Jodaeiye Nader az Simin (Asghar Farhadi, 2011)
20 febrero, 2012 4 comentarios
En un momento en el que Irán está en el punto de mira con Ahmadineyad fanfarroneando (¿o no?) sobre su poderío nuclear y poniendo negro a Obama un día sí y otro también, una película iraní está de, como diría un Pequeño Colibrí, “rabiante actualidad”: “Nader y Simin, una separación” acumula ya 44 premios en certámenes en oriente y occidente, entre ellos el Oso de Oro de Berlín y el Globo de Oro a mejor película en lengua extranjera (hace unos días “La piel que habito” le arrebató el BAFTA), y otras 20 nominaciones pendientes, entre ellas las de dos Oscar (mejor película de habla no inglesa y mejor guión original del propio Farhadi).
A pesar de estar permanentemente en los telediarios (la guerra que mantuvieron con Irak en los ‘80 era la guarnición con la que comíamos todos los días), yo apenas sabía nada de esta enorme nación hasta hace unos años cuando leí “Persépolis”, la novela autobio(gráfica) de Marjane Satrapi que os recomiendo vivamente si no la conocéis. Allí me enteré de que los iranís no son árabes, aunque hayan abrazado al Islam, sino persas, y que este pueblo luchó para derrocar el régimen dictatorial del Sha para acabar cayendo en manos de los fundamentalistas que, como bien sabemos, son unos señores casi siempre con bigote o barba que parecen muy enfadados, que creen que todo es pecado y que están tan aterrorizados por la enorme capacidad de las mujeres que las anulan y ocultan bajo velos de diferente intensidad de barbarie según la región.
No nos engañemos: ser rebelde es más fácil en unos sitios que en otros…
La historia de esta película tiene mucho que ver con la realidad actual persa puesto que comienza con la demanda de divorcio en Teherán de una pareja de clase media debida a que ella, Simin (Leila Hatami), quiere que emigren mientras que su marido, Nader (Peyman Moaadi), no tiene intención de dejar Irán y abandonar a su padre (Ali-Asghar Shahbazi), enfermo de Alzheimer. El problema es que ambos son padres de una niña de 11 años (Termeh, interpretada por Sarina Farhadi, la hija del director) y ninguno está dispuesto a renunciar a ella.
Cuando Simin abandona el hogar familiar, Naser tiene que contratar a una mujer, Razieh (Sareh Bayat), para que cuide de su padre mientras trabaja. Pero Razieh, que está embarazada y tiene una niña de 4 años (Somayeh, Kimia Hosseini), le oculta a su extremista y perturbado marido Houjat (Shahab Hosseini) que tiene este empleo por considerarse inapropiado que una mujer esté a solas con un hombre que no es de su familia.
El mundo de los mayores es un misterio…
Me he esforzado en poner el nombre de todos los actores principales a modo de homenaje porque sus interpretaciones son tan auténticas (incluidas las dos niñas), que se podría pensar que SON los personajes que interpretan.
La película es pura verdad y, a pesar (o gracias a) ser tan localista, es de esas historias universales que retratan al ser humano y sus múltiples facetas. Todos los personajes se encuentran en medio de terribles dilemas morales y lo que está bien o mal parece cada vez menos claro en un mundo lleno de radicalismos donde la integridad está en serio riesgo de desaparecer.
Con un manejo del tiempo muy moderno en las transiciones (y un uso de la elipsis algo desconcertante, todo hay que decirlo) pero típicamente iraní en esas secuencias muy largas con cámara fija, o heredero del realismo social europeo siguiendo a los personajes cámara al hombro, la acción avanza inexorablemente y todas las escenas están llenas de significado. Además, su puesta en escena potencia toda esa ambigüedad moral en la que se encuentran los personajes. Especialmente cuando se desarrolla en el piso de la pareja, un lugar lleno de puertas de cristal que se abren y se cierran, que unas veces son transparentes mostrando la realidad tal y como es, otras translúcidas y deforman a los personajes que las atraviesan, y en algunos casos son directamente opacas y no nos dejan ver lo que ocurre al otro lado, nos censuran.
Una película imprescindible para todos aquellos a los que interese el buen cine en el que se narran historias en apariencia sencillas, pero que suelen ser las más grandes y auténticas.
Tengo muchas ganas de ver esta peli. Parece de esas que cuentan historias en apariencia sencillas pero con muchos otros temas de trasfondo, sobre la sociedad en la que viven y es tan diferente a la nuestra.Estoy casi segura de que ganará el Oscar a mejor peli extranjera, así que junto a tu buena reseña, otro motivo para verla. ^^
Uffff, demasiado real para mi…
Solo me ha quedado un asunto pendiente. ¿Que habia pasado con el tema del dinero de la cómoda al final?
Yo no llegué a ver nunca ese dinero. Creo que es una excusa inventada desde la rabia, pero no lo podría asegurar…Y hablando de asuntos pendientes…. qué bonito título! ;p