Qué esperar cuando estás esperando (Kirk Jones, 2012)

Jo, lo de los guionistas de Hollywood es taaaaaaaaaaaaan patético que lo próximo que van a utilizar para inspirarse es el prospecto del Frenadol: «una apasionante historia de amor y mocos…» Para esta comedieta se basan en el famoso libro que nos compramos todas las mujeres en cuanto  nos quedamos embarazadas (ahí lo tengo yo en mi «biblioteca», que no sabía si colocarlo en la sección de «Ciencias aplicadas» o en la de «Terror Gótico», así que si alguien lo necesita, me lo quito de encima con sumo gusto…) y que no es más que un FAQ de 600 páginas sobre el tema de la preñez (y sí, aunque no os lo creáis, hay cosas que no vienen, hijosdeputa…!!!!!).

Ya me imaginaba que la peli sería un mierdón severo, pero mira, un domingo después de comer, con toda la sangre en el estómago y un dolor de garganta que amenazaba trancazo tampoco estábamos para Dreyer así que… Lo que pasa es que es mu chuuuuuuuuuuuuuuuuuga, tío… Está llena de topicazos y lugarazos comunazos: las mujeres son unas histéricas delirantes, o unas obsesas enfermas del control, o unas sensibleras flipadas o inestables perdidas que no saben lo que quieren. Y, vale que igual yo cumplo todas las anteriores, pero me niego a pensar que las demás sean así…

Esta es la cara que tienen dos gilipollas antes de follar sin condón como si fueran Superman y Wonderwoman y la biología no fuera con ellos…

Las situaciones tienen poca gracia en general y están resueltas de manera absolutamente convencional y mil veces vista. Lo único que me hizo algo de gracia es la padilla de tíos padres que salen y especialmente algunos comentarios de Chris Rock y lo mal que cuida a sus hijos (bueno, con eso reconozco que hasta sufrí un poco…).

Cameron Díaz, que está hiper mazada de más, nos vuelve a deleitar con una interpretación paródica en la línea de otros bodrios infumables como «La cosa más dulce» o «Bad Teacher», no sé a qué aspira esta chica… Elizabeth Banks está para darle de bofetadas de lo pasada de rosca y Anna Kendrick, que creo que tiene muchísimo talento, parece que esté todo el rato pensando «¿qué coño hago yo aquí?». Al final resulta que la que está más comedida es J Lo (que la verdad es que está guapísima…), así que os lo digo todo…

«No entiendo cómo me han encasillado en el papel de rubia californiania vigoréxica y no me ofrecen papeles en obras de Henry James…»

Y hablando del tema de la maternidad: 10 Cosas que tienes que saber si piensas quedarte embarazada y que poca gente te dice (y menos el puto libro ese):

1. Todas las mujeres del mundo te intentarán contar su embarazo y, lo que es peor, su parto («…y dices tú de estrías?»). Huye, incluso de mí, porque yo estuve 18 horas dilatando y se me pasaron los efectos de la epidural y…

2. Todo el mundo va a opinar sobre tu embarazo y sobre tu bebé. Que les den a todos: «Nosotras parimos, nosotras decidimos». El padre sólo es un señor que pasaba por allí. Por mucho que te intente ayudar no pinta nada en la función excepto una vez que la criatura ha pasado por el canal del parto, claro…

3. El embarazo es, probablemente, una de las experiencias más extremas por las que atravesará tu cuerpo jamás. Todos los órganos se descolocan y eso no puede ser sano… Y el ultimo trimestre te sentirás tan como Moby Dick que no te extrañará nada que unos marineros malolientes de ron te ataquen con arpones. Se duerme de pena, se hinchan las piernas y hasta roncas! Te verás tan monstruosa que probablemente no te querrás mirar en los espejos. Menos mal que las hormonas ayudan bastante: a mí personalmente me la pelaba todo y jamás he estado de mejor humor ni me he reído con más ganas (ni me he tirado los pedos más horribles… ;p). Además mola bastante que te traten como una especie de receptáculo sagrado, el Santo Grial de la familia (en cuanto nace el bebé nadie te vuelve a hacer ni caso… :()

4. Parir duele que te cagas. Coge tu peor dolor de ovarios y multiplícalo por infinito y ni siquiera te acercarás. Así que no tengas miedo de pedir la epidural, nadie espera que sufras como en la Edad Media ni que des a luz sin emitir un sonido porque sino tu hijo no será un guerrero. Chorradas. Pide drogas.

5. Toda esa mierda del parto sin dolor y la respiración no sirven de nada. El único consejo bueno que que me dio la matrona fue el de los masajes con aceite de rosa mosqueta en la zona perineal: la ausencia de episotomía fue el mejor regalo (según dicen, los puntos son una ruina infernal!!!), pero oye, que igual a ti te apetece que te rajen en canal en salva sea la parte…

6. Lo de la lactancia es otro dolor de huevos y odiarás al padre de la criatura cada cuatro horas mientras tú te levantas para amamantar y él se queda en la camita tan agusto. Hazlo sólo si de verdad quieres hacerlo (y no porque creas que debes hacerlo) porque todo el amor de una madre no remedia la sensación de vaca lechera que se tiene ordeñándose el pecho (otrora conocido como sexy zona erógena) con un saca-leches a las cuatro de la mañana y con los pezones más agrietados que la piel de La Cosa.

7. Si piensas que el parto fue jodido, verás lo que viene después… El primer mes de vida de tu hijo será el más espantoso de la tuya (y de la del padre, de eso no se libran…). Espantoso nivel «matadme ya y dejad esta tortura que ningún genocidio la merece, mucho menos traer un hijo al mundo». La buena noticia es que a partir del primer mes la cosa mejora hasta hacerse soportarle. Ahora, eso sí, olvídate de dormir tranquila para el resto de tu vida…

8. A no ser que tengas veinte años o veinte millones de euros y un cocinero y un preparador personal, tu cuerpo jamás volverá a ser lo que era. Intenta no engordar mucho, en serio te lo digo, porque la grasa que se acumula durante el embarazo se adhiere como un simbionte celulítico a tu cuerpo y jamás te vuelve a abandonar… Lo de las estrías es una lotería pero yo no tengo ninguna en la tripa (del resto mejor no hablamos…) y me puse cantidades industriales de Nivea en mi enorme barrigón…

9. La verdad es que es de mucha utilidad que el padre se involucre. Déjale hacerlo y no le vigiles porque no le pone los pañales al crío como lo haces tú ni te agobies si vistiéndole le pone cosas que no pegan ni con cola. Es un tío. Hasta hace poco los hombres no se enteraban ni del nombre de sus hijos hasta que volvían del servicio militar . Relájate y disfrutad del siglo XXI y no quieras hacerlo todo porque te agotarás inútilmente… Ah, y eso incluye el rollo de preocuparse por la limpieza: que le vayan dando a que la casa esté limpia cuando llevas días sin dormir más de cuatro horas seguidas…!!

10. En conclusión: si quieres vivir feliz, olvídate de tener hijos. Pero si de verdad quieres SER FELIZ, no se te ocurra perdértelo!!! No hay nada que te proporcione un sentimiento de plenitud mayor, siempre y cuando superes el sueño… ;p La verdad es que muchas veces cuando achucho a mi hija pienso que debe de ser una putada no tener una cosita tan suave y tierna cerca…

Me encanta compartir mi sabiduría…