Sígueme el rollo (Dennis Dugan, 2011)
27 septiembre, 2011 4 comentarios
Lo mismo que te digo una cosa, te digo otra: con esta me he reído. Venga, caretas off: el Adam Sandler me pone. Me cae bien, me divierte y eso hace que le consienta más de la cuenta. Por otra parte está Siempre Rachel, o sea, la Aniston, que para mí como si fuera una prima mía (aunque como actriz deja mucho que desear y debería dejar de tocarse tanto el pelito, que se lo debe de poner perdido…).
En ésta él es Danny, un cirujano plástico que liga mogollón por el Método Fake, vamos, el de hacerse pasar por lo que no es (esto más que tendencia es pandemia nowadays, verbigracia: friki-pollas hikikomori de palo posteando a discreción desde sus dieciocho redes sociales favoritas, un dos tres, responda otra vez…) gracias a un anillo de boda reciclado, símbolo de la insustancialidad más femenina y de la mamarrachez más cabría.
En esto que pasan los años y el Anormal cree haber encontrado a la mujer de su vida, la que le hará ponerse el anillo definitivo, en las carnes de esta rubiaca indecentemente cañón.
“Bua, pues las he visto mejores…” (Sí, en las pajas de Larry Flynt, no te jode…)
Pero hete aquí que La Rubiaca descubre el anillo, y el Anormal tendrá que fingir que se está divorciando para justificar su imbecilidad crónica. Aquí entra en juego Katherine (Aniston), su ayudante, que se hará pasar por su ex y hasta le prestará a sus hijos (un par de hijoputillas mu salaos) para la pantomima.
Lo demás os lo podéis imaginar, es bastante predecible… Chistes de cacas por doquier, situaciones absurdas, mucha prótesis deformante y Sandler haciendo de Sandler enamorándose de Aniston haciendo de Aniston (uy, ¿os he hecho spoiler? Cuanto lo siento…).
“Hola, soy Adam Sandler y si al principio de una peli no salgo hecho un cromo y con este pelo polla supongo que luego cuando ya voy con mi cara no parezco nada atractivo…”
Y hasta ahí podía llegar este post si no fuera por algo que me ha dejado helada madrina (esto último, por cortesía de mi amigo Koldo): sale la Nicole Kidman!!!! Sí, amigos y fulanos que han llegado aquí buscando porno. La divina, la etérea, la toxinabotulimizada Kidman! Y además, burlándose de sí misma sin atisbo de ridículo en su espectacular cuerpo de tres metros de alto (no, en serio, roza lo monstruoso esta mujer) y encarnando a la attention whore más whore de los últimos tiempos.
Nunca la había visto así, y la verdad es que no termino de creérmelo, pero la verdad es que merece pasar a la historia aunque sólo sea por ese momento duelo hula-hula con Aniston que es lo máximo que hemos vislumbrado de su cuerpo desde la coñaza “Eyes Wide Shut” (está mucho más buena ahora, entonces estaba más seca que un bacalao). Nicole, my dear, esto te reconcilia con el mundo real, del que tanto te habías apartado.
“Y aprovecho esta oportunidad que me da Internet para decir desde lo más profundo de mi alma: Viva la madre que te parió!”
Devolvemos la conexión a los estudios centrales.