Juego de Tronos (Game of Thrones S01E02)

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[Hay spoilers del capítulo.]

Puf, me vais a matar, pero es que el capítulo de hoy («The Kingsroad») no me ha gustado nada… Bueno, igual estoy exagerando, pero es que pasada la euforia inicial, todo me está empezando a parecer… no sé… como envasado al vacío.

Todo no, hay que ser justos. Pero es que los únicos momentos que me parecen realmente excitantes son aquellos en los que aparece algún Lannister (menos Joffrey, a ese sigo sin aguantarle y además ahora me parece que tiene cara de no ser de este mundo, pero para mal, no sé si me entendéis…) y eso que todavía no estoy en “esa fase”. Si no está Tyrion diciendo frases estupendas o el Follahermanas y sus hoyuelos, o la perraca de Cersei en plan “soy el mal encarnado” (por cierto, ¿por qué se inventan cosas???) el tema no hay por dónde cogerlo. Por lo menos hoy… no sé qué me ha pasado, igual soy yo, ¿eh?

Jorah Mormont

Sí que me está gustando como queda Jorah Mormont, que es un personaje interesantísimo y del que siempre apetece saber más…

Y ojo, que el momento Catelyn luchando con el intruso que pretendía matar a Bran me ha encogido el estómago… Después, cuando ha entrado en acción el huargo ya no, se veía falso y parecía que el lobo se lo habían tirado a los brazos al hombre. El “juicio” de Arya (joder qué cara de pekinés tiene la niña esa, por cierto…) ha sido otro momento emocionantillo, ma non tropo, que hay cosas que al verlas representadas hasta me resultan ridículas, fíjate tú, con lo que he llorao yo por Dama

Lo peor de todo es que mis dos personajes favoritos salgan tan mal parados: Jon Nieve es, definitivamente, un triste. Si no va a enseñar six pack mejor que no lo saquen, porque esa cara de pena permanente y como de “cuánto sufro, soy un bastardo” me pone a parir. Joder, ni que fuera Hamlet… Y, de nuevo, ¿por qué inventan?? No, si al final voy a resultar más papista que el Papa, yo…

Y esta chica tan mona que hace de Daenerys (sí, ya sé que se llama Emilia Clarke, pero dejadme que me salgo del papel…) cuando está calladita y sólo mira hacia Poniente está muy bien, en plan anuncio de perfume, pero no sé yo si algún día podremos ver la sangre del Dragón… Le voy a dar el beneficio de la duda por la escenita pseudo lésbica (aquí no voy a preguntar ¿por qué inventan?? porque ya lo sé, para calentar al personal, está claro). La escena de después con Drogo: a mí no me ha dado ni frío ni calor, y eso no es bueno, sobre todo teniendo en cuenta que en el libro, uf…

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A veces es de agradecer que los guionistas se decidan a hacer tangibles las elipsis, más que nada porque mi imaginación no suele llegar a tanto…

También hay que tener en cuenta que en la serie las cosas pasan muy rápido, es como si lo estuviera viendo todo en fast forward y ahorrándose un montón de detalles. Igual ese es el problema, que una de las cosas que más me gustan de estos libros son los detalles. Pero es que los detalles son importantes, son los que te ayudan a conocer a los personajes y a saber porqué hacen las cosas que hacen y las que hicieron…

El Muro me ha gustado, es quite impressive así visto de lejos (veremos cómo queda más de cerca), pero en general en varios momentos (en algunos interiores y con los dothraki o a lo largo del Camino Real) la realidad me ha golpeado en la cara: es sólo televisión. Y hasta he pensado que habría estado mejor si hubieran hecho una peli como con “El Señor de los Anillos”, que el presupuesto sería mayor y no se verían esos extras haciendo las cosas como sin ganas. Pero claro, necesitaríamos una peli de unas veinte horas, ese es el problema, que diez episodios me parecen poquísimos!!! ¿Soy sólo yo? No he leído nada todavía de los demás así que es probable que sigan flipando…

Anyway, veremos a ver si en el próximo episodio recupero la ilusión, porque mi segunda lectura de “Juego de Tronos” no sólo me ha descubierto cosas fascinantes, sino que además está haciendo que valore infinitamente más la obra y eso hace que las expectativas para con la serie sean mucho mayores. Como me lo lea una tercera vez R. R. Martin me va a tener que poner una orden de alejamiento. Qué Dios nos asista…

Arac Attack (Ellory Elkayem, 2002)

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Anoche me vi dos pelis seguidas en la tele pública (qué bien está eso de que no pongan anuncios, madre mía…): “Invasión” (que igual si me animo también la comento, lo que pasa es que me da miedo que los fanses de la Kidman y del Craig me retiren el saludo) y ésta, que sé que la vimos en casa en Frankfurt en su día, pero yo no le presté mucha atención, estaría yo en una “fase Ingmar Bergman” o similar y claro, estas peliculillas me debían de parecer una pérdida de tiempo.

El caso es que “Arac Attack” entra desde ahora mismo en la categoría de Pelis Belcro, de la que “Fantasmas de Marte” de Carpenter es el principal exponente: pelis, a priori más malas que un dolor, pero que como las pilles por ahí en algún canal, aunque estén empezadas, te las acabas tragando hasta el final.

He dicho a priori malas porque “Eight Legged Freaks”, que es su título original y a mí desde luego me pone mucho más (me hace evocar ese montón de patitas corriéndome por todo el cuerpo y me entran ganas de fumigarme), es una gran película. Me explico, no sea que me expulsen del Club de Lectura Generación Perdida (por esto o porque se enteren de que he plagiado a William Faulkner…): no es cine de autor, ni pretende descifrar los enigmas que componen la esencia del ser humano, tampoco es una fuente inagotable de hallazgos del lenguaje cinematográfico. Es una peli que homenajea/parodia el cine de monstruos de serie B de los 50’ y que triunfa plenamente en su pretensión de entretener y dar yuyu. Ni más ni menos.

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“No me estoy encontrando pero nada bien…”

El punto de partida es sencillo y a la vez más tópico que una pomada: en un pueblo de la América profunda que ha vivido tiempos mejores, unos residuos químicos hacen que las arañas de un criadero adquieran proporciones épicas. A partir de ahí todo es caos y descontrol. Una gozada.

Tenemos un protagonista masculino plano pero no exento de cierto atractivo: Chris McCormick es el hijo del fallecido dueño de la mina del pueblo que antes daba trabajo a sus habitantes y que ahora está abandonada. Chris dejó el pueblo hace diez años y ahora ha vuelto (joer, pues me parece que es tan gafe como la Jessica Fletcher…), más que nada porque está enamorado de la Sheriff y no la ha podido olvidar en todos esos años. Es que el argumento gana enteros cuando lo analizas, ¿no estáis de acuerdo??

A este buen mozo lo interpreta, primero con perilla y luego afeitado, el marido de Courtney Cox y hermano de sus hermanas, David Arquette, un tío que no voy a negar que me pone tontita. Me sabe mal que al pobre no le haya ido demasiado bien en su carrera (aunque si tenemos en cuenta que por esta peli se embolsó cinco millones de dólares, la que da pena es MI carrera…) y, de hecho, recientemente ha estado en un programa de rehabilitación “to deal with alcohol abuse and other issues” (y aquí es cuando yo me enamoro, claro…).

David Arquette

Me lo envuelva, por favor. No, qué coño, me lo llevo puesto!

Luego tenemos a la Sheriff Samantha Parker (Kari Wuhrer, yo no la conozco de nada, pero reconozco que está muy buena…), la típica mujer fuerte y sensata madre del típico niño friki flipaete de las arañas (o dinosaurios o tiburones o lo que se tercie en cada momento) y de una Scarlett Johansson típicamente adolescente en fase totalmente abofeteable y con el sempiterno complemento de noviete salido de turno (lo siento chicos, no he encontrado fotos apropiadas, pero no veáis qué bufas gastaba ya la moza!).

la madre y la pata

“Os he dicho cienes y cienes de veces que recojáis vuestra habitación y que no me traigáis bichitos a casa.”

Me ha sorprendido lo bien que se conservan los efectos de esta peli. Bueno, en su día y aunque tenga ese look de serie B ya les debió costar un pastizal hacerla (y tampoco es tan antigua, no tiene ni diez años…), pero es que hay que ver las arañas lo bien hechas que están: las hay corredoras, saltadoras, de esas que se ocultan en el suelo y ponen trampas… Pero las que flipan especialmente son la tarántula y, sobre todo la tejedora hembra. Un mal rollo tremendo.

A mí en los momentos de apocalipsis arañil por todo el pueblo me ha recordado mucho a “Gremlims” con ese punto sádico pero a la vez muy cachondo (sobre todo en las reacciones de las arañas, que hasta gritan las cabronas), y en algún otro me acordé de “Temblores”, que es otra que me gusta un montón y fíjate, que ya va tocando volver a verla.

Tarántula

Mira, una que es más peluda que yo…

Total, que me lo he pasado bien, me he echado unas risas y esta noche ni se me ha ocurrido dejar ni la más mínima parte de mi cuerpecillo serrano fuera del edredón, no fuera a sentir el inquietante cosquilleo de unas patitas sobre mi piel… ¡Dios, qué repelús!!!