La Roca (Raúl Santos, 2011)
6 abril, 2012 Deja un comentario
Realmente sorprendente (por lo intenso que llega a ser su visionado) este documental del algecireño Raúl Santos sobre Gibraltar y, en particular, las especial relación que ha mantenido en los últimos años con la ciudad española de La Línea.
Conviene no olvidar que el Peñón es británico desde el Tratado de Utrech de 1713 (que finalizó la Guerra de Sucesión Española con la instauración de los Borbones que hoy “disfrutamos”) en el que se cedió a los ingleses a perpetuidad (a perpetuidad es una manera culta de de decir “pa toa la puta vida”, lo aclaro porque o hay gente que no lo entiende, o para ellos la palabra de un español no vale una mierda…Cierto es que cabe el debate de si ningún gobernante tiene el derecho de modificar la nacionalidad de un pueblo, pero eso ya es harina de otro costal…) . Eso no impidió que la relación entre gibraltareños y españoles fuera fluida, especialmente con sus vecinos linenses, existiendo un grandísimo número de familias mixtas cuando comenzó la Guerra Civil española.
El documental nos cuenta como, en los terribles primeros años de la postguerra se estableció un canal de extraperlo que traía productos de Gibraltar que después, desde la Línea, entraban en una España muerta de hambre, de asco y de pena; pero sobre todo de miedo. También nos narra los sangrientos conflictos que esto provocaba con la Guardia Civil local.
Más tarde, en los primeros ‘60, las diferencias entre la rancia España del antiguo régimen todavía con su mantilla negra y la modernidad imperante en una colonia inglesa que ya llevaba bikini y bailaba el rock.
Pero esta interesante diversidad duró poco tiempo porque el Pequeño Hijo de Puta que tiranizaba España por aquel entonces se encaprichó del Peñón y, como se ve que tenía las habilidades diplomáticas en el huevo missing, decidió convencer a los gibraltareños de la virtudes de la españolidad cerrando la frontera y aislándoles para estrangular su economía.
Si esto no fuera ya de por sí razón suficiente para que este Enano de los Cojones (perdón, del Cojón) esté siendo torturado por toda la eternidad por ese Dios suyo al que él tanto rezaba (beata de mierda!), con la famosa Verja se separaron también a padres de sus hijos (muchas linenses estaban casadas con gibraltareños y viceversa), a hermanos, primos, abuelos, etc. que cada domingo iban a verse de lejos y hablarse a voces en ese mini muro de Berlín que se nos plantó aquí ese señor al que en nuestra infancia conocíamos por la singularísima particularidad de tener el culo blanco.
No fue hasta 13 años después, y tras la muerte de El Cojoncísimo, que se reabrió la frontera. Para entonces, el daño ya estaba hecho y la relación entre los gibraltareños y España ya no ha vuelto a ser la misma. Ojala que el tiempo consiga borrar el daño que se hizo.
Emocionante a la vez que indignante, me ha resultado muy dura la para mí desconocida historia en primera persona de estas personas que, sean españolas o británicas, comparten con nosotros territorio, idioma, costumbres e historia.
Imprescindible para entender mejor a este pueblo y comprender perfectamente el poco interés que pueden tener por ser españoles.
Este documental participa en la Sección Oficial del Atlántida Film Fest que está teniendo lugar en Filmin.