Monidala Jones y el Templo Sudadito
22 marzo, 2011 18 comentarios
No pensaba yo escribir una entrada hoy, pero es que he vuelto a vivir uno de esos momentos Bridget Jones que tanto me caracterizan y claro, lo tenía que compartir. Me lo podría callar, pero es que entonces sólo me reiría yo, y además que esto que yo llamo “Maketing Inverso” es muy útil para ahorrarse admiradores de esos pesaos que te regalan diamantes auténticos y te ponen pisos en la Castellana, puagh, qué ascazo, oye…
Como cada mañana, he ido a dejar a la peque en el cole y después iba con mucha prisa hacia el gimnasio porque sabía que había una clase de Mejoramiento Físico pero no estaba muy segura de a qué hora era. ¿No os habéis fijado en que cuanto más prisa tengáis más veces tendréis que parar en cedas y pasos de cebra? Yo hoy he tenido que parar en absolutamente todos los pasos de peatones desde el cole a mi casa y desde mi casa al gym. Os juro que me he sentido como en “El Show de Truman” y me he imaginado a un maquiavélico realizador diciendo: “Anciano Decrépito Con Un Píe En La Tumba preparado para cruzar en… tres, dos, uno y… ¡ahora! Despacio, despacio, sin prisa”. Y yo lo único que podía pensar es: “Por Dios, que no se muera el viejo en mitad del paso de cebra, porque entre que viene el forense y levantan el cadáver… entonces sí que no llego a la clase!”
Total, que me ha dado tiempo a llegar justito porque al salir del vestuario la clase acababa de empezar, así que he entrado con el consiguiente corte de ser “la nueva que además llega tarde”, me disculpo, me busco un hueco, me coloco y, cuando miro a mi alrededor, me doy cuenta de que todos los demás son mujeres de sesenta años para arriba. “Bueno, digo yo que estas señoras también querrán mejorar…” Se ve que me he perdido en esta Disneylandia del Sudor y me he confundido de clase, pero como soy medio tío y me da vergüenza preguntar, me he comido enterita la clase de las yayas, que por cierto luego me he enterado que se llamaba “La Edad de Oro” ¿no es lo más surrealista y buñueliano que habéis oído?
Jo, me ha recordado a aquella vez en un resort de Puerto Rico que me apunté a una clase de Aquagym porque el profesor estaba más macizo que los leones de Las Cortes y acabé teniendo que darle un masaje en los hombros a la señora más gorda que he visto en mi vida. Toma, eso por rijosa…
La cara del monitor al verme salir de esa clase era un poema (yo he pensado: “Ya me conocerás, que estas cosas me pasan a mí últimamente muy a menudo…”) , pero vamos, que os diré que las abuelas, ahí donde las veis, están de un en forma que asustan, y ha habido un par de momentos que he estado a puntito de rilarme. No quiero ni pensar qué va a ser de mí mañana en una cosa que se llama GAP, que sólo espero que no sea Gilipollas A Porrillo, que yo hoy ya he dado la nota bastante…
Después me han pasado a la Zona Torquemada y me han sentado en distintos aparatos de tortura con diferentes niveles e intensidades de dolor. Uno de ellos no lo entendía y he pensado que me iban a poner a planchar (horror! prefiero la muerte!), pero no. Resulta que había que ponerse mirando a Cuenca y en posición de “Va a ser Ud. sodomizado. Relájese y disfrute”. La verdad es que me ha costado mantener la dignidad en una sala con espejos por todas partes y aguantar el tipo para hacer los ejercicios sin poner mi cara de sexo… Por suerte una de las primeras cosas que he comprobado es que allí no conocía ni a Dios. Uf, menudo alivio, que no habría nada peor que encontrarse allí a algún ex o similar…
Y para terminar, me han subido en la Cinta Transportadora Humana y me han puesto a andar como si llegara tarde a misa. En un momento dado, he visto de refilón una cosa que temblaba como si fuera gelatina Royal y me he querido dar la vuelta para comprobar si aquello era mi culo (que lo era, por cierto), pero entonces he pisado fuera de la cinta, me he desestabilizado y todo mi cuerpo se ha precipitado hacia delante… Menos mal que en el último momento mis reflejos de Kunoichi me han permitido agarrarme y no me he llegado a caer; pero ha sido demasiado tarde, he tenido que escuchar las risitas mordaces de un par de cachas de esos que la tienen pequeña. Qué asquerosos. Ya me gustaría verlos a ellos haciendo… no sé, algo que yo haga bien y ellos no. HIjosdeputa!
Aunque por otra parte se me ha ocurrido pensar que debo de ser diurética, porque todo el mundo se mea conmigo… ;p