Una gran noche

Para una convencida detractora del matrimonio como yo, tener que agradecer una de las noches más especiales y divertidas de los últimos tiempos a que dos personas muy queridas (desde hace más de un año conocidas como “los padres de mi sobri”, lo siento chicos… asumid el secundarismo con deportividad! ;p) hayan decidido firmar el contratito de marras resulta, cuando menos, raro.

Pero así fue y creo que todos los que estuvimos anoche en el Freeway (por cierto que Malasaña y Madrid en pleno habían decido salir a la calle a celebrarlo en una fantástica noche de otoño veraniego) emborrachándonos y partiéndonos la camisa como la ocasión requería podemos decir que fue bastante épico.

Comida rica, alcohol y muchas muchas risas (necesitar un chute de bótox de emergencia y tener agujetas en la barriga son secuelas siempre bienvenidas!); chupitos de Jägermeister en plan “porque yo lo valgo”, reencuentros diez años después (o eran nueve? ;p), más risas y fotos para enmarcar (por cierto, compartir es amar, hermanos!).

Acabar a las seis de la mañana comiendo hamburguesas y pizza en el Seven de Tribunal, previo glorioso paso por Las Vistillas ¿? tiene que significar que la noche fue un éxito.

A Rian e Isra.

Gracias! Y suerte…