Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio (Steven Spielberg, 2011)

Tintín pósterCon esta adaptación faraónica del archipopular cómic de Hergé me ha pasado como con los mismísimos álbumes del historietista belga: que hay que reconocer que están muy bonitos, muy currados, hay aventura, misterio, Tintín es de lo más fabuloso… pero a mí, no me dicen gran cosa. Desde luego, si no fuera porque era lo único tolerado que había disponible en las salas, no se me habría ocurrido pasar a verla, pero tenía mono de cine y algo de tiempo y… bueno, pues supongo que ya tocaba la ración semestral (¿qué pasa? soy una chica…) de tiroteos, explosiones, persecuciones y testosterona en vena (nunca mejor dicho), pues eso…(lo que no me esperaba es encontrarme en el cine con el amigo J.C., que no sólo sospecho que es fan del rollo, sino que además hasta se parece un poco al protagonista… ;p)

De niña los tebeos de Tintín me daban más pereza que el reglamento del fútbol sala (me gustaban más Purita Campos para mi lado girly y Carlos Giménez para el otro, el que no sé muy bien cómo denominar), y sólo de bastante adulta (todo lo adulta que se puede ser pasados los treinta) me obligué a adentrarme en alguna de sus aventuras (de hecho me leí todas hasta llegar a ese sopor lunar que dicen es una de las mejores –que sí, que ya sé que son dos partes, pero no llegué a la segunda-, lo siento, si es así debe de ser que no lo pillo) por una mezcla de necesidad de cubrir una laguna de culturilla popular y de curiosidad por saber si el tema era tan “fascistoide” como se comentaba por los mentideros.

Mi conclusión fue que el tema no era para mí. Yo era, clarísimamente, una no-Tintinófila (la línea clara está muy bien, pero lo siento, yo soy más de Peter Bagge), aunque fuera capaz de apreciar el trabajo, sobre todo a nivel gráfico, que tenía ante mí. En cuanto a la ideología del autor, creo que se trata más de una mera “simplificación” de razas y nacionalidades muy común en su época que un racismo o xenofobia reales. De todas formas, creo recordar que todo el tema empezó a ganar puntos para mí a partir de la aparición del Capitán Haddock, que es un personaje muy divertido que rompía un poco la exasperante perfección del joven periodista o la imbecilidad patológica de Hernández y Fernández.

Haddock

¿Un alcohólico con el Síndrome de Tourette? ¡Pues me pone todo!

Pero hablemos de la peli… Spielberg está empeñado en hacernos sentir el target de todas sus obras, ya sea él el director como en este caso, ya lo deje en manos de otros como pasaba con “Super 8” (sí, la vi, pero francamente no me apeteció comentar nada aunque ya os podéis imaginar lo que habría dicho: bla bla bla “Los Goonies”, bla bla bla “E.T.”. Tampoco es que haya mucho más que decir, es muy entretenida y tal pero es un déjà vu de los gordos para que treintañeros y cuarentañeros de pro se sientan rejuvenecer a base de referencias a aquella infancia feliz de bocatas de chorizo y Tang (y no sé si porque ya me pillan lejos aquellas meriendas o porque no está tan conseguida, me ha parecido mucho menos emocionante –en todos los sentidos del término-).

El hombre estaba con ganas de llevar a la gran pantalla las aventuras del reportero del tupé y por fin ha encontrado la tecnología para hacerlo como quería: jodiendo la estética de los cómics que, supuestamente, admiraba. Y no es que a mí me importe, pero la peli de este señor que se comió una paella con la Obregón tiene de línea clara lo que yo de monja clarisa: en realidad es bastante recargada y saturada y se nota a la legua que muchos planos están pensando más en las 3D que en su entintado pasado.

Por otra parte, es cierto que Spielberg le aporta a la historia toda la epicidad que se intuía en el cómic pero que se quedaba algo descafeinada antes de sustituir viñetas por fotogramas. En realidad la película me ha gustado, es trepidante (quizá demasiado, hasta me agotó un poco; si es que ya no estoy para esos trotes yo, que lo que me gusta que “trepide” son los diálogos), divertida (pocas risas se oyeron en la sala pero alguna hubo y más de tres o cuatro sonrisas cómplices) y desde luego no aburre. Por lo que se refiere a la tecnología, impresionante: la verdad es que no se puede poner pegas en ese sentido.

Y, sin embargo, yo no puedo calificarla más que de “pchi-pcha”. “El tesoro de Rackham el Rojo” creo que ya la veré en casita…

Cars 2 (Brad Lewis y John Lasseter, 2011)

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No esperaba que la última creación de Pixar se acercara ni por asomo a la calidad argumental (y sentimental, en el buen sentido) alcanzado con la estupenda “Up”, pero tampoco contaba con que estaría durante dos tercios de la peli deseando que acabara.

Vale que haberse tomado medio litro de cerveza con limón antes de entrar (es que esas jarras tamaño pinta a 1 € es demasiada tentación y pensé que un ligero atontamiento ayudaría a encontrar más divertidas las peripecias de Rayo McQueen & Cia.) fue bastante aliciente para querer abandonar la sala lo antes posible a pesar de haber cumplido con mi ritual mingitorio antes de la proyección, pero es ni siquiera Victoria estaba prestando atención a la película y hasta empezó a juguetear conmigo y a portarse bastante mal en la sala.

La historia de “Cars 2” contiene una doble línea argumental: por un lado la competición del Gran Prix Mundial y por otro, un rollo de espías a lo James Bond protagonizado por Mate, un personaje que siempre me ha parecido un plasta. Ninguna de las dos historias logra atraparte verdaderamente. En realidad son altamente predecibles (de hecho tanto que hasta sorprende porque no te puedes llegar a creer que todo sea “tan lo que parece”), poco ingeniosas (vale, hay algún destello de lo que es Pixar pero en un grado muy light…) y los chistes no demasiado graciosos.

CARS 2

A mí nunca me han interesado mucho los coches pero oye, este Finn McMissile como que me pone bastante…

Entonces ¿por qué han hecho esta secuela de una peli que, ya en su primera entrega, está considerada una obra menor de los de Emeryville? Según me informa mi fuente más que fidedigna, y a pesar de lo que los adultos podamos pensar sobre el universo “Cars”, se trata de la cuarta franquicia de Disney que más merchandising vende (y eso ya os podréis imaginar que no es poco). A los críos les encanta. Así que supongo que esto debe de ser lo que se viene llamando “una peli alimenticia” o recaudatoria.

Precisamente lo mejor de “Cars 2” es lo mismo que lo era en el caso de su predecesora: la grandiosidad de los escenarios y paisajes. Mientras que en aquella se limitaba a Radiador Springs y alrededores (unas vistas preciosas de un paisaje desértico a lo Cañón del Colorado) aquí se lo montan de impresión en Tokio, París, Italia (una ciudad imaginaria llamada Porto Corsa) y Londres. La ambientación es francamente espectacular, así como todo el tema fuego, agua, explosiones y demás.

Okuni

No me digáis que no es una cucada…

Pongo pues todas mis esperanzas en “Brave” cuyo brevísimo trailer ya nos tiene deseando más. Ah, y el corto previo “Toy Story: Vacaciones en Hawai” tampoco estuvo mal, tierno y gracioso, aunque me pareció muy corto hasta para ser un corto…

Kung Fu Panda 2 (Jennifer Yuh Nelson, 2011)

Kung Fu Panda 2 Poster

Tanto va el cántaro a la fuente que al final he ido a la taquilla y le he pedido al simpático mozuelo que despachaba las entradas: “Dame tres para Fu Panda 2”. Me ha mirado con esa cara que le suelen poner a mi madre con relativa frecuencia y para colmo de males, ¡me ha dado igual! Eso va a ser que estoy madurando…

Como ya habréis deducido por título, trailer y cartel, en esta secuela volvemos a encontrarnos con Po (ahora más conocido como el Guerrero Dragón), un oso panda gordinflas (yo hasta ahora no he visto pandas estilizados, la verdad sea dicha), glotón y torpe, pero que también es valiente, gracioso y de gran corazón.

Ohhhhhhhhhhhhh

Absolut Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh…!

En esta ocasión se las tendrá que ver con el malvado (y genial personaje) Lord Shen. Un pavo real empeñado en conquistar toda China a golpe de fuegos artificiales, al que vaticinaron que sería destruido por un guerrero blanco y negro y para evitarlo, exterminó a todos los pandas. [¿Cuándo se va a dar cuenta la gente de que no se puede luchar contra el destino? A ver si nos vamos enterando y nos dejamos fluir porque en ese plan no ganamos para disgustos…].

Para contrarrestar al malo malísimo Shen, Po contará de nuevo con la ayuda de su maestro Shifu y de los Cinco Furiosos. De todos, mi favorita es la Tigresa cañera, que representa todo aquello que nunca seré, ains… (si lo queréis saber tendréis que ver la peli que no pienso dar pistas). También hay nuevos personajes chulísimos gracias a ese genial diseño de producción que caracteriza la saga (ya hay tres pelis así que es saga…) y la increíble expresividad que consiguen.

tigresa

He puesto “tigresa cañera” en Google y me ha salido esto, lo juro sobre las ruinas de Invernalia… (había cosas peores pero todavía me queda una pizca de decencia y buen gusto)

La secuela de Kung Fu Panda es, ante todo, una peli de acción trepidante con persecuciones vertiginosas, explosiones a raudales y sobre todo mucho kung fu. Pero también es una comedia muy divertida, si bien es cierto que el humor no es precisamente sofisticado. Es una peli para sentirse niño otra vez y reírse como se ríen los niños: con ganas y por todo. [Victoria está en esa fase en que repite en voz alta todas las punch lines y claro, a mí, me parece adorable. Si al resto de espectadores les entraban ganas de esterilizarme para siempre no lo decían, pero claro, tampoco es que estuviéramos precisamente en una sala de esas de Arte y Ensayo…]

Los malos

¿Habéis visto el anuncio de Hamilton que dice “cuanto mejor es el malo mejor es la película”? Pues esta es cojonuda.

Sobre la animación, qué os voy a contar de Dreamworks… Es una auténtica pasada como han evolucionado las 3D (y no me refiero a la memada esa de las gafas, claro) en lo que se refiere a temas como el tratamiento del agua (en este caso he flipado con su combinación con el pelaje de los animales) y los reflejos. Además, las tres dimensiones se alternan con escenas 2D que, además de ser preciosas, son de una intensidad emocional abrumadora (ojito las mamás que podéis echar alguna lágrima –en mi caso han sido unas docenas, pero yo no sirvo como baremo que ya sabéis que soy de lágrima fácil con según qué temas; pero que nadie me diga que lo de la maternidad como recurso sentimental es un cliché o se las tendrá que ver con mis garras de kung fu!!!-).

Pero lo mejor de la peli son las escenas con  el cachorro de panda, achuchable al 100% (me pienso pedir uno para mi cumple) y los fuegos artificiales (sobre todo en un “momento exaltación de la amistad” –sí, es que yo creo que hay un submensaje en toda la peli sobre la importancia del trabajo en equipo y todo eso- que es hiperflipante, lo típico que te miras con el de al lado con cara de “jo, cómo mola esto!!).

Equipo

“Solo no puedes. Con amigos, sí.”

En definitiva una película muy amena para pasar un buen rato (en su versión original cuenta con las voces de Jack Black, Angelina Jolie, Dustin Hoffman, Gary Oldman o el mismísimo Van Damme, pero la verdad es que el doblaje en español es bastante bueno y ni el mismísimo Florentino Férnandez consigue cargárselo porque, para ser honestos, está bastante contenido),  constatando que las ciencias adelantan que es una barbaridad. Y oye, si de paso alguno encuentra la paz interior, pues miel sobre hojuelas…

No os la perdáis: A mí me ha gustado mucho. A Victoria le ha encantado.

Rio (Carlos Saldanha, 2011)

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Queridos amigos, colegas, lectores, curiosos ocasionales, señoras que pasan por aquí a preguntar por sus maridos (chata, aquí no está ¿has mirao en el Bingo?): así como hace unos días era noticia que me había acabado un libro, hoy os traigo la impactante exclusiva de que he estado en el cine. Hay que ver, con lo que yo he sido…

No, si a mí me encantaría ser como Al, que se acaba el tío varios libracos a la semana (venga confiesa, algunos no ya es que no te los hayas leído sino que directamente no existen, son invenciones tuyas… ;P) o como Perse y Diego que están puestísimos en los últimos estrenos cinematográficos y conocen unas pelis que le alisarían el pelo a Gasset Dubois… (aprovechad, aprovechad, que como un día os dé por regalar al mundo un pequeño Mike de Alas Negras, el único cine que vais a pisar es el de las sábanas blancas!), pero qué le vamos a hacer, cada etapa tiene sus cosas (y no me quejo que el viernes los Ángeles de Charlie estuvimos arreglando el mundo en una sesión divertidísima como siempre…).

Rio

“La vida en cautividad también aporta conocimientos útiles para la supervivencia en la selva”. Mira éste, como si no lo hubiéramos visto ya hasta la saciedad…

Pero hoy hemos estado viendo “Rio”, o como la llama Victoria, “la peli de los loros”. De entrada decir que es una peli bonita que ha cumplido con creces las expectativas que teníamos: que la niña se lo pasara bien sin que los mayores tuviéramos que cortarnos las venas de aburrimiento.

Y sin embargo, a pesar de que visualmente está muy bien (sin acercarse a los virtuosismos que se podían disfrutar en “Rango”), la considero una peli menor y algo decepcionante si tenemos en cuenta que el equipo que la ha llevado a cabo es el responsable de las, para mi gusto, estupendas “Ice Age”.

Jewel

“Yo, como Mary Poppins, soy prácticamente perfecta en todo”. Venga, creémos a las niñas la necesidad de exigirse más de la cuenta y a los niños falsas expectativas sobre el género femenino…

En realidad todo en “Rio” huele un poco a déjà vu: un polluelo de guacamayo azul es capturado en su selva brasileña por unos traficantes de animales exóticos y por accidente (casualmente de forma muy parecida a como Rango comenzaba su peripecia) acaba siendo adoptado por una niña en Minnesota. Bastantes años después, y totalmente reconvertido en animal de compañía, como último macho de su especie que es vuelve al país carioca para procrear con la última hembra viva.

Se podría decir que es una peli romántica de aventuras ornitológica que además sigue punto por punto todos los clichés de su género: un protagonista simpático pero que está muy lejos del prototipo heroico, aunque tenga sus recursos y que a lo largo del metraje luchará por superar sus carencias; una guapísima partenaire resuelta, decidida e independiente (sorprende hasta qué punto en el cine actual son casi siempre ellas las fuertes…); una relación que empieza fatal para ir limando asperezas hasta llegar al climax romántico; un villano carismático y muy peligroso (Nigel es de lo mejor de la peli) que acosa a la parejita hasta el último momento y que en realidad es el motor de la acción; un catálogo de personajes secundarios no demasiado destacable pero que ayudan a incrementar la comicidad de las situaciones; y por supuesto, un final feliz, como no podría ser de otra forma.

Luiz

La adorabilidad con babas.

Si en la historia no hay originalidades, sí que el tono general se mantiene en un nivel de entretenimiento aceptable (aunque en algunas ocasiones moñea un pelín) y se puede decir que hay varios gags y puntos bastante graciosos. Los números musicales bien en lo visual, pero reguleros en lo musical, de nuevo el de Nigel el mejor (igual en V.O. ganan…).

A nivel gráfico están realmente bien animados los animales y se puede disfrutar de unas vistas de Rio de Janeiro preciosas (sin olvidar que, por supuesto, se incluyen todos los tópicos conocidos sobre la ciudad: samba, fútbol, Corcobado, fabelas, playas, carnaval –eso sí, la escena en el Sambódromo es muy chula y a servidora se le ha despertado una nueva frustración vital: la de no menear el cu-cu desde una carroza del desfile luciendo poca ropa y muchas plumas-.

Nigel

“Llamadme creído, pero sin mí (y los monetes) esta peli sería un truñaco lamentablemente caro”. Pero mira que eres borde…

De la banda sonora, en la que se incluye una versión estupenda del maravilloso clásico de la música brasileña “Mas que nada” (aquí sin concesiones, al que no le guste es que está gilipollas, que se lo haga mirar con urgencia) me ha gustado mucho esta que os dejo de Esther Dean y Carlinhos Brown, un señor que por lo general me carga bastante.

Rango (Gore Verbinsky, 2011)

Poster

No me acordaba ya de lo que se disfruta una buena peli en el cine (no es el tema de la pantalla grande porque con el proyector esto lo tienes –aunque alguna vez sola en el salón, a oscuras y mirando a la pared me he sentido Hugh Hefner…-) sino que en casa se pierde ese encanto que tiene compartir la experiencia con otro montón de seres humanos.

De entrada decir que “Rango”, por necesidades familiares la he visto doblada (mi niña es lista, pero no tanto como para leer subtítulos con tres años, que hasta los genios tienen su curva de aprendizaje…). Es de agradecer que dicho doblaje se haya llevado a cabo por profesionales y no por graciosillos patrios, pero aún así está claro que tiene más gracia escuchar a Johnny Depp que al doblador oficial de Johnny Depp…

Gótico americano

Y dicho esto, un consejo si me lo permitís: no os llevéis críos a ver “Rango”. A los tres minutos de proyección ya me estaba diciendo la mía (bueno, susurrando, que la tengo bien educada): “Mami, ¿cuando nos vamos?” De hecho, cada vez que había algún gag no se oían más que risas adultas y todos los niños (incluso aquellos de diez años o más) salían de la sala con cara de “jo, menudo timo nos ha colado papi”. Es que “Rango” es una película de animación, pero totalmente adulta. Es un western serio, aunque no “demasiado” violento.

Protagonizada por un camaleón doméstico con ínfulas actorales y alguna que otra duda existencial que, por accidente, se queda tirado en el desierto de Mojave, la película pronto se adentra en territorios tan áridos como las “localizaciones” en las que tiene lugar. No me malinterpretéis, esa aridez no implica falta de diversión, sino que me refiero a la complejidad y profundidad de su trama, así como a la propia necesidad de los personajes y la motivación que mueve el argumento: el agua. Os recomiendo hacer acopio de bebida porque sino pasaréis sed.

Coro

Incluso el ritmo de la película tiene mucho más que ver con films clásicos del género como “Hasta que llegó su hora” (“C’era una volta il west”) que con otras animaciones que conocemos, ya sean estas de Pixar, Dreamworks o, mucho menos, Disney. Y mencionar a Sergio Leone es, desde luego, obligatorio porque en “Rango” hay multitud de referencias a su cine. Yo no soy para nada aficionada a las películas del Oeste, pero una infancia, adolescencia y juventud con un solo televisor en casa y un Master of the Remote apasionado del spaghetti western me obligó a ver unas cuantas (o unos cuantos cientos de ellas), así que no me resultó difícil captar algunas de estas referencias (seguro que se me escaparon otras muchas, claro) más o menos obvias a personajes clásicos de Easwood o van Cleef, a tópicos del género y a situaciones habituales en este tipo de cine. Que conste que también encontramos referencias a “Star Wars” o “The Lord of the Rings”, que siempre es algo muy socorrido para que los frikis se sientan como en casa… ;p

El Ojo Mágico

Si “descifrar” estereogramas 3D fuera deporte olímpico yo sería la Comaneci: no tengo rival divergiendo la mirada. ¡Os desafío! Qué demonios, ¡os desafío dos veces!

En “Rango” se alternan, a mi modo de ver de manera acertada, los momentos de ritmo pausado que comento (y que sirven para trasmitir esa cierta trascendencia que tiene el argumento) con escenas de acción trepidante muy bien elaboradas y que insuflan las dosis necesarias de aventura y emoción. El humor, inteligente y adulto, viene dado principalmente por la buena caracterización de personajes, especialmente en el caso de los secundarios. Pero uno de los aspectos que más me sorprendieron fue la calculada dosificación en la aparición de los diferentes “villanos” a los que el protagonista tiene que enfrentarse.

Ahora bien, la principal razón por la que creo que nadie debería perderse esta película es por la espectacular animación. A nivel artístico, tiene un diseño con un nivel de detalle que roza lo enfermizo y los concept de personajes son de lo mejor que he visto nunca. En cuanto a la técnica, es directamente para quitarse el sombrero: las texturas alcanzan niveles brutales, la iluminación es tan realista que a veces llegas a dudar de que lo que estás viendo no sea más que una ilusión creada a base de ceros y unos. Digamos que con “Rango” he entendido por fin aquello de que en “Las Meninas” Velázquez pintó el aire.

Cabalgando

Una gran película por tanto (ya hablemos de animación o no) que puede resultar algo pesada a los impacientes, pero que se convertirá en imprescindible para los amantes del western. La guinda: los preciosistas títulos de crédito con musicón tarantiniano. Saldréis del cine cantando «Rangooo Rango-oo»…

Mary and Max, Adam Elliot (2009)

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Ver una peli sobre la que no sabes nada sólo por el título es una ruleta rusa emocional que puede resultar fatal según en qué momentos. Esta noche ha tocado muerte (pero en el buen sentido…)

Porque oye, por el título bien podía haber sido una de esas comedias románticas sofisticadas y tontorronas de esas que sabes cómo van a acabar desde el minuto 3 (en realidad desde los títulos de crédito yo ya me empiezo a hacer una composición de final: película que empieza con unos planos muy fluidos de una ciudad soleada tipo San Francisco con musiquilla amable, comedia dulzona; película que empieza con unos planos mucho más lentos de ciudad del Medio Oeste o directamente pueblo de la América profunda lloviendo o con nevada, dramón de tres pares de narices; película que empieza con un rótulo que dice: “Basada en hechos reales”, cambia de canal que los de Antena 3 están a punto de colarte un telefilme de lo peorcito…).

Pero no, “Mary and Max” no es una comedia romántica. Es una película muy tierna pero también bastante intensa sobre la amistad y su contrario, que no es la enemistad, sino algo muchísimo más triste: la soledad.

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No tenía ni idea de la existencia de este precioso film australiano de animación (stop motion) y con voces en el doblaje tan interesantes como las de Toni Colette o Philip Seymour Hoffman, ,que se estrenó en la apertura del Festival de Sundance de 2009 pero tengo que decir que, además de sorprenderme, me ha resultado devastador y catártico.

Mary es una niña solitaria por obligación: no es que tenga unos padres muy cariñosos que digamos y tampoco es la reina del baile de su colegio; además está algo acomplejada por algunos temas físicos. Sin embargo es muy dulce y tiene una gran imaginación.

Casi por casualidad acaba teniendo una amistad epistolar con un cuarentón neoyorquino con problemas de obesidad, neurosis y el Síndrome de Asperguer. Vamos, lo que se dice otra joya de la corona de la vida social. Además de ser dos marginados, tienen otra cosa en común: su adicción al chocolate.

mary_and_max

La relación tan sincera que se establece entre estas dos almas solitarias que por una vez en su vida encuentran a alguien que les comprende; los temas de los que, de una manera totalmente inocente, tratan en sus cartas; o las vicisitudes vitales que les separan o acercan a lo largo de su particular amistad, hacen de esta película una delicia con una inmensa carga de profundidad y una emotividad que me ha desmontado con su mezcla de amargura y esperanza.

Técnicamente me ha parecido una virguería y también es reseñable la inteligencia con la que juegan con los colores (o más bien la ausencia de ellos) para resaltar las emociones que viven estos dos personajes. En general, creo que está llena de simbolismo, como lo mucho que se puede llegar a expresar con la tecla “m” de una máquina de escribir…

En definitiva, una película sobre la que uno sólo puede pensar: qué bonita…, mientras espera tener una amigo de verdad cerca que le pase unos kleenex.

Más dibujos que molan!

Ayer en una terracita la mar de agradable salió el tema de los dibujos y a día de hoy está claro que hay tres series más que tenéis que conocer si no queréis ser el hazmerreir en el patio de Educación Primaria.

Super Hero Squad

La serie, que se estrenó en septiembre de 2009, está basada en una línea de figuras de acción de Hasbro a la venta desde 2006. Las figuritas son réplicas a escala de personajes de Marvel al estilo super deformed (es el estilo japones de «personajes cabezones» o chibis).



En la serie podemos disfrutar de las aventuras preadolescentes de Hulk, Thor, Lobezno o Iron Man para contener los planes de dominar el mundo del Doctor Muerte. El tono de la serie es de comedia desenfadada y, aunque está enfocado al público infantil, es muy entretenida para los papis que pueden jugar a descubrir todos los personajes que aparecen.

Desde luego, muy recomendable, y una buena manera de iniciar a los más pequeños en el enorme universo Marvel.

Pocoyó

Tierna, divertida, original, moderna… y a la vez didáctica, tiene un estilo tan chulo que su merchandising es irresistible. No nos olvidemos del gran éxito del Pocoyize (el creador de avatares) entre los «sesudos» usuarios adultos de las redes sociales…



Si tenéis niños no dejéis de pasaros por http://www.mundopocoyo.com. Estarán entretenidos un buen rato si queréis disfrutar de unos momentos de relax (y Dios sabe que a veces es necesario).

Una de las mejores series de animación del panorama mundial se hace en España. Bien por los chicos de Zinkia!

Lazy Town

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Esta serie creada por el gimnasta Magnus Scheving (protagonista también de la serie en el papel del energético héroe Sportacus) que combina personajes humanos y marionetas y trata de fomentar la vida sana y el deporte entre los peques.

A pesar de su estilo colorista bastante conseguido, las tramas son un poco sosas y cursilonas, la verdad sea dicha, pero el gran hallazgo es el personaje Robbie Rotten, un villano al que todo le sale mal muy al estilo del coyote, que merecería su spin off.

De ésta no os recomiendo más de un capítulo seguido si no tenéis insulina cerca.

Toy Story 3: Hay un amigo en mí

Cuando aquella noche de sábado de 1995 salí de los cines donde se proyectaba de estreno «Toy Story«, apenas podía esperar a encontrarme con alguien más que la hubiera visto para comentarla. Había ido sola al cine, como hacía a menudo en los ’90 y, como me pasó poco antes con «Pulp Fiction» (1994) y algo más tarde con «The Matrix» (1999), tenía la sensación de haber presenciado algo histórico, algo que iba a marcar el cine de los siguientes años. No en vano se trataba de la primera película de animación generada enteramente por ordenador, pero sin duda alguna era mucho más, ya que la técnica no era un mero fin en ella sino que se había puesto al servicio de una historia compleja y de unos personajes tridimensionales (valga la redundancia).


Toy Story 2 me pareció sin duda un peliculón lleno de acción, complejidad emocional y referencias metacinéfilas, un autentico goce para nuestros sentidos hastiados de tanta mediocridad y refritos copypastianos. Algo parecido puedo decir de Monstruos S.A. o de WALL-E. Y sin embargo en ninguna sentí esa sensación de «punto de inflexión» que tuve con la primera historia de juguetes y que pensé que no se repetiría más.

Pero el verano pasado «Up» rompió todas las barreras demostrando ser no sólo una gran película de animación sino una gran película a secas. Un clásico instantáneo capaz de divertir, conmover, remover… Su candidatura al Oscar a Mejor Película del año no me sorprendió (bueno, sí me sorprendió porque los de la Academia últimamente están a uvas, pero me pareció merecidísima) ya que desde mi punto de vista el periplo del anciano Sr. Fredriksen en busca de su sueño está a la altura de «Eva al desnudo» o «El apartamento», por citar sólo algunos títulos de clásicos no tan obvios.

Esta noche lo he vuelto a sentir. «Toy Story 3″ no es un peli de animación (bueno, sí, pero eso es anecdótico, a no ser que queráis hablar de polígonos, texturas, captura de movimientos, integración, etc. cosa que desde luego yo no haré por ignorancia) sino que es cine en su acepción más artística, es decir, una obra que, siendo comercial en el sentido de que llega al público por su capacidad de entretenimiento y emoción, es de autor por su individualidad y sentido ético y estético.

Es el Sturges más aventurero y épico de «La gran evasión», el Cameron más espectacular de «Terminator 2″ o «Titanic» o el Ford más oscuro de «Centauros del Desierto». Todo ello con el sentido del humor al que Pixar nos tiene ya tan acostumbrados, que tenemos que obligarnos a sorprendernos de sus hallazgos tanto verbales como visuales, cuando son en verdad geniales.

«Toy Story« siempre ha sido una historia sobre la amistad. Y sobre cómo los amigos son la familia. Pero ahora da una vuelta de tuerca más y nos demuestra que, donde están tus amigos y tu familia, allí está tu hogar. Y en mi opinión desmonta la manida frase que dice que «todos morimos solos», porque si tienes a alguien que te coja la mano y te mire a los ojos cuando todo se derrumba a tu alrededor, entonces «you will never walk alone«.

Esos juguetes nos ofrecen una lección de lo que realmente significa el trabajo en equipo en estos tiempos de vacíos slogans motivacionales que en apariencia quieren romper con el individualismo imperante en décadas pasadas pero que en realidad no son más que hipócritas caretas que ocultan a los mismos yuppis de mierda que nos gobernaban (o gobernaban nuestro dinero) entonces.

La universitaria desorientada de 1995 es hoy una madre y esposa (suena a Doris Day preparándole un Dry Martini a su marido a la vuelta del trabajo, pero no es más que una palabra y el concepto sigue siendo válido) con independencia económica de 36 años, pero igualmente desorientada. Algo hemos madurado en estos años, pero seguimos manteniendo la inquietud y la necesidad de emocionarnos. Lo mismo que «Toy Story«, cuya trama es más adulta y sus personajes más complejos y realistas en sus reacciones (ya quisieran muchos actores llegar a los niveles de interpretación que podemos disfrutar en este film), pero sigue manteniendo su esencia: la diversión por encima de todo. Y ese consejo que Lassiter recibió en Disney y que nunca falla: por cada risa, una lágrima. Y si no puedes evitar reír aunque tengas los ojos llenos de lágrimas, es que la peli es de las buenas!

Lo único negativo que le encuentro a esta nueva trilogía clásica es que se acaba aquí. Que no volveremos a vivir una nueva aventura con Woody y Buzz. Pixar sin duda nos traerá nuevas obras maestras, pero siempre es duro despedirse de los amigos, porque sabes que, allá donde se encuentren, siempre tendrás un trocito de tu hogar.

«A los amigos que están lejos, ya sea física o emocionalmente.»

El local (Capítulo 2)

Aprovechando que ya tenía el «decorado», he seguido practicando con mis animaciones…

GoAnimate.com: El Local Cap.2 El baterista fantasma by Monidala 2

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El local (Capítulo 1)

El Local (Capítulo I)


Todavía no salgo de mi asombro con el nuevo juguetito…….Go! Animate es lo mejor que he encontrado desde lo de mi e-book!!

He estado trasteando un ratito y me ha salido esto. Es un poco estático y acartonado, pero es complicado jugar con los planos cuando tienes que meter bocadillos. Tendré que estudiar la posiblidad de incluir voces, porque sino no me va a dar mucho juego.

Se me ha ocurrido hacer una serie sobre una banda y la vida en el local. ¿De dónde me habrá venido tamaña inspiración???

GoAnimate.com: el local by Monidala

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