“Buenas, soy la crisis de los 40”. “Pero… si todavía no toca!” “La obsolescencia programada es lo que tiene: los 30 ya no duran como antes…”
16 marzo, 2011 15 comentarios
Os prometo que yo estaba dispuesta a escribir un post sesudo y super concienciado en el que pensaba mencionar a Ahmadineyad (o como se llame el ojos de mico ese), el tema de la amenaza nuclear (“nucelar”, la palabra es “nucelar”, vía el insigne Jos) y la condescendiente ignorancia de los americanos, pero es que no me quito de la cabeza una cosa que me ha pasado recientemente y, bueno, pues ya sabéis que cuando se me mete algo en la cabeza, me lo tengo que sacar a golpe de blog…
Resulta que en una conversación de lo más inocente me hacen caer en la cuenta de que no tengo 35 años como pensaba en ese momento (soy fatal para los números) sino que, de hecho, en unos cuatro meses me voy a poner en la fatalísima cifra de 37. Lo primero que piensas: He perdido un año de mi vida! (Como Phoebe cuando llegó a los 30). Y lo siguiente: Ya es oficial. Soy vieja.
Lo bueno es que no estoy sola (sí, ya sé que mal de muchos, consuelo de ancianos prematuros), porque esta sensación de pánico a envejecer se está extendiendo como una plaga entre mi entorno. Y resulta que no es sólo el tema de ser conscientes de que dentro de muy poco llegaremos al, en el mejor de los casos, paso del ecuador de la vida; sino que además la palabra “crisis” acapara las conversaciones, como lo hacían en otras épocas “parciales de Febrero” o “pedo gordo”.
“Demi Moore: ¡maldita seas, te odio a muerte!”
Resulta que llevábamos un montón de años luchando para hacernos un hueco en el mundo y construyéndonos ladrillo a ladrillo nuestra propia vida, y ahora que ya tenemos la independencia económica a través de un empleo estable (vale, quizá no es el trabajo de tu vida pero sí tienes un sueldo decente que paga las facturas holgadamente y un cargo rimbombante, que, aunque no es lo que parece, queda super fardón en las tarjetas de visita), un lugar que puedes llamar tuyo (vale, que seguramente sea del banco o del arrendador, pero mientras pagues, nadie vendrá a desalojarte con bombas de gas lacrimógeno y eso, quieras o no, pues da tranquilidad), una relación sentimental satisfactoria (vaaaaaaaaaale, que a lo mejor hace ya un rato que “Pasión” decidió fugarse con “Sexo a Cualquier Hora” a vivir su romance desenfrenado en Bahamas, pero oye, que estos desertores fueron sustituidos por “Cariño Sincero” y “Complicidad a Espuertas”, un matrimonio tranquilo pero bien avenido…) y unos hijos preciosos (vale, vale, vale: no es como te lo pintaban esos amigos desleales que te decían que era lo más maravilloso que les había pasado en su vida; en realidad se parece mucho más a una cadena perpetua con abrazos muy dulces), empezamos a preguntarnos si todo eso es lo que queremos para el resto de nuestra vida, y si estaremos a tiempo de hacer todas aquellas otras cosas que ya hemos olvidado que soñábamos.
Así que allá donde voy los trending topics son: a) la horrible sensación de que tu carrera profesional se basa en los sólidos cimientos de la inercia, b) el piso en propiedad: una forma complicada y muy cara de suicidarse lentamente, c) la extinción de la monogamía en la sociedad de consumo actual, y d) este niño no me come.
Es cierto que hay algunos afortunados que se escapan a este paradigma (o es que simplemente no se paran a pensar lo suficiente en sus propias vidas como para sentir como ese desagüe los atrae como un agujero negro succionador de energía).
Y da mucha congoja compartir momentos con gente de la generación posterior, sí, esos lozanos, entusiastas y extrañamente lúcidos sujetos de veintitantos que todavía andan montados sobre la vida antes de que ésta se les encabrite, les tire al suelo y les haga correr tras de ella con cara de idiotas (aunque francamente, a veces pienso que a ellos ya les han enseñado de otra manera y se han asegurado de ponerle un localizador para encontrarla por GPS cuando se les despista).
¿Cómo saber si estás en la crisis de los 40 anticipada? Pues si acumulas varios síes a estas preguntitas:
1. ¿Te has despertado alguna vez en mitad de la noche gritando “¡El euribor, el euribor, noooooooooooooo!” o tienes pesadillas recurrentes en las que Pepín Blanco anuncia una nueva subida en las tarifas de la electricidad?
2. Especialmente si eres hombre ¿has empezado recientemente a practicar algún deporte o actividad de riesgo como el parapente, el esquí extremo o el salto en paracaídas, cuando lo más arriesgado que habías hecho en tu vida es cambiar del Eurosport al Teledeporte?
3. Especialmente si eres mujer ¿llevas en tu cartera un papelito con la inquietante y misteriosa palabra “Xhekphon” escrito en él?
4. ¿Perteneces a la siniestra secta del Naturhouse, y añoras la época no tan lejana en la que lo único que tenías que hacer para adelgazar era salir de marcha un par de findes seguidos?
5. ¿Te estás planteando seriamente la idea de hacerte algún tipo de operación de cirugía estética y todavía no tienes muy claro que te urge más arreglarte, si la cara o el culo?
6. ¿Te descubres a ti mismo pensando en las ganas que tienes de ir a bailar, pero cuando te das cuenta de que no tendrías ni la menor idea de dónde ir te recuestas en tu sofá y te tapas con tu mantita con placidez mientras agarras el mando del disco duro?
7. Especialmente si eres mujer ¿has empezado a sentir que la lujuria está dejando paso a la ternura cuando te cruzas con impresionantes señores de autoridad uniformada que tienen como 10 años menos que tú?
8. Especialmente si eres hombre ¿ahora miras de reojo en lugar de con todo descaro (y sintiéndote un viejo verde) a las chicas jóvenes que encima te llaman “señor” cuando te piden la hora?
9. Si eres mujer ¿no evitas pasar por una obra y maldices la crisis del ladrillo porque cada vez hay menos oportunidades de recibir un piropo, por bestia que sea, que te suba la autoestima durante las próximas cinco manzanas?
10. ¿Te has sonreído leyendo este post?
No te preocupes, tiene solución. La receta: Repítase a sí mismo tres veces al día la siguiente frase a modo de mantra hasta su perfecta asimilación: “Los 40 son los nuevos 20. Los 40 son los nuevos 20. Los 40 son los nuevos 20”.