatro de la Gran Vía, y si un Armagedón no lo impide, estaré allí para contarlo.
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AMÉN!!!
Querida Geena:Esto me hace pensar que cuando coño nos vamos a estrenar juntas en el teatro, que a este paso me veo haciendo de la casa de Bernarda Alba en versión Resident Evil, coño ya!!Siempre tuya,Susan
Eso, eso, que el teatro da mucho prestigio, que dinero, fama y glamour ya tenemos demasiado…XXXGeena
Me encantó la obra, mucha autenticidad! Enorabuena!
Me alegro de que te gustara. La verdades que es una pasada!Saludos