No habrá paz para los malvados (Enrique Urbizu, 2011)

No habrá paz...

No sé si habrá paz para los malvados (yo sigo confiando en algún ajuste de cuentas tarde o temprano en forma de San Martín…), ahora, lo que sí que no hay es un Dios que siga esta trama. Jesús, qué vericuetos! Se me entienda: estoy muy a favor de que se confíe en la inteligencia del espectador, pero es que en este caso hay que ser criminólogo para entender este “Torrente” (ya lo dijo el propio Segura en los Goya) meets “JFK”…

También puede ser que a mí, particularmente, el género policíaco no sea algo que me vuelva loca, y a lo mejor por ello no esté acostumbrada a seguir el hilo de tales pesquisas e indicios que, al desenredar la madeja, van conduciendo a un infierno de Dante de nombres, personajes y situaciones cada vez más horrendas. Porque, las cosas como son, al contemplar el puzle que nos ofrece la doble investigación (la de Trinidad y la de la juez Chacón), incluso aunque en el camino se nos quede alguna pieza (me encantaría verla otra vez para atar todos los cabos pero, francamente, no me apetece…), muy bonico el cuadro no es.

Santos Trinidad

Era un hombre y ahora es poli…

El inspector de policía Santos Trinidad es un borracho acabado tanto en su faceta de agente de la ley como en la de ser humano (aunque las razones por las que este otrora ejemplar pro-hombre ha caído en el pozo no nos sean por completo reveladas, ciertas pistas nos dejan traslucir algún drama familiar injusto) y apenas en los primeros planos y con muy pocas palabras ya sabemos la clase de hombre violento y al margen de todo en que se ha convertido (en gran parte radica en esto el éxito de la construcción del personaje de Coronado, que sólo con una presencia física imponente y una caracterización acertadísima tiene el 80% del trabajo hecho). Una de esas noches de borrachera acaba cargándose a tres personas pero le queda un cabo suelto en forma de testigo que tendrá que eliminar, y ahí empieza esa bajada a los infiernos que acabará destapando algo mucho más gordo.

Con los escenarios del Madrid menos glamuroso que existe, el de los vertederos, los bajos fondos, las tascas cutres, las estaciones de cercanías y los prostíbulos, Urbizu nos lleva de la mano (aunque insisto, en ocasiones nos suelte y acabemos algo pedidos) de paseo por lo más granado del mal encarnado que tenemos en esta jodidamente sucia sociedad: ese mundo B de corrupción y podredumbre que no queremos ver pero que ahí está, latiendo y en ocasiones gestando males mayores si cabe. En ese sentido el retrato es certero (y los diez minutos finales dignos de pasar a la historia de este género del que yo no soy fan, pero que estoy convencida de que allá donde esté, Peckinpah habrá disfrutado como un enano…).

Manual antimaniqueo

¿Sabes estas pelis cuando ya no sabes si vas con los malos o con los buenos? Pues eso…

Aún así (y estando muy a favor del Goya para Coronado, que consigue crear uno de esos monstruos que no nos gustaría nada tener cerca pero que, inevitablemente, se nos meten en el bolsillo y nos ponen a su favor porque en esta historia poco maniquea, mayormente porque no quedan buenos –o casi-, Trinidad acaba siendo el menos malo de los malos), no sé si no la hemos cagado cabreando a Almodóvar (que yo no tenía voto pero sí voz y fui la primera en alegrarme de la cara de cabreo del Manchego al que se le siguen hinchando las pelotas cada vez que no se lleva “el cabezón”), y sólo el tiempo nos dirá si “La piel que habito” no era mejor película que esta. Lo cruel del caso es que seguramente la mejor película española de 2011 ni siquiera haya estado nominada…

In the mood for love (Wong Kar-wai, 2000)

In the mood for love

[Ya sé que a lo mejor resulta repelente tanto cine de autor, pero cuando uno paga por las pelis que ve, se vuelve algo más exigente…Además, cuanto mayor calidad tenga aquello que veo normalmente, con más saña criticaré los bodrios que me salgan al paso y que no sea capaz de esquivar!]

Hace ya más de 10 años que anda por el mundo esta obra maestra incontestable de hongkonés Wong Kar-wai y reconozco que, además del sublime tema principal de su banda sonora (Yumeji’s Theme, de Umebayashi), utilizado hasta la saciedad por la televisión, apenas conocía algunas escenas en las que me parecía que siempre había una mujer china elegantísima con una melancolía infinita subiendo o bajando unas escaleras o un señor chino muy atractivo pero atribulado fumando y apoyado en una pared.

Y así es. Pero esto sería como decir que “Las tres gracias” de Rubens son tres tías gordas desnudas bailando en corro.

El Grito

Siniestro señor con dolor de muelas.

Con su película, Wong Kar-wai nos permite espiar la relación que se establece en el decadente Hong Kong de 1962 entre el sr. Chow, Tony Leung –contención y sobriedad en una composición extraordinaria- (redactor jefe de un diario local) y la sra. Chan (la secretaria de una compañía naviera), Maggie Cheung –fotogenia absoluta que trasciende la pantalla y que podemos palpar-, vecinos en sendos pisos compartidos que recuerdan a aquellas casas de huéspedes que nos contaba Berlanga en su cine. A pesar de estar rodeados de gente, ambos pasan mucho tiempo solos ya que sus respectivos cónyuges no suelen estar en casa (y también se ocultan a espectador), así que se hacen compañía hasta que descubren que sus parejas les engañan y son amantes. Entonces su relación dará otra vuelta de tuerca entre lo enfermizo y lo dieciochesco.

Rendez Vous

Un meublé diseñado por David Lynch.

De un romanticismo sangrante, su relación se emparenta con las grandes historias de amor trágico de la historia del arte, aunque contada sin histrionismos y con una sutileza casi embarazosa. La soledad, la espera, la pasión contenida, el momento equivocado, la nostalgia por aquello que fue y por lo que no será (no en vano el título original es “Fa yeung nin wa (花樣年華), que como todos sabemos, en cantonés significa “la magnificencia de los años pasa como las flores”), llenan cada rincón de esta película de sensaciones.

A ello ayuda sin duda su puesta en escena, siempre es espacios angostos, escorzos en los que se encuentran estos amantes como suspendidos en el espacio-tiempo. Secuencias en las que se repiten los momentos, las miradas que dicen más que los diálogos, la música que nos transporta a esos lugares del corazón donde guardamos viejas heridas que no dejamos cicatrizar a fuerza de hurgar en ellas…

inthemood1

Perhaps, perhaps, perhaps…

Y de vuelta a la tierra, el vestuario que luce Maggie Cheung. Una colección de vestidos (qípao es el verdadero nombre de esta prenda tradicional china) elegantísimos y ultrafavorecedores que hacen a esta bella actriz más estilizada si cabe y que fueron diseñados por William Chang, colaborador habitual de Kar-wai y al cargo también del diseño de producción y el montaje, además de productor de la película. Un auténtico manual de estilo.

Zapatos

Más que imprescindible, debería estar incluida en los temarios de Historia del Arte. Pero sobre todo es una gozada que se paladea lentamente y que nos va envolviendo para atraparnos y hacernos suyos. Una delicatessen que puede ser apreciada por toda clase de público (sobre todo por aquellos que hayan guardado alguna vez un secreto en el tronco de un árbol) excepto por los impacientes, que se pueden empezar a preguntar “¿cuándo va a pasar algo?” cuando en realidad ya haya pasado…

“In the Mood for Love” es la segunda parte de una trilogía formada también por “Days of Being Wild” (1991) y “2046” (2004).

Jodaeiye Nader az Simin (Asghar Farhadi, 2011)

Nader and Simin

En un momento en el que Irán está en el punto de mira con Ahmadineyad fanfarroneando (¿o no?) sobre su poderío nuclear y poniendo negro a Obama un día sí y otro también, una película iraní está de, como diría un Pequeño Colibrí, “rabiante actualidad”: “Nader y Simin, una separación” acumula ya 44 premios en certámenes en oriente y occidente, entre ellos el Oso de Oro de Berlín y el Globo de Oro a mejor película en lengua extranjera (hace unos días “La piel que habito” le arrebató el BAFTA), y otras 20 nominaciones pendientes, entre ellas las de dos Oscar (mejor película de habla no inglesa y mejor guión original del propio Farhadi).

A pesar de estar permanentemente en los telediarios (la guerra que mantuvieron con Irak en los ‘80 era la guarnición con la que comíamos todos los días), yo apenas sabía nada de esta enorme nación hasta hace unos años cuando leí “Persépolis”, la novela autobio(gráfica) de Marjane Satrapi que os recomiendo vivamente si no la conocéis. Allí me enteré de que los iranís no son árabes, aunque hayan abrazado al Islam, sino persas, y que este pueblo luchó para derrocar el régimen dictatorial del Sha para acabar cayendo en manos de los fundamentalistas que, como bien sabemos, son unos señores casi siempre con bigote o barba que parecen muy enfadados, que creen que todo es pecado y que están tan aterrorizados por la enorme capacidad de las mujeres que las anulan y ocultan bajo velos de diferente intensidad de barbarie según la región.

Persépolis

No nos engañemos: ser rebelde es más fácil en unos sitios que en otros…

La historia de esta película tiene mucho que ver con la realidad actual persa puesto que comienza con la demanda de divorcio en Teherán de una pareja de clase media debida a que ella, Simin (Leila Hatami), quiere que emigren mientras que su marido, Nader (Peyman Moaadi), no tiene intención de dejar Irán y abandonar a su padre (Ali-Asghar Shahbazi), enfermo de Alzheimer. El problema es que ambos son padres de una niña de 11 años (Termeh, interpretada por Sarina Farhadi, la hija del director) y ninguno está dispuesto a renunciar a ella.

Cuando Simin abandona el hogar familiar, Naser tiene que contratar a una mujer, Razieh (Sareh Bayat), para que cuide de su padre mientras trabaja. Pero Razieh, que está embarazada y tiene una niña de 4 años (Somayeh, Kimia Hosseini), le oculta a su extremista y perturbado marido Houjat (Shahab Hosseini) que tiene este empleo por considerarse inapropiado que una mujer esté a solas con un hombre que no es de su familia.

Separación

El mundo de los mayores es un misterio…

Me he esforzado en poner el nombre de todos los actores principales a modo de homenaje porque sus interpretaciones son tan auténticas (incluidas las dos niñas), que se podría pensar que SON los personajes que interpretan.

La película es pura verdad y, a pesar (o gracias a) ser tan localista, es de esas historias universales que retratan al ser humano y sus múltiples facetas. Todos los personajes se encuentran en medio de terribles dilemas morales y lo que está bien o mal parece cada vez menos claro en un mundo lleno de radicalismos donde la integridad está en serio riesgo de desaparecer.

Con un manejo del tiempo muy moderno en las transiciones (y un uso de la elipsis algo desconcertante, todo hay que decirlo) pero típicamente iraní en esas secuencias muy largas con cámara fija, o heredero del realismo social europeo siguiendo a los personajes cámara al hombro, la acción avanza inexorablemente y todas las escenas están llenas de significado. Además, su puesta en escena potencia toda esa ambigüedad moral en la que se encuentran los personajes. Especialmente cuando se desarrolla en el piso de la pareja, un lugar lleno de puertas de cristal que se abren y se cierran, que unas veces son transparentes mostrando la realidad tal y como es, otras translúcidas y deforman a los personajes que las atraviesan, y en algunos casos son directamente opacas y no nos dejan ver lo que ocurre al otro lado, nos censuran.

Una película imprescindible para todos aquellos a los que interese el buen cine en el que se narran historias en apariencia sencillas, pero que suelen ser las más grandes y auténticas.

Monidala en la Pérfida Albión (08-12/02/2012)

Westminster

Londres es una ciudad que me fascina, quizá porque he pasado poco tiempo en ella (he estado en dos ocasiones pero siempre por trabajo y nunca he podido disfrutarla más allá de unas horas contadas y apuradas lo máximo posible) y siempre me quedan ganas de volver y explorarla a fondo.

Esta vez ha habido una combinación de trabajo y diversión a la que se le ha unido la particularidad de una nevada de las que en Madrid tenemos pocas…

Después de las jornadas de trabajo interminables/encerronas (en sala de hotel en el culo del mundo, allende Heathrow) en las que estábamos todos los representantes de los diversos países que invitados a la Convención), por la noche nos llevaron de cena a Windsor, una pequeña ciudad del condado de Berkshire donde se encuentra una de las residencias de la familia real británica, que como os podéis imaginar, no es un pareadito apañao, no…

Castillo de Windsor

Buscando el portero automático para picar: “¿Baja el Harry? Que nos vamos de juerga!!”

Yo con bus

Qué me gusta un double-decker bus, mientras que no crashes into us, claro…)!

Nieva!

Según salimos del bus empezaron a caer unos encantadores copitos de nieve que nos hicieron toda la ilusión de un mediterráneo de pro…

Lo que no esperábamos es que la cosa acabara así:

casitas nevadas

Nos llevaron a un restaurante de lo más pintoresco y bucólico a la orillita del río…

riverhouserestaurantandbarwindsor2

The River House, una cosa divina, oigan

barco

Por todos es sabido que el Támesis es un sitio de lo más acogedor para vivir…

tan  monas!

La cena no estuvo mal del todo (para ser Inglaterra), aunque el vino chileno que nos dieron tenía retrogusto a sal fuman… El postre lo mejor: Stiky Toffe with Ice! Riquísimo y ni la mitad de empalagoso de lo que prometía.

El domingo, ya por libre, nos fuimos downtown aunque hacía un frío tan del carajo que los grajos patinaban sobre hielo…

qué frío

…y tras un periplo transportístico considerable (bus del hotel al aeropuerto donde dejamos el equipaje en el Left Luggage), tren London Connect (25 minutos hasta Padddington Station, pero también tenéis el London Express que tarda 15, aunque es mucho más caro), otro bus (el 27, no creo que se me olvide en la vida) para el que, por cierto, tuvimos que correr los 100 metros lisos pulverizando nuestra mejor plusmarca personal y oye, ya no estamos para esos trotes) que nos llevó, dejando a su paso la mítica Baker Street de mi querido Holmes, hasta Camden Market…

Camden Market

Mira: una moderna!

…donde nos reímos un montón, disfrutamos del ambientazo, comimos y, por supuesto, nos gastamos unas pounds en trapitos ideales, no sin antes regatear como es de ley en este sitio.

camdem market

Mira: una turista!

Y por la tarde vuelta al aeropuerto y a casita… ains, ha sido breve pero intenso. A ver si con un poco de suerte en mayo os puedo contar mis andanzas en un destino mucho más exótico (aunque no tendrá porqué ser mejor…).

en moto

“Yo sólo lo hago en mi moto”.

Si tenéis planeado viajar a Gran Bretaña en general o Londres en particular, no os olvidéis de estos detalles de suma importancia:

  • No se puede pagar en euros. Ya sé que lo sabéis, pero que no se os olvide porque a mí me pasó cuando fui hace como un mes para una reunión y tuve que cambiar dinerito de verdad por retratos de Isabel II en el aeropuerto, mayormente porque no llevaba mi cartera con las tarjetas, bueno, ya os lo conté… Un euro vale 0,83 libras (aprox.) así que no os confiéis con los precios, que luego vienen las sorpresas.
  • Aunque estéis en Europa, no es un país Shengen. Si bien es suficiente con el DNI para pasar la frontera, tendréis que atravesar un control de pasaportes antes de embarcar en el avión y a vuestra llegada al aeropuerto. Un coñazo más, pero en fin…
  • También deberíais llevar un adaptador para vuestro aparatos eléctricos ya que ellos utilizan unas clavija con esta pinta:

Enchufe inglés

La verdad es que cuando estuve viviendo en Irlanda no lo llevé y sin adaptador funcionaba, pero por si acaso yo esta vez pedí uno a la recepción del hotel y me lo prestaron sin problema pagando una fianza de 10 pounds.

  • No os olvidéis de que estos señores tan raros conducen por el lado contrario de la carretera. Cuando estéis allí daos cuenta de esto al mirar para cruzar o podríais ser atropellados por un cab, que es como ellos llaman a los taxis.
  • En lo culinario, no os vayáis sin probar el Fish & Chips. Es buenísimo y barato y para una cosa que tienen los pobrecicos, no les hagáis el feo… ;p

See you soon!

La fuga de Logan: reformas laborales y mierdas varias

No entiendo que a muchos haya pillado por sorpresa la reformita laboral con la que Marianín (me vais a perdonar la falta de respeto, pero yo a las marionetas guiñolescas cuyos hilillos mueven las altas esferas del capital y otros políticos rancios de pseudo-bigotes desconcertantes no las puedo tratar de Ud.) y su acólitos (joder con la Patrulilla X de marras: las SSS, la Cospe, el Montorete y un sin fin de personajes sacados del mismísimo arcón de Arniches, que mientras se sacuden la naftalina que han ido acumulando durante sus años de Oposición chusquera y marrullera – con denominación de origen Aceves y Zaplana- nos intentan vender lo modernas que son, aunque todos sabemos que siguen afiliados al “a Dios rogando y con el mazo dando”) han dado el chupinazo de nuestro Via Crucis de 4 años (+4 si la Divina Providencia no lo remedia).

Cospe y SSS

“Y de rojo, de rojo, que es lo que les jode….”

En el fondo es un más-de-lo-mismo-pero-más-antipático-si-cabe con respecto a lo que teníamos antes: La Liga de la Justicia del Puño en Alto (pero el otro bien repleto de billetitos): ZP, su cara de pena y su “hay que ver España, cómo se ha portao conmigo”, la Niña de los 1.000 Cargos, el Rubal y su discurso de “yo soy la experiencia” (que no estaría mal si nos hubiera gustado cómo lo hacía alguna vez…). [Sí, soy mucho menos sangrante con el SOE, pero es que aunque parezca que no, en el odio acérrimo también hay escala de grises]. Total, que sigue siendo el mismo perro aunque ahora lleve un collar de castigo y eche espuma por la boca.

Ya nuestros socialistas de postal (“van de escaparate”) nos reformaron lo laboral y nos dejaron temblandico. En aquel entonces, no sé si la memoria colectiva llega a tanto, los denostados sindicatos (a ver, pues claro que como estamento está podrido hasta los cimientos: como todos en esta sociedad nuestra de diseño, tecnocracia y vomitina, y está lleno de culo-grasas que llevan toda la vida sin dar un palo al agua pero con la boca llena de reivindicaciones que personalmente no necesitan. Pero ¿eso hace que debiéramos prescindir de ellos? Que prescinda el empresario de su “inmaculada Patronal”, no te digo…) protestaron (aunque dentro de las normas del protocolo marcado por una relación amor-odio con el Gobierno que no benefició más que al “enemigo”) y convocaron una huelga general que, en mi opinión, fue más bien particular por desgracia para todos.

mariano-rajoy

“Y aluego subo el IVA… y me llevo dos… lo multiplico por la prima de riesgo… y… joer, pues ni por esas salimos de la puta crisis! Voy a llamar a Josemari a ver qué piensa él…”

Ahora estamos de nuevo en la tesitura de tragarnos está píldora a la que le han puesto el azúcar de decirnos, en nuestra cara misma, que nos va a curar del mal del desempleo. No hay que ser una lumbrera de la macroeconomía para saber que esto es como tomarse una aspirina para curar un tiro en la cabeza y que a lo que va a ayudar es a que las empresas se libren de los trabajadores con mayor antigüedad porque ya sabemos que en este mundo nuestro a la que pasas de los cincuenta ya no vales nada y se te cargan porque la experiencia se ve que ha estado toda la vida sobrevalorada, pero en fin, la libertad de expresión consiente (y yo moriría para que eso siguiera siendo así) que haya quien lo alabe y lo celebre. Aunque ejerciendo también mi derecho a la libertad de expresión le deseo al que eso opine sobre este tratado sobre la desvergüenza que cuando le despidan, su indemnización la done íntegramente a los Caídos de la División Azul (para que siga la fiesta).

Poco podemos hacer porque este Gobierno nuestro (Mariano, si esto es Gobernar para todos, por mí no lo hagas, te lo pido por favor!) tiene una mayoría absoluta que no se salta un monárquico (no sé porqué los de etnia gitana van a tener que seguir presumiendo de sus habilidades de “arrebrincatapias” cuando sin ir más lejos el Yernísimo parece ser que, presuntamente, todavía mantiene una agilidad de deportista de élite en lo que a colarse en territorio ajeno para beneficio propio se refiere) . Sólo nos queda la protesta cívica y organizada (lo siento, pero yo la violencia sólo la trabajo en lo verbal, y procuro respetar las normas y sobre todo, al vecino, que no tiene la culpa de mi cabrero sino que es un compañero en la indignación aunque no lleve copyright (ya os dije lo que me pareció en su día todo el tema del 15-M y aledaños y lo mantengo).

Iñaki

Este montaje y lo de que Undargarín sacaba sus informes del Rincón del Vago” son mis favoritos sobre el tinglao éste.

En estos momentos en los que estamos tocando fondo (en el mejor de los escenarios) en lo económico, no estoy a favor de una huelga general (que además tampoco iba a servir de gran cosa y, sobre todo, es lo que desea el Gobierno para que quedemos nosotros mal ante la opinión pública internacional con un ejercicio de insolidaridad y falta de esfuerzo común ante la terrible situación que atravesamos y luego la Merkel venga a darnos unos Bundes-azotes). Los que trabajamos (esos dichosos especímenes de Homo Hispanicus Laboralis en peligro de extinción) muy duro cara día para conseguir levantar una empresa no porque la vayamos a heredar, sino para salvar nuestro empleo y el de otros y así entre todos conseguir que no se nos vaya a pique el chiringo nacional, el europeo y el global, sabemos que no nos podemos permitir perder un día de faena porque el resto del mundo seguirá girando lo queramos o no. En mi opinión, si queremos ser responsables pero solidarios a la par que contestatarios, debemos protestar los días de asueto (y en el horario de las personas de bien). Sé que es una propuesta un poco radical, pero es que la revolución no debe de estar reñida con la sostenibilidad.

Por eso mi consigna es empezar a montar las barricadas mentales del “No pasarán”, pero ganarles en su terreno con productividad y eficacia. Y a eso, que sepamos, a los “”””comunistas”””” no nos gana nadie cuando nos da la gana… ;p

Nos vemos mañana día 19 de febrero en Madrid a eso de las 12.00 en la Plaza de Neptuno (y en el resto de ciudades de la Federación! …ains, soñar es gratis).

And the pendrive goes to…

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Los participantes del sorteo son:

1. Sonia

2. Bassabu

3. Perse

4. Alcorze

5. Afri

6. Sonix

7. El Especialista Mike

8. Angelillo

9. Cersei

Y el ganador es…

Resultado sorteo

Enhorabuena!!!!

A Single Man (Tom Ford, 2009)

A Single Man poster

Sin que mi debilidad confesa por Colin Firth tenga que ver (bueno, puede que un poquito, igual…), pienso que sus capacidades interpretativas van in crescendo a medida que a nuestro otrora Darcy favorito (camisa mojada mediante) se le va descolgando la carita cual perrillo pachón. Ains… la juventud es un bien efímero, no la malgastemos sino quemándola en cada suspiro y en cada orgasmo y en cada… (uf, lo que se me va la olla estos domingos por la tarde melancólicos…).

Todavía no he visto “The King’s Speech” porque no quería hacerlo en su versión doblada y lo estoy deseando. Pero ya en esta “A Single Man” demuestra la cantidad de registros que el inglés es capaz de aportar a cualquier proyecto y personaje en que se embarque (además de que hay que ver lo bien que se conserva el señor a sus 51 años, que aquí se le ve casi todito y de cuello para abajo está la mar de en su sitio, vamos que ya quisieran muchos treintañeros…).

En cuanto a la peli de Tom Ford, yo creo que el desvirgamiento cinematográfico del diseñador es muy meritorio. Aunque es cierto que la cinta (no siempre, pero…) es algo fría y manierista (¿o quería decir amanerada?) y que gran parte del metraje parece un anuncio extended version de Gucci, esta historia sobre un profesor de literatura que ha perdido a su amor y tras él, el interés por la vida me ha parecido interesante y necesaria.

Tom Ford

“Ay Tomasa, cuando te vean en el pueblo… Ahora además de diseñadora, directora de cine, como la niña Coppola! Si es que soy una fenómena!!!

La acción se desarrolla en los coolest años ‘60 (con esa estética tan de moda ahora gracias a series como “Mad Men”), en plena guerra fría, en una América llena de miedos, prejuicios y cazas de brujas que estaba a punto de presenciar como toda su hipócrita way of life se venía abajo (el fin del segregacionismo, la muerte de Kennedy, Vietnam, la lucha por los derechos civiles, la explosión del flower power: esa felicidad fingida simbolizada por esposas de clase media preparando martinis en los suburbios ya no tendría cabida, sobre todo porque estas insignes señoras se estaban trincando todo el mueble bar de 09:00 a 15:00…). Por desgracia ahora estamos viviendo una época parecida: se acabaron las vacas gordas y los excesos del post yupismo mierdero y se nos empiezan a caer a todos las caretas de lo políticamente correcto aflorando de nuevo los miedos, las xenofobias, homofobias y demás inseguridades proyectadas.

El protagonista de esta historia es un hombre que no tiene nada que perder y en un día, acaso el último de su vida, puede llegar a recuperar a través de diversos encuentros con las pocas personas que conforman su entorno, las ganas de continuar con esta cosa extraña y misteriosa que llamamos vida. De imprescindible visionado para gayers y mariliendres, los fans de Julianne Moore también tendrán motivos para disfrutar porque está espléndida (“como siempre”, dirán ellos…).

Julianne y Colin

“Esta noche tengo cero ganas de cerdear por todo Chueca. Ains, con lo que hemos sido…”.

Pero para mi gusto, la película ha empezado a ponerse interesante a partir de la aparición del personaje de Carlos, un madrileño interpretado por Jon Kortajarena (me da que éste no nació precisamente en Lavapiés…) en una escena que roza el realismo mágico (y casi onírico, con ese primer plano de Janet Leigh en “Psicosis” presidiéndolo…) y que se me antoja (sí, es una cursilada esa expresión, pero no me ha quedado más remedio que usarla, es tut mir leid) el detonante de muchas cosas. Aunque con la banda sonora del genial Shigeru Umebayashi es que todo parece un sueño…

100% Marvel: Emma Frost

Enseñanza superior

Cuanto más leo sobre la Patrulla X más me interesa y atrae el personaje de Emma Frost. ¡Ya está bien con las neurastenias de la goody-goody de Jane Grey, su tensión sexual no resuelta con Lobezno (y el consiguiente sentimiento de culpa por el gafotas de Scott, uf, qué rollo todo) y su repelentísimo poder omnímodo…!

En esta serie en tres partes podemos profundizar en el pasado, hasta ahora sólo vislumbrado a través de unos pocos flasbacks, de la nunca suficientemente idolatrada Reina Blanca, una mujer que no sólo se dio un paseo por lado salvaje sino que se construyó un castillo en él (porque todo lo de el Club del Fuego Infernal… vaya tela! Allí llega el bobo de Tom Cruise con su capita y su caretita y lo siguiente que sabemos de él es que ha ganado la Carrera de Tacones en las fiestas de Chueca, no te digo más…).

Emma 005

Vaya, vaya… Parece que yo no soy la única que estaba plana en el insti…

Lo único que me tiene un poco de aquella manera es que a la rubia de la piel de diamante le ha dado últimamente por emparejarse con el viudo Cíclope (pero hijo, ¿qué les das? A mí es que no me pone una m., pero en fin…).

A lo que vamos: en el primer tomo (“Enseñanza superior”), Emma es una bostoniana adolescente patito feo sometida por un padre tan tirano como millonario, humillada por sus compañeras de instituto y despreciada por las brujas de sus hermanas que sólo encuentra consuelo en un hermano que también tiene el armario llenito de monstruos, y nunca mejor dicho… Pronto descubrirá sus poderes telepáticos (y el poder del maquillaje) y las cosas empezarán a cambiar. Pero también se enamorará de su profesor, que es una cosa que, oye, pues como que marca.

Como papá Frost es más malo que un dolor, y debido a determinados acontecimientos muy terribles que no os cuento para no aguaros la fiesta por si os da por leerlo, nuestra pequeña Emma acaba el primer tomo abandonando a su familia y comenzando su carrera en solitario.

En la segunda parte (“Juegos mentales”), la telépata no da pie con bola: se ha quedado sin pasta, sin casa y sin trabajo. Además sus poderes todavía los controla más bien poco por lo que no le sirven más que para meterse en líos.

En una de estas conoce a un chico monísimo con el que se va a vivir (pero no os engañéis que a estas alturas, de sexo nada; las portadas son un poco engañifa porque yo me esperaba un despiporre –aunque hubiera sido en elipsis-, pero nanai…) pero que está peor de lo suyo que ella y le debe pasta a un mafioso mu chungo. A pesar de que Emma empieza a utilizar sus poderes para jugar al póker, no consiguen saldar la deuda y acaban en la guarida de los malos donde las cosas se ponen de todo menos bonitas.

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Tranquila pequeña, que ya se las haremos pagar a todos esos tíos que van de duros…

Como os podréis imaginar, Emma conseguirá salir de ésta para poder aparecer en el tercer tomo y en todas las peripecias posteriores. Y llegamos así a la parte final de esta historia (“Despertar”).

despertar

Reforzada tras la traumática aventura vivida (y por haber conseguido algo de pasta), Emma se va a Nueva York y allí se matricula en la universidad donde conocerá por fin la existencia de los mutantes y empezará a temer la discriminación, a la vez que entabla contacto por primera vez con uno de ellos y así comenzará el desarrollo consciente de sus tremendos poderes. También descubrirá lo difícil que le va a resultar mantener una relación (tampoco hay que ser homo superior para que las cosas no sean fáciles con los del otro sexo…).

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Hombre, un poquito de “acción mutante” nunca viene mal…

No esperéis muchas peleas, explosiones ni un gran despliegue de poderes mutantes. Esta historia en 3 tomos se parece más a una de esas novelas gráficas underground de Joe Matt sobre outsiders que un cómic de superhéroes, pero es bastante interesante, sobre todo si tenéis un espíritu cotilla y os gusta este personaje. Yo me esperaba algo más de sordidez en la tercera parte, que peca un poco de “sensación de vivir”, pero creo que en términos generales ha merecido la pena.

Once (John Carney, 2006)

Once póster

Es una pena que películas de tanta calidad, tan conmovedoras y realmente interesantes como esta pasen desapercibidas para el gran público (también conocido como aborregada masa). Yo me siento afortunada por haberla descubierto y disfrutado (sí, lo admito, también me hace sentir especial el haberlo hecho, a vosotros no os puedo ocultar nada…). Veamos sí soy capaz de comentarla.

“Once” es un musical independiente. [No! No salgáis corriendo!!! Olvidad los prejuicios!]. La historia es sencilla y los actores (en realidad los músicos Glen Hansard y Markéta Irglová), apenas interpretan a un cantautor y artista callejero irlandés y a una vendedora de flores inmigrante checa que comparten su amor por la música mientras tratan de recomponer, además de canciones, los pedazos de sus corazones rotos.

Es esta clase de musical…

Ser testigos de una bonita y sincera historia de amor-amistad-what if… en las calles de Dublín, mientras escuchamos estupendas y emotivas canciones de poéticas letras (sin mariconadas, lo juro sobre las ruinas de Invernalia), puede hacer que nos reconciliemos con la vida, aunque sólo sea durante 88 minutos.

De lo mejor que he visto en mucho tiempo. Si tenéis la más mínima oportunidad de verla, ni lo penséis. Y si la queréis disfrutar de verdad: a solas y en versión original.

Os dejo con la banda sonora que es absolutamente maravillosa.

Sorteo: el reverso tenebroso de la suerte, digo… de la fuerza! (Oin..! XDD Qué pavo tengo…)

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Como la racha de suerte que estoy pasando no podía ser normal, me he hecho unos análisis y se ha confirmado lo que ya me temía: tengo los midiclorianos por las nubes. Claro, si ya me notaba yo muy subidita (y la gente, Monidala, y la gente, que por donde entró la suerte salió la modestia y no me vuelvas a decir eso de que ”No hay modestia, está la fuerza” porque a este paso nos quedamos sin amigas…).

Y yo: “Doctor, ¿es grave?”

Y él: “Lo normal. Intente llevar una vida sana y procure no arrimarse al área de influencia de los Sith porque esto mayormente lo que provoca es una querencia a hacer el mal por el mal que yo, desde luego, si no se me cuida, no respondo…”

Y yo: “Pues no sé si tomarme unos días libres en la luna de Endor a ver si allí entre el verde de la foresta y las monerías de los Woklings voy entrando en vereda. Que tengo los exámenes de Shii-Cho en Coruscant y veo que este año tampoco paso de Padawan… Además, que a mí el negro me queda fatal, me hace la cara pálida por mucho que estilice. No me veo, vamos.”

Y así hasta que ya no podáis más… Solución:

PARTICIPAR EN ESTE CONCURSO DEBES!

Si te conozco (tampoco hace falta que seamos íntimas ni que nos hayamos tatuado a la vez sendos corazones atravesados por dagas, ¿eh?) y tienes dirección en España, sólo tienes que dejar un comentario en este post de hoy en 10 días (hasta el día de San Valentín a las doce de la noche) contándonos esa ocasión en que te sentiste especialmente afortunado (pero queremos la verdad cruda y rastrera, no milongas de “yo me siento afortunado por las flores y las mariposas”, no me seas parguela…) y tu nombre (no olvidéis identificaros bien si no tenéis cuenta de Blogger) recibirá un número por orden de entrada. Luego ya veremos qué se me ocurre para hacer el sorteo…

Se me olvida algo, no? Ah, sí! El premio!! Los listillos ya lo habrán deducido, pero para los que no: es algo útil y que a la vez os recuerde siempre lo fácil que es caer en el lado oscuro…

Darth Vader

Por si hay una pregunta en el aire, confirmar que se trata de un pen drive USB con la maligna forma de Lord Vader, el mal encarnado y después semi-robotizado. Tiene 4 gigas de memoria e incluye wall-papers, iconos y chuminerías varias para solaz del ganador. Pero sobre todo… ¡es tan monoooooooooooo! ^ ^

Así que nada, espero que os guste y os motive a participar. Iba a decir: “Participad! OS LO ORDENO, por favor…”. Pero es que esa frase tiene copyright de mi amiga Cersei Stark (no, no me he equivocado, semejante mezcla es posible y ya os podéis imaginar lo atractivísima, divertida y sorprendente que resulta), y no sé si me la deja para el blog… (a ver si hay suerte, se manifiesta y nos enteramos! ;p).

Gracias por estar ahí!