La Seminci strikes back!
21 octubre, 2015 Deja un comentario
Después de la sobredosis de maricas contra zombies de Sitges, del que no os he contado gran cosa porque sinceramente, no tengo tiempo, pero donde he disfrutado (la palabra es gozado, pero es que se usa taaaaaaaaaaaan poco este término fuera del contexto sexual, que da como corte) como una enana del regreso a ese pueblo de mi adolescencia donde descubrí la concupiscencia y los gofres belgas: once pelis de todo tipo y condición (por si al final no hablo de ella, no os perdáis «Le tout nouveau testament», que es maravillosa), risas, buenas conversaciones y cervezas (no necesariamente en ese orden) con mi socio y room mate, Guardia Oscura, y hasta un bañito nudista en mi Mediterráneo de mi alma, en uno de esos momentos de comunión con la naturaleza que son casi espirituales (sin ser yo nada de eso). ¿Qué más se puede pedir?
Pues como soy una tía afortunada donde las haya, que además después te inviten a la Seminci para volver a disfrutar de Pucela, de sus preciosas calles y sus acogedores teatros, del buen vino y la buena comida de una oferta gastronómica impresionante, de la buena gente con cosas interesantes que contar y que además las cuentan con el mejor acento castellano que hayáis escuchado (el leísmo ocasional se les perdona si ellos me perdonan a mí mis ejques) y, como no, del mejor cine. Las cosas como son: yo soy más del cine de autor intimista que se podrá ver en Valladolid a partir del viernes que del cine ¿fantástico? de Sitges.
Pocas cosas hay que os pueda recomendar con más garantía de acierto que una visita a Valladolid en cualquier momento del año, y en particular en estos días de festival: me atrevo a decir que si lo probáis repetiréis. Si os animáis y estáis por allí ente el 28 y el 31, llamadme y nos tomamos algo.