Aquí y allá (Antonio Méndez Esparza, 2012): Crónica de un pase de prensa accidentado que acaba en feliz entrevista, previo paso por proyección surrealista

20130212_Dossier_de_Prensa_-_Aquí_y_allá.pdf

Crónica de un pase de prensa

Llegaba tarde. No demasiado, sólo lo suficiente como para ponerme nerviosa (odio ser impuntual, y mucho más cuando se trata del cine: llegar a una película empezada  es algo así como descubrir que tienes piojos…). Y que me hubiera dejado olvidadas en casa las notas para la entrevista al director tampoco ayudaba, así que al salir del Metro, la intensa nevada que estaba cayendo sobre Madrid parecía terminar de augurar que no era mi día.

Pero al llegar sofocada a los Cines Verdi descubrí que había un montón de gente todavía esperando en la puerta, así que me calmé hasta que supe el problema: la reja de seguridad de acceso a las salas no subía. A pesar de los dos operarios armados con taladros y los esfuerzos del personal del cine no hubo manera: como una hora después se cancelaba el pase. No sé si era el frío o la frustración (había estado preparando tanto la entrevista que Méndez Esparza ya me parecía de la familia), pero no me decidía a irme de allí.

Marién, la responsable de comunicación de la distribuidora A Contracorriente Films, buscaba soluciones sobre la marcha para acoplar otro pase al día siguiente y las entrevistas. Parecía que podía haber una alternativa ya que un periodista de La Primera (que luego resultó ser Juan Carlos Rivas de Días de Cine -casi nada…- necesitaba verla hoy mismo: hacerlo en ese mismo momento en las oficinas de la productora del film y hacer allí  las entrevistas, así que cuando él mismo propuso coger un taxi para ir a la sede de Aquí y Allí Films, yo me uní al grupo sin pensar junto con Alexandra de TAI BLOG y Crazyminds, y Paco de Cinemastric.

Esta extraña comitiva fue recibida con toda la hospitalidad posible por Pedro Hérnandez (incluyendo bebidas y empanada ;p), director general de la productora,  de la que es socio también  Méndez Esparza. Una oficina pequeña pero muy chula en la que pudimos finalmente ver la película en el monitor de un PC como si estuviéramos en casa. Eso sí, la versión era de las que se enviaron en su día a los académicos para su consideración de cara a los premios Goya. Como unos señores.

Al acabar la película, el lujo de poder presenciar a Rivas y su equipo realizando la entrevista al director: estoy convencida de que he aprendido más sobre periodismo cinematográfico en esos 22 minutos de lo que podría haber aprendido en un curso del doble grado de periodismo y audiovisuales…

Juan Carlos Rivas en acción

Master Class

Cuando finalizan, el resto de medios presentes nos sentamos con Antonio en una salita en la parte de arriba a la que hay que acceder por una escalera de caracol coquetísima: allí le hacemos unas preguntas entre todos en un ambiente mucho más distendido: una cámara siempre impone.

Pero tener al productor allí mismo y no aprovechar para descubrir más cosas sobre los jugosos próximos proyectos de Aquí y Allí Films sería un pecado… Por suerte para todos, Pedro está más que dispuesto a compartir con nosotros sus experiencias como productor. La verdad es que ambos son encantadores.

La película

«Aquí y allá» es el primer largometraje de Antonio Méndez Esparza, un licenciado en Derecho que al terminar la carrera decidió que lo que de verdad quería hacer eran películas, así que se marchó a EEUU a estudiar cine en Columbia. Rodó algunos cortos en Nueva York y en uno de ellos conoció a Pedro de los Santos, un actor no profesional mexicano (de hecho él mismo le tuvo que convencer para que actuara en sus trabajos) cuya historia de emigrante le sedujo y le inspiró un guión que después presentó al Screenwriters Lab de Sundance donde fue seleccionado. Esto implica apoyo para la re-escritura del guión con el asesoramiento de profesionales y un empujón para que la película se haga realidad en forma de inversión inicial en el proyecto.

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El resto de la financiación necesaria la obtuvo con la ayuda de su amigo y socio Pedro Hérnandez, un ingeniero industrial que también decidió dar un giro a su vida y a su carrera embarcándose en la aventura del cine, fundando la productora Aquí y Allí Films. Consiguieron inversores adicionales en México y España y se marcharon dos meses a rodar a la Sierra de Guerrero para contar una historia a la que una delgada línea separa del documental. El propio de los Santos será el protagonista: un hombre que vuelve a su casa tras varios años en EEUU. Allí tendrá que recuperar la relación con su mujer (su esposa también en la vida real) y sus dos hijas (dos niñas que tampoco habían actuado antes pero cuya naturalidad ante una cámara asombra).

El resultado es una película intimista sobre el «exilio económico» (me ha encantado esta expresión de Juan Carlos Rivas para definir la emigración), algo con lo que, por desgracia, se sentirán identificadas personas de diversos lugares del mundo, lo que quizá haya ayudado a  que participase en más de cuarenta certámenes internacionales y obtuviera reconocimiento en  varios de ellos en forma de premios y nominaciones, así como buenas críticas de la prensa especializada. El más renombrado de ellos es el Gran Premio de la Semana de la Crítica de Cannes, que emparenta a «Aquí y allá» con otras grandes películas ganadoras como «Cronos» (Guillermo del Toro), «Sólo contra todos» (Gaspar Noé), «Amores Perros» (Alejandro González Iñárritu) o «Take Shelter» (Jeff Nichols).

Ahora por fin, después de este largo periplo de varios años, la película estará disponible para el publico con su estreno comercial el viernes 1 de marzo en 12 salas en toda España. Mi más sincera enhorabuena a Méndez Esparza y Hérnandez por el camino recorrido y los logros que ya han obtenido. Además les deseo la mayor de las suertes para su película y para sus proyectos futuros, que seguiremos de cerca.

Mi opinón sobre «Aquí y allá»

Es importante advertir que «Aquí y allá» no es una película para todos los paladares. Pese a ser  ficción, se podría decir que bordea la realidad confundiéndose con ella y, para acercarnos a ese mundo que Méndez Esparza quiere conocer mejor (el de un inmigrante ilegal que vuelve a su pueblo a ocupar el lugar que dejó vacío en su familia), nos convierte en testigos a través de una cámara que observa pero que apenas participa en la acción, limitándose a retratar momentos aportándoles solemnidad.

Y es que más que una línea argumental clara, estamos ante una sucesión de situaciones que van componiendo el mosaico final. Sin dramatismos ni aspavientos aunque en realidad cada sutil mirada y cada mínimo gesto sea decisiva en el devenir de los protagonistas. Interpretaciones tan naturalistas que incitan a pensar que los actores no actúan sino que SON, llenos de esa dignidad marca de la casa de las personas sencillas y sin pretensiones.

Quizá le cueste un poco entrar en el juego al espectador urbanita postmoderno e impaciente que espere una película estructurada de forma convencional y que pueda quedar desconcertado ante el uso de la elipsis. Lo que sí es seguro es que las reflexiones que la película plantea (el papel que cada cual ocupa en la familia, cómo afecta la distancia a los vínculos familiares, el desarraigo de la  emigración como el precio que hay que pagar por obtener una vida mejor a nivel económico, etc.) son difíciles de olvidar.

Próximamente en el blog, las entrevistas a Antonio Méndez Esparza y Pedro Hernández.

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