“I left my head and my heart on the dance floor”: Concierto de Lady Gaga (Madrid, 12/12/2010)
13 diciembre, 2010 19 comentarios
Supongo que lo primero que hay que decir (para los morbosos que ya pueden dejar de leer y ahorrarse tiempo, porque además esto es lo más petardo que he escrito desde que dejé de tener un diario, aviso…) es que no hubo disfraz (al menos no más de lo habitual…). Una combinación de falta de tiempo, ineptitud y algo de sentido del ridículo (que pensé que ya no me quedaba) impidió que recorriese en metro medio Madrid arriesgando mi integra dignidad. ¡Siento haber creado una expectación interrupta!
Sí que me pinté los ojos “Gaga style” y ya me pareció una hazaña sin par (que el ojo no pare de temblar dificulta enormemente el trazo de una línea recta) y llegué tarde media hora a mi cita, yo que SIEMPRE soy puntual. Además, toda esa pintura extra ya me tuvo bastante incómoda toda la noche y con una sensación de “de ésta pillo conjuntivitis” que no pienso repetir…
Y el resultado encima ni siquiera se aprecia en la única foto que tengo del evento porque como soy tan previsora, me llevé la cámara de fotos sin batería (por no hablar de que se me olvidó llevar un papel y tuve que apuntar la lista de canciones en un ticket de compra del Caprabo…)
La cámara me daba miedo que me la quitaran en la puerta y la metí debajo del vestido (o lo que sea eso, que no está muy claro…) y justo cuando me tocó el turno del cacheo se cayó al suelo a los píes del Señor Intimidante que tenía en frente. Qué sería de mi vida sin estos “momentos Briget Jones” que tanto me caracterizan… Menos mal que el hombre hizo como que no se daba cuenta y me soltó un “Nada de nervios” (muñeca, añadí yo en mi cabeza…)
Al final me decidí por el look “Lore-Lore Macu-Macu”.
El caso es que sí que estaba bastante nerviosa porque, gracias a uno de los decididos efebos con los que iba, nos aventuramos a intentar entrar por la zona para las localidades de grada sin esperar la interminable cola que recorría sin piedad el Cortylandia y suponía que que nos dirían en algún momento que “verdes las habían segao”, pero vamos, que si luego entraron sopotocientas personas con entradas falsas, pues lo nuestro fue como de chiste.
Una vez dentro, Herr Brühl y yo nos ponemos en modo “Susan y Geena ” (vamos, insoportables en grado sumo para todo aquel ajeno a nuestro rollo…) y ya es un no parar…
Yo soy la guapa y Susan es la lista…
Como Susan es más bien pequeña (lo eres, nena, has sido toda la vida un retaco así que ahora no te pongas digna y no me digas que yo soy una fresca y no me lo restriegas…; no como yo, que me caracterizo por unas piernas interminables…), decidimos no meternos en todo el mogollón donde no verá, la pobre, más que las etiquetas de los vaqueros de los miles y miles de gays que abarrotan el recinto.
Sorpresa-sorpresa, que hay teloneros: Semi precious weapons resultan ser esta loca descocada y sus amigas chonis de New York City (bueno, eso dicen ellas, pero Susan, que desde que lo dejó con Tim sale más que la Linsay dice que “no way”, que esas bitches son de Jersey, si lo sabrá ella…). El caso es que hacen un trash rock que no está del todo mal, pero que como estamos en plan “la Gaga manque pierda”, no nos interesa nada y no podemos hacer otra cosa que partirnos con los exhibicionismos de la vocalista (todo el mundo era en femenino ayer…) y alabar su buen gusto para los botines, la muy perraca.
Hay que decir que el concierto del Monster Ball Tour empezó de lo más puntual, así que mira, por lo menos la Stefani no se puso en plan diva. Cuando se apagan las luces, nos volvemos todos locos, como podéis ver en este video. Una de las cosas que me encantó fue el musicón que nos ponían cada vez que Gaga no estaba en escena, aquello parecía una macro rave…
Como habéis podido escuchar los que tengáis orejas y hayáis llegado al final del video, empezamos por todo lo alto con “Dance in the Dark” con nuestra protagonista muy quietecita y a la vista de todos en un escenario que imitaba una calle de los bajos fondos. Con la segunda canción, que ni Susan ni yo logramos identificar (es que tampoco somos tan fans, ¿sabéis?), ya comenzaron las coreografías salvajes y el despliegue de bailarines por el escenario.
Continuamos el bailicidio con la maravillosa “Just Dance” que se enlaza con la no menos estupenda “Beautiful, Dirty, Rich”. La voz bien, como se la escucha en los discos (Susan y yo, pérfidas como somos, puntualizamos que quizá le falla un poco cuando baila, pero hay que reconocer que cantar mientras hace esos movimientos, para nosotras sería imposible sin respiración asistida). También hay que decir en su favor que la chica va muy limpia y muy bien depilada (el tinte amarillo pollo con raíces profundas entendemos que es on purpose).
De repente se nos presenta con una capa roja francamente horrorosa para interpretar “The Fame”. Yo es que no entiendo esa obsesión por las hombreras (que diga esto tiene tela con lo que yo he sido, que las llevaba hasta con el chándal a clase de gimnasia, pero ¿es que no hemos aprendido nada?).
Tras un pequeño interludio maquinero, vuelve vestida de monja transparentosa y nos canta “Love Game”, para después marcarse un discurso de los que hacen época con el que explicarnos “What’s the Monster Ball Tour all about”. Hay que ver lo bien que pronuncia y lo bien que se la entiende, que nosotras vale, que somos las dos nativas de Nueva Inglaterra, pero allí había mucha chusma y se notaba que comprendían…
El caso es que “la niña”, que es tan lista, y sin perder un segundo esa actitud tan divina que la caracteriza, nos habló de lo humano y lo divino y de la autoestima y de lo mal que se pasa en el insti. Vamos, que se metió a todo el mundo en el bolsillo y nos hizo sentir Superstars.
La actuación se reanuda con “Boys Boys Boys”, no sin antes ganarse con sus palabras a todos los gays del recinto (como si no estuvieran ya rendidos a sus píes). Y tras otro cambio de vestuario (del que regresa con un pulpo negro en la cara, que menos mal que se lo quita en seguida porque me estaba agobiando), nos canta “Money Honey” y después, la inigualable “Telephone”.
Entonces se sienta en un piano en llamas y realiza una interpretación de “Speechless” (mi favorita últimamente, aunque sea una moñada de momentazo en ciclo 1, yo me entiendo…) que a mí me deja con la boca abierta. Está claro que sentadita canta mucho mejor, y además aquí se le notan sus orígenes jazzísticos. También podemos disfrutar de “You and I”, un adelanto de su próximo trabajo “Born This Way”, y “la niña” me pone un poco de los nervios tocando el piano encima del asiento y encorvada como un siete: siento que le va a dar una lumbalgia en cualquier momento y se nos va a fastidiar medio concierto.
Para cantar “So Happy I Could Die” se nos pone un traje blanco maravilloso y me la suben en una peana, en uno de los momentos más bonitos de la actuación.
Esta foto tan divina me la ha «prestado» Verobe de su también divinísimo blog. Gracias!
Esta chica pasa de lo sublime a lo grotesco sin solución de continuidad (y lo digo desde el cariño más profundo) y vuelve al escenario vestida de la mopa que usa mi madre para quitarle el polvo al parquet. No he encontrado foto y no me extraña, no creo que ningún fan quisiera inmortalizar ese momento. Así que el hecho de que esté interpretando “Monster” tampoco es raro. A esta le siguen “Teeth” y la muy jaleada “Alejandro”, que nosotras la bailamos, pero gustarnos, lo que se dice gustarnos, no nos gusta ;p.
Entonces llega otro de los platos fuertes, “Poker Face”, con la que disfrutamos de lo lindo. Y luego otro discursito de la Stefani que además se nos arranca el corazón en un momento de lo más gore.
Sabemos que ya queda poco para terminar (más que nada porque tampoco queda ya mucho repertorio), pero lo que no sabíamos era que íbamos a presenciar la lucha cuerpo a cuerpo de la Gaga con un Melanocetus Johnsonii (vamos, lo que viene a ser el pez abisal de Nemo) en versión XXL mientras las enfervorecidas hordas de fans de desgañitan al frenético ritmo de “Paparazzi”.
Y para terminar, un “Bad Romance” como una casa entre el delirio colectivo. No creo que haya nada más que añadir…
Después, todas a Chueca, una cenita tardía pero de lo más necesaria, y a darlo todo en los antros más selectos Down Town (y rodeadas de hombres, como a Susan y a mí nos gusta estar).
“We did it honey b! Now let’s go far far away from here”
“You promise we’ll never come back?”
“I promise.”
Las canciones del concierto (gracias a la inestimable colaboración del Especialista Mike:)