Stockholm (Rodrigo Sorogoyen, 2013)
3 marzo, 2014 4 comentarios
Hay películas huidizas, como algunas personas, y aunque las persigas, parecen empeñadas en no dejarse ver. Pero descuida, que los contumaces con tendencia al chapoteo en lodazales turbios, siempre acaban encontrando el camino…
AVISO: A pesar de que no hay spoilers, el mero hecho de hablar sobre «Stockholm» puede variar la experiencia del futuro espectador. Me parece un título imprescindible y espero que nadie se la pierda, pero recomiendo encarecidamente ver la película sabiendo lo menos posible sobre ella y sin haber visto ni el trailer.
Es lógico que se teorice mucho sobre el cine y sus mecanismos, técnicas y resortes. Porque es importante analizar y desmenuzar lo que nos hace sentir como nos sentimos al ver determinados films y no otros. Pero cuando uno se enfrenta a una película como mero espectador (que es lo que hacemos la mayoría, la mayor parte de las veces), lo que acaba por importar es eso: el tipo de sensaciones que nos provoca una historia que se desarrolla ante nuestros ojos.
A mí lo que «Stockholm» me ha provocado principalmente es tensión, por momentos, casi insoportable. Una sensación de alerta permanente e intriga ante los acontecimientos que se sucedían, y esto a pesar de estar, lógicamente en su primera parte, disfrutando de los naturales diálogos y del tono de comedia romántica aparentemente topicona. Cierto es que yo estaba prevenida y ya sabía que las cosas nunca son como parecen , y quizá eso me ha hecho estar más atenta a las señales, a la acertada utilización de la banda sonora (y su sonora ausencia más tarde), al montaje más propio de un thriller que a lo que parecía un Linklater a la española.
«El crepúsculo es la brecha entre dos mundos», que decía Don Juan, pero para mí que el amanecer no le va a la zaga.
Con poco presupuesto y menos medios, Sorogoyen se ha marcado este potente tríptico que juega con las apariencias, con la dualidad noche/día y que plantea un juego al espectador, en un guión palíndromo con una coda desoladora en el que hay mucho de Polanski. La seducción, el deseo, la verdad y la mentira son distintas facetas del mismo poliedro: una bomba de relojería en las manos inadecuadas.
El peso interpretativo recae totalmente en un muy inspirado Javier Pereira y una fascinante Aura Garrido. A esta chica es casi imposible quitarle la vista de encima cada vez que está en pantalla y promete convertirse en una de las grandes actrices patrias.
Cuidadito con los espejos…
Lo mejor: El impresionante «momento ascensor» que cierra la primera parte. La intensidad del momento y la precisión del montaje, acompañados por la música de Rossini, me han puesto la carne de gallina.
Lo peor: El mal sabor de boca que deja. Además de la reflexión obligada y la vergüenza que puede pasar más de un ligoncete de esos de te quiero fácil, al verse reflejados en pantalla. Y, por qué no decirlo, alguna psicótica adicta al síndrome de Estocolmo, y no estoy mirando a nadie…
la vi ayer en en cine moncayo de tudela y me gusto mucho me identifico con los dos personajes por los trastornos mentales que tengo pienso que es el cine que hay que hacer es duro pero es la realidad de la vida que en ciertas ocasiones es muy dura mis felicitaciones al director y que siga en esa linea un saludo
Sí, el que esté libre de trastornos que tire la primera piedra… ;p
Estoy totalmente de acuerdo en que, si el cine español quiere sobrevivir, tiene que hacer esfuerzos como este por tirar pelotas a la línea y arriesgar.
Saludos y gracias por tu visita
No me va nada de nada el cine español, algo que ya sabes, pero esta peli ha sido un acierto. Es más, me dejó pensado y al día siguiente aún le daba vueltas, lo que en mi significa que me ha dejado una huella, por mínima que sea,.. («The woman» es otra que lo ha hecho, por cierto…). Me pareció un juego bien llevado y mejor interpretado, Javier Pereira está muy, muy bien y ella también, sobre todo por que su papel desentona muchísimo de los habituales hoy en dia. El final jode. Pero ha sido acertada esta recomendación 🙂 besitos preciosa, que ya tengo ganas de verte!
Lo dicho, que me alegro de que te (dis)gustara, que creo que es lo que la peli pretendía. Esa de «The woman» me la tengo que mirar…
Oye, que yo también tengo ganas de verte, así que algo habrá que hacer! Muacks!!!