¿Otra vez tú? (Andy Fickman, 2010)

Otra vez tú

Mira que se hacen pelis innecesarias en los últimos tiempos, pero en el caso de esta presunta comedia para mujeres (la comedia en general debería estar ofendida, pero las mujeres ya ni te cuento…), además de la eterna pregunta (“pero ¿quién pone la pasta para producir este rollo pollo”?), uno no puede dejar de pensar: “¿qué hacía esto en mi disco duro??” por que no hay recuerdo de habérsela bajado…. Yo creo que a veces las pelis almacenadas se reproducen de manera espontánea y gestan estos pequeños engendros cinematográficos sin sentido por pura fricción. En este caso también me cuesta identificar a “los padres” de la criatura. Para su improbable nacimiento habría que haber frotado con ganas “Guerra de Novias” con los peores descartes de “Ponte en mi lugar” y “Las seductoras” y añadirle un pedo que se tiro Betty White durante el rodaje de “Las chicas de oro”.El resultado es este subproducto de la comedia femenina casposa americana que podríamos denominar “pelea de gatas”.

La cosa comienza, como no, en ese templo de los horrores llamado la típica american High School. Si el instituto ya es un lugar horrible per se, en los Estates nos lo venden poco más o menos como ser un Stark en la Boda Roja (o un hugonte por San Bartolomé o un judío en la Kristallnacht). Marni (una Kristen Bell mal caracterizada para que parezca que no está buenísima) es la típica loser del insti torturada por la tipiquísima Capitana de las Animadoras/Reina del Baile/Novia del Quaterback/Arpía Oficial, la guapa-que-jode Odette Yustman, que en la peli atiende al tierno apodo de J. J., para nosotros yei-yei (mira, como el Abrams….).

Marni Super Loser

Muchos la conoceréis como Veronica Mars, otros como Lucy Stillman, el resto, sois afortunados… Aunque este truño no haya colado nos la seguirán intentando colocar porque esta chica está en promoción.

Unos años después, volvemos a encontrar a la adorable rubita como atractiva y triunfadora publicista a la que acaban de nombrar VP de la firma en Nueva York, pero que ha de volver a su pueblo natal para la boda de su hermano con su futura cuñada, a la que todavía no conoce y que… tachán!, resulta ser su archienemiga de pubertad, la víbora J.J. reconvertida en Joanna y en enfermera samaritana y buenrollista que se ha camelado a todas su familia (incluido el perro, y eso sí que debe de joder…) pero que no tardará en sacar a la guarra que lleva dentro, así que Marni conspirará para separar a su hermano de su prometida. Lo que podría ser un argumento prometedor se convierte en una absurdez de lugares comunes y una orgía de personajes planos.

A estas alturas no tengo que decir que la película es mala de solemnidad, más aburrida que el B.O.E. y con menos gracia que un juanete en la procesión del Corpus. Que se haya desperdiciado la presencia de las más que solventes (y todavía estupendas) Jamie Lee Curtis o Sigourney Weaver puede tener un pase, al fin y al cabo ya están las pobres en esa edad en que todos los papeles buenos de Hollywood se los reparten entre Meryl Streep y mi íntima amiga Susan Sarandon (bueno, Jamie como reina del slasher en los ‘70-‘80 no podría aspirar a esos papeles de futura nominada al Oscar, pero su vis cómica está más que demostrada…); pero que cuenten con Betty White, una señora con siete Emmies a sus espaldas, una reina absoluta de la comedia cuya sola presencia hace gracia, que además está en plenísima actualidad y éxito por la serie “Hot in Cleveland” (no la he visto, pero habrá que buscarla…) y que le hagan decir esa sarta de chorradas sin chispa, es de juzgado de guardia. Joder, que esta señora tiene 89 años, aunque sólo sea por el respecto que se merece su muy bien llevada ancianidad el guionista debería haberse cortado los huevos antes de hacerle esta putada!

Pelea de gatas!

“Prepárate, porque te voy a moñear all over the place!!”

Pero esta abominación fílmica me ha dado pie a dos reflexiones: Una, que me he dado cuenta de la razón por la que una mala crítica es tan agradecida: además de las obvias razones terapéuticas, en las películas con cierta calidad en algún aspecto se nos plantea la duda moral de si debemos valorarla desde otro ángulo o si quizá somos nosotros incapaces de apreciarla en su justa valía y eso puede llevar a una cierta inseguridad sobre nuestro conocimiento del arte cinematográfico o de la validez de nuestra opinión. En este caso no hay duda razonable: al paredón con ella.

El otro es el tema de fondo: ¿Por qué somos las mujeres muchas veces tan malas entre nosotras? Si hay un aspecto oscuro del universo femenino es el fatídico hecho de que nos definamos por comparación con otras mujeres. Que en ocasiones seamos incapaces de valorarnos porque creemos que nos falta lo que otra tiene (otra que a su vez no disfruta de ello por estar más pendiente de nuestras virtudes/defectos).

En un demasiado elevado número de casos, cuando dos mujeres se conocen (e incluso sólo con saber de la existencia de otra mujer con la que supuestamente rivalizan, que a nosotras el espacio-tiempo nos importa más bien poco) se produce un anti-feeling inmediato que se resume en una mirada glacial que contiene toda la sabiduría eterna (y oscura) de nuestro género. Esas mujeres jamás podrán ser amigas, es más, se convierten en enemigas eternas. Los tíos no son así: ellos se miden, entrechocan los cuernos dos o tres veces y una vez que cada uno ha quedado etiquetado, se toman unas cervezas y se ponen a explorar ese espacio común que hayan localizado. Por eso el fútbol es tan importante para la tranquilidad de la especie.

Jaime Lee y Sigourney

La pesadilla de cualquier chica: que tu némesis y tú coincidáis en el modelito y que a ella le siente mejor!!!

Somos bastante estúpidas, porque lo más inteligente seria unirse contra el enemigo común, pero bueno, que si el enemigo común es tan simple, entiendo que no es rival para nuestra retorcida mente. ;p

Dedicado a todas esas mujeres que alguna vez me odiaron: habéis sido unas enemigas maravillosas y estoy tan orgullosa de vosotras como de mis amigas!!