La conciencia social me hace llagas

El sábado durante la manifestación de protesta por el ignominioso ERE de Telemadrid, la insigne Mila y yo (Monidala, hija de Harvey) tomamos una decisión: queremos que nos extirpen la conciencia social. Para empezar, esta temporada no se lleva, pero es que además, ¡qué felices y despreocupadas viviríamos entonces sin que nos incomodara más que aquello que nos afectase directamente…!

Para los que no tengáis muy claro lo que está haciendo el gobierno regional de la Comunidad de Madrid con la televisión pública que se paga con nuestros impuestos

¿Qué le cuesta a los gobiernos, ya que están tomando las decisiones de espaldas a la población y en contubernio con sus bolsillos, practicar unas cuantas lobotomías a diestro y siniestro (bueno, en este caso más bien a todos los siniestros, rojos y ácratas que estamos sufriendo lo indecible con esta situación) para que así las pobres gentes de este país se puedan aborregar convenientemente y puedan ser felices aunque eso suponga un retroceso en nuestros derechos hasta la pre Revolución Industrial? ¡Cuán terso estaría nuestro cutis de ideólogas de polígono sin las cuitas que nos afligen… !

Unas cuantas sesiones de terapia inversa como en «La naranja mecánica», mostrándonos non-stop imágenes de decadente lucha obrera (esa gentuza insolidaria a la que no se le ocurre otra cosa que ir a la huelga para luchar por lo que ellos llaman «sus derechos»… cuando en realidad deberían estar agradecidos de que se les permita seguir viviendo con lo feos y mal vestidos que van por lo general…), y de un plumazo podríamos pasar nuestro voto de un extremo a otro del espectro electoral sin traumas.

Según parece, este tipo de tratamientos se vienen efectuando de manera más o menos subliminal desde tiempos inmemoriales… Cómo sino se explica el caso de sujetos sin retraso mental aparente que han votado a partidos socialistas en algún momento de su vida (y no me refiero a híbridos mainstream para  admiradoras eternas del felipismo) para acabar incrustando en la urna una papeleta con la dichosa gaviotilla… Estos respetables especímenes constituyen una raza de superhombres y supermujeres que dominan el mundo actual: son los Sin Ideología. Nadie se adapta mejor a las circunstancias para sobrevivir. A mí me provocan la envidia más insana a la par que una pena por momentos teñida de desprecio (pero sólo cuando no logro controlar mis ancestrales impulsos con las democráticas riendas de lo políticamente correcto, no os vayáis a pensar…).

Sin ideología y sin conciencia social seríamos más felices y quién sabe si no podríamos incluso medrar en la política. Aunque para eso hay un par de cosas más de la que nos deberíamos desprender: los escrúpulos y la vergüenza. Y yo de eso último, a juzgar por lo roja (y venga la burra al trigo) que me pongo cuando me veo en este video, tengo demasiada…

Mira Luismi, no sé cuándo, cómo ni dónde, pero… ¡mi venganza será TERRIBLE!!!!

Si alguien, por lo tanto, sabe dónde podemos acudir para que nos conviertan en dos zombies desnortadas de esas que repiten como loros «Son todos iguales» o «Para que voy a votar a la izquierda si no van a ganar», que haga el favor de informarnos a la mayor brevedad que nos urge dejar de sufrir y de ir a manifestaciones, firmar peticiones y compartir indignantes descubrimientos sobre la desfachatez de los que nos (des)gobiernan en las redes sociales. ¡Nosotras lo que queremos ser es tronistas! Ahora eso sí, siempre que nos garanticen que no van a dejar de gustarnos Eduard Fernández y Sergi López en beneficio de Mario Casas y similares… ¡Hasta ahí podíamos llegar!

Mañana, huelga de padres!

Está promovida por CEAPA (la Conferderación Española de Asociaciones de  Padres y Madres) y por el Sindicato de Estudiantes. Nosotros desde luego la apoyaremos porque tanto los recortes en educación como las medidas que está tomando el gobierno para «mejorarla» nos parecen una forma encubierta (pero disimulando lo justo…) de acabar con la educación pública y obligarnos a todos a trasladar a nuestros hijos a colegios, institutos y universidades privados si queremos que tengan una educación, como mínimo, como la que tuvimos nosotros.

Al manporrero ministrillo Wert le parece una «huelga de extrema izquierda radical y antisistema». Mira que me jode ponerme a su nivel, pero él a mí me parece un facha vergonzante indigno del cargo que ocupa (responsable de educación y cultura, ahí queda eso!) y que se merecería acabar en el pilón. Suerte tiene de que «la extrema izquierda» en España seamos gente educada y respetable que cumplimos las leyes, sino le íbamos a «españolizar» como merece..

Aunque la huelga dejara las aulas sin alumnos, el gobierno no desistirá de sus más que partidistas e ideológicas medidas pensadas para beneficiar a la clase social a la que pertenecen y ningunear a la clase media (no hablamos de la baja, que a esos ya les hemos sumido en una pobreza no sólo económica de la que tardaremos décadas en salir). Es marca de la casa de este gobierno no escuchar a los ciudadanos y pasarse por el Arco del Triunfo el sentir popular que empieza a ser clamor.

Pero eso no hará que dejemos de protestar por el robo de nuestros derechos y por el futuro de nuestros hijos. Pase lo que pase seguiremos luchando para que tengan las herramientas que necesitarán para enfrentarse al mundo algún día y para no dejarse engañar por politicuchos como los que nos gobiernan.

Vergüenza y conspiranoia

Estas imágenes ya han dado la vuelta al mundo y cada vez se nos pone más cuesta arriba explicar a nuestros colegas y amigos extranjeros que España es un país moderno y democrático que tiene lo que hay que tener y más para salir de la crisis.

Cada vez lo decimos con la boca más pequeña y cada vez tenemos muchos más ganas de emigrar porque esas sanguijuelas que son nuestros políticos y banqueros no van a soltar la teta para que nosotros podamos engordar otra vez a la vaca.

A las protestas les llaman golpe de estado y encima nos acusan de ser los que creamos mala imagen ante la comunidad internacional. Justifican las cargas policiales por la violencia de los manifestantes. En realidad nos temen no sólo porque somos más, sino porque además tenemos razón.

Después de una tarde-noche sobrecogedora estaba a punto de tomarme dos suicidines e irme a acostar cuando descubro que se está extendiendo la teoría de que los mismos encapuchados que “provocan” esta durísima carga policial son los que después ayudan a los antidisturbios a detener manifestantes. Ved y juzgad vosotros mismos.

La parada de los monstruos ministerial

Todavía no salgo de mi asombro ni de la indignación que me supuso ayer saber del asunto de los retratos ministeriales. Me costaba creer que existiera una tradición bicentenaria por la cual se encarga a pintores de renombre la inmortalización de todos los ministros que en España han sido, sin importar sus logros o la importancia de su labor (que suelen ser pocos y despreciable respectivamente).

Más difícil de creer es que, en tiempos de crisis como los que nos encontramos desde hace ya lo que se nos antoja una eternidad, no sólo no se haya eliminado esta, a mi juicio (y el de todos), gratuita muestra de ego político vergonzoso, sino que desde 2010 se han estado pintando retratos a nuestra costa como si no hubiera un mañana (o como si no tuviéramos a los gorilas de la Merkel partiendo piernas un día sí y otro también).

No sólo es un agravio para los españoles sino que además es una muestra de mal gusto sin parangón, porque a este paso y teniendo en cuenta las insignes figuras retratadas, los Ministerios
y la Moncloa deben de parecer el museo de los horrores: imaginaos a Esperanza Aguirre, ella que lo fue, Ministra de Incultura y Ridiculeo; a Aceves o Zaplana, Ministros Portavoces de la Marrullería; Rajoy, el Sr. De los Hilillos (oh wait, que a este además del retrato le hemos de pagar ya de por vida porque lo de ser Presidente del Gobierno se ve que incapacita y hay que ponerles una pensión, aunque yo lo que les ponía es un puesto de pipas a la entrada del Retiro como a María Asquerino en “La tonta del bote”…).

También los próceres socialistas (que denostada está esta palabra gracias a los ignominiosos sobos a los que la viene sometiendo el SOE desde hace la torta un pan…) tienen sus retratitos, no
vayan ellos a ser menos, así que tenemos para el recuerdo estampitas gravadas con las cara y cuerpos de Rubalcaba, Master del Haz lo que yo diga y no lo que yo haga; o del mismísimo Moratinos, Ministro de Vente a Alemania Pepe. Todo ello, supongo, pasando por Maleni
Álvarez, esa señora que dicen que fue ministra pero que diría que parecía charcutera, si no fuera un insulto para los honrosos hombres y mujeres que se dedican cada día a proveernos más de chóped que de ibérico.

«Yo ej que mejperao a tener pelo!»

Parece ser que son sus excelentísimos señores los ex-ministros los que elijen al pintor de marras, y Álvarez Cascos ha escogido a Antonio López para el suyo por el módico precio de 165.000€ más IVA. Poco me parece a mí. Yo de ser él habría pedido que se clonase a Velázquez y me habría
eternizado por lo ecuestre en caballo gordo de escorzo a lo Conde Duque de Olivares.

La verdad es que los retratos podían ser un poquito más originales, no? ¿Os imagináis a la Pajín retratada con el puño en alto y vestida de bolchevique con un bolso de Prada colgao del
otro brazo? Qué pena que la Cospedal no sea ministra, porque yo la retrataría amantando a los cachorros del PP cual loba capitolina…

No sé cuántos insultos más tendremos que aguantar de estos tipos que dicen que nos representan. Hasta donde llegará la poca vergüenza con gastos inútiles mientras nos ahogan a
impuestos y su desfachatez y falta de eficiencia nos deja sin trabajo y sin ahorros. Ahora dicen que es posible que Julio Anguita vuelva a la política. Pues qué queréis que os diga, un señor que renunció hace 7 años a su pensión vitalicia de exparlamentario alegando que con la de maestro tenía suficiente, pues me da mucha confianza, digan lo que digan.

Pero en fin, este país es sabio y elegimos siempre lo mejor de lo mejor para que nos gobierne! Menudo tontódromo tenemos montao…

Yo por si algún día acabo llegando a ministra (cosas más raras se han visto, que lo de Ronald Reagan -o Toni Cantó en el Congreso, sin ir más lejos- a ver quién se lo esperaba…) ya he
pensado quien quiero que me retrate y cómo: a mí que me pinte Fabio McNamara tirada en un portal, borracha como una cuba y enseñando las bragas. Qué me quiten lo bailao!

Nos quieren amargar el Día del Trabajo: Por mi derecho a reivindicar mis derechos!!

Este primero de mayo, día del trabajo, nos hemos desayunado con la resaca de la noticia de anoche: los ínclitos Urdangarín y Torres quieren pactar con la fiscalía y se declararían culpables devolviendo 3,5 millones de euros del dinero público desviado (supuestamente, aunque para mí la sola proposición ya es una confesión de culpabilidad, o no?) a cambio de una sentencia condenatoria inferior a dos años que les evitaría entrar en prisión por su ausencia de antecedentes.

Seria de esperar que la fiscalía no aceptara ya que si se trata de dar ejemplo a corruptos, no habría otro momento mejor. Además, qué coño 3,5 milllones, si la Fiscalía estima que se apropiaron de 5,8 millones…! Pero mucho nos tememos que hay mucho miedo a condenar a estos señores, máxime cuando el proceso podría destapar una posible implicación de la Infanta Cristina y nuestro campechano monarca por supuesto y borbónico tráfico de influencias por no sé qué de recomendar un barco…
Total, que al final estos señores se irán de rositas y aunque su reputación se vea por los suelos por ladrones (ellos siempre podrán decir que se declararon culpables porque les estaban acorralando pero que moralmente son inocentes), vivirán a cuerpo de rey (y nunca mejor dicho) con el dinero que nos arrebataron en otros países rodeados de inmorales como ellos y aquí paz y después gloria.
Y con la que está cayendo en nuestro país, los españoles demuestran su indignación manifestándose legítima y pacíficamente en las calles para protestar por las reformas “recortables” del gobierno (que incumplan todas las promesas electorales que hicieron ya casi es lo de menos, sobre todo porque la culpa es de la herencia socialista hasta en las comunidades autónomas gobernadas durante años y años por el PP, pero en fin…) mientras que un periódico de tirada nacional, La Razón (vaya nombre más surrealista) lanzan un hashtag en Twitter (#NOatomarlacalle) con la constructiva y edificante intención de persuadir a la gente de manifestarse con la consigna de que “ni la agitación social callejera ni quienes la provocaron van a solucionar la crisis” (“la agitación callejera es muy bien cuando se trata de protestar por los matrimonios homosexuales; y vale, lo confieso, la crisis la provoqué yo una tarde que estaba aburrida y decidí especular con el terreno urbanizable, dar créditos y apropiarme de fondos públicos que pasaron por mis manos, entre otras cosas) y que está animando a los neoliberales (por llamarles algo…) a ridiculizar a todos aquellos que acuden a las manifestaciones llenándoseles la boca, como siempre, de hablar de los sindicatos y del PSOE (sin ser nosotros nada de eso…).
Ni que decir tiene que su discurso manido, rancio y sin argumentos es patético y demuestra que en este país todavía hay mucho “chapado a la antigua”, pero además esas estupideces de que protestando no conseguiremos salir de la crisis y que lo que hay que hacer es trabajar duro son bastante insultantes porque insinúan que los que nos manifestamos o vamos a la huelga por nuestros derechos no arrimamos el hombro cuando toca por comparación con el cliché sindicalista. Eso es como decir que los que vais a misa sois todos pederastas.

Muchos creemos que la derecha empieza a tener miedo porque sus cartas han quedado muy claras pero no todos somos mansos borregos manipulables. Desde luego no nos callarán ni conseguirán que aceptemos sin protestar sus hipócritas medidas (ahora suben el IRPF que es la medida más progresiva que existe pero el año que viene cuando suban el IVA lo volverán a bajar y de nuevo pagamos más los que menos tenemos) o su forma de consentir el fraude fiscal de los poderosos para que ellos puedan imponer su insolidaria ideología a sus anchas con el beneplácito de la Führer y el Colaboracionista.
Hay muchas formas de tomar la calle y de no doblegarse. Que cada uno encuentre la suya!

La fuga de Logan: reformas laborales y mierdas varias

No entiendo que a muchos haya pillado por sorpresa la reformita laboral con la que Marianín (me vais a perdonar la falta de respeto, pero yo a las marionetas guiñolescas cuyos hilillos mueven las altas esferas del capital y otros políticos rancios de pseudo-bigotes desconcertantes no las puedo tratar de Ud.) y su acólitos (joder con la Patrulilla X de marras: las SSS, la Cospe, el Montorete y un sin fin de personajes sacados del mismísimo arcón de Arniches, que mientras se sacuden la naftalina que han ido acumulando durante sus años de Oposición chusquera y marrullera – con denominación de origen Aceves y Zaplana- nos intentan vender lo modernas que son, aunque todos sabemos que siguen afiliados al “a Dios rogando y con el mazo dando”) han dado el chupinazo de nuestro Via Crucis de 4 años (+4 si la Divina Providencia no lo remedia).

Cospe y SSS

“Y de rojo, de rojo, que es lo que les jode….”

En el fondo es un más-de-lo-mismo-pero-más-antipático-si-cabe con respecto a lo que teníamos antes: La Liga de la Justicia del Puño en Alto (pero el otro bien repleto de billetitos): ZP, su cara de pena y su “hay que ver España, cómo se ha portao conmigo”, la Niña de los 1.000 Cargos, el Rubal y su discurso de “yo soy la experiencia” (que no estaría mal si nos hubiera gustado cómo lo hacía alguna vez…). [Sí, soy mucho menos sangrante con el SOE, pero es que aunque parezca que no, en el odio acérrimo también hay escala de grises]. Total, que sigue siendo el mismo perro aunque ahora lleve un collar de castigo y eche espuma por la boca.

Ya nuestros socialistas de postal (“van de escaparate”) nos reformaron lo laboral y nos dejaron temblandico. En aquel entonces, no sé si la memoria colectiva llega a tanto, los denostados sindicatos (a ver, pues claro que como estamento está podrido hasta los cimientos: como todos en esta sociedad nuestra de diseño, tecnocracia y vomitina, y está lleno de culo-grasas que llevan toda la vida sin dar un palo al agua pero con la boca llena de reivindicaciones que personalmente no necesitan. Pero ¿eso hace que debiéramos prescindir de ellos? Que prescinda el empresario de su “inmaculada Patronal”, no te digo…) protestaron (aunque dentro de las normas del protocolo marcado por una relación amor-odio con el Gobierno que no benefició más que al “enemigo”) y convocaron una huelga general que, en mi opinión, fue más bien particular por desgracia para todos.

mariano-rajoy

“Y aluego subo el IVA… y me llevo dos… lo multiplico por la prima de riesgo… y… joer, pues ni por esas salimos de la puta crisis! Voy a llamar a Josemari a ver qué piensa él…”

Ahora estamos de nuevo en la tesitura de tragarnos está píldora a la que le han puesto el azúcar de decirnos, en nuestra cara misma, que nos va a curar del mal del desempleo. No hay que ser una lumbrera de la macroeconomía para saber que esto es como tomarse una aspirina para curar un tiro en la cabeza y que a lo que va a ayudar es a que las empresas se libren de los trabajadores con mayor antigüedad porque ya sabemos que en este mundo nuestro a la que pasas de los cincuenta ya no vales nada y se te cargan porque la experiencia se ve que ha estado toda la vida sobrevalorada, pero en fin, la libertad de expresión consiente (y yo moriría para que eso siguiera siendo así) que haya quien lo alabe y lo celebre. Aunque ejerciendo también mi derecho a la libertad de expresión le deseo al que eso opine sobre este tratado sobre la desvergüenza que cuando le despidan, su indemnización la done íntegramente a los Caídos de la División Azul (para que siga la fiesta).

Poco podemos hacer porque este Gobierno nuestro (Mariano, si esto es Gobernar para todos, por mí no lo hagas, te lo pido por favor!) tiene una mayoría absoluta que no se salta un monárquico (no sé porqué los de etnia gitana van a tener que seguir presumiendo de sus habilidades de “arrebrincatapias” cuando sin ir más lejos el Yernísimo parece ser que, presuntamente, todavía mantiene una agilidad de deportista de élite en lo que a colarse en territorio ajeno para beneficio propio se refiere) . Sólo nos queda la protesta cívica y organizada (lo siento, pero yo la violencia sólo la trabajo en lo verbal, y procuro respetar las normas y sobre todo, al vecino, que no tiene la culpa de mi cabrero sino que es un compañero en la indignación aunque no lleve copyright (ya os dije lo que me pareció en su día todo el tema del 15-M y aledaños y lo mantengo).

Iñaki

Este montaje y lo de que Undargarín sacaba sus informes del Rincón del Vago” son mis favoritos sobre el tinglao éste.

En estos momentos en los que estamos tocando fondo (en el mejor de los escenarios) en lo económico, no estoy a favor de una huelga general (que además tampoco iba a servir de gran cosa y, sobre todo, es lo que desea el Gobierno para que quedemos nosotros mal ante la opinión pública internacional con un ejercicio de insolidaridad y falta de esfuerzo común ante la terrible situación que atravesamos y luego la Merkel venga a darnos unos Bundes-azotes). Los que trabajamos (esos dichosos especímenes de Homo Hispanicus Laboralis en peligro de extinción) muy duro cara día para conseguir levantar una empresa no porque la vayamos a heredar, sino para salvar nuestro empleo y el de otros y así entre todos conseguir que no se nos vaya a pique el chiringo nacional, el europeo y el global, sabemos que no nos podemos permitir perder un día de faena porque el resto del mundo seguirá girando lo queramos o no. En mi opinión, si queremos ser responsables pero solidarios a la par que contestatarios, debemos protestar los días de asueto (y en el horario de las personas de bien). Sé que es una propuesta un poco radical, pero es que la revolución no debe de estar reñida con la sostenibilidad.

Por eso mi consigna es empezar a montar las barricadas mentales del “No pasarán”, pero ganarles en su terreno con productividad y eficacia. Y a eso, que sepamos, a los “”””comunistas”””” no nos gana nadie cuando nos da la gana… ;p

Nos vemos mañana día 19 de febrero en Madrid a eso de las 12.00 en la Plaza de Neptuno (y en el resto de ciudades de la Federación! …ains, soñar es gratis).

Se me enciende la sangre…

Resulta que va a hacer 20 años que tengo derecho al voto. Y en este tiempo, lo he ejercido en todas las ocasiones excepto en unas municipales y autonómicas (reconozco que estaba de resaca aquel día, sí, es que yo fui joven una vez…), aunque también os digo que el próximo domingo habría renunciado a él por ver a amigos a los que parece que el destino no está por la labor de acercarme.

He votado en blanco en dos ocasiones: hastiada de que todos parecieran los mismos perros con el mismo collar (y os juro que, a pesar de ser licenciada en Derecho, la gente hasta me hacía dudar de si mis votos iban a ir a parar al partido político que obtuviera la mayoría, de tan emperrados como estaban en que ERA ASÍ. Sí, es que en este país todo el mundo sabe mucho de política: en los bares.

Jamás he introducido en un sobre una papeleta del PSOE ni del PP, ni de CIU (y lo digo con orgullo, aunque desde luego el que lo haya hecho estaba en su derecho; pero “de mis manos frías y muertas”…). Siempre he votado a un partido de izquierdas, pero de las de verdad (de esos que llaman y se llaman “comunistas”, aunque la mera palabra suene a añeja y de urticaria). De los que casualmente llevaban en su programa muchas de las reivindicaciones que ahora están pidiendo los manifestantes de Sol (y he tenido que escuchar cosas como “esa gente no tiene programa”, “todo eso son utopías inalcanzables” y lo mejor “yo les votaría pero es que no van a ganar”).

Me duele la boca de explicar que ganar las elecciones no es la única manera de hacer cosas que cambien el país y la manera de gobernarlo (menos mal que nacionalistas vascos y catalanes nos lo llevan enseñando desde el origen de la democracia, porque sino…).

Me considero una persona de izquierdas por creencia pero además porque tener esa ideología es una esas cosas que he heredado de mi familia y que he mamado. He arengado, he arrastrado a gente a colegios electorales aún a sabiendas de que iban a votar a partidos de derechas, sólo porque creía necesario acabar con la apatía de muchos amigos que pasaban del tema.

Me manifesté contra Bush padre en la primera guerra de Irak y contra Bush hijo en la segunda (y por extensión contra nuestros gobiernos de entonces que les rendían pleitesía, OTAN mediante). Gritamos ¡no a la guerra! hasta que nos dolió el alma: Nadie nos escuchó. Ahora me dicen que va a ser distinto porque esto nos afecta a nosotros: pues me jode que nos importe más nuestro estado del bienestar que la puta vida de otros sólo porque no los conocemos… Joder qué solidarios somos!

He estado a punto de afiliarme al partido en varias ocasiones. Reconozco que me ha podido la pereza y que me repatea que una ley electoral injusta diluya los votos de miles de personas y convierta nuestras papeletas en papel mojado: está claro que mi voto vale menos, pero eso no me ha frenado a seguir haciendo que vaya a parar a una urna (este año lo podré meter yo, qué cosas…).

Fui una de las pocas gilipollas que fueron a la huelga del 29 de septiembre. No porque lo dijeran los sindicatos, ni por fastidiar a ningún partido: porque creía que era justo. Porque la reforma laboral del gobierno me parece un paso a atrás en el avance por los derechos de los trabajadores. Justo lo que yo soy. Lo que mi familia es. Lo que son mis vecinos. El jefe del jefe de mi jefe de entonces (cargo gordo donde los haya) me pilló por banda en un pasillo de la empresa y me dijo al oído: “¿Es verdad que vas a hacer huelga? Si es que eres una roja…” Luego me dio un abrazo. La vida es así…

Pues ahora resulta que yo, esa roja (roja de mierda para algunos), me he convertido en sospechosa de fascismo. Y todo por tener lo que yo considero un sanísimo escepticismo ante un movimiento cuyo momento y lugar me parecen sospechosos (y me lo parecen sin haber visto Veo7, ni Intereconomía y habiendo estado bastante apartada de Twitter y otros medios de comunicación en los últimos días: es MI opinión, algo que parece escaso en estos tiempos).

Me parece absolutamente maravilloso que la gente se manifieste (hasta cuando el Foro de la Familia reivindica lo que ellos consideran verdadero y aunque yo esté infinitamente en contra, están ejerciendo un derecho constitucional y elevando sus voces y eso es la democracia) y me encantaría que detrás de todo ello no haya sino el interés más puro por mejorar un sistema que está podrido hasta la médula. Pero ¿no tengo el derecho a mantener cierta frialdad y no entregarles mi alma política hasta no ver que la cosa es auténtica y que no se va a desvanecer cuando los barrenderos se lleven los restos de la resaca electoral?

Muchas de las reivindicaciones que tienen se podría estar ya en fase de obtenerlas (otras creo que son absolutamente imposibles porque por suerte este país no es una isla caribeña aislada del mundo que le rodea y la sombra del capitalismo es alargada: y qué coño, porque ni en pedo ninguno de los idealistas que tenemos en Sol –ni en cualquier lugar de España y me incluyo la primera- va a renunciar a su coche o sus Nike o su iPhone o a sus vacaciones en Ibiza ni muchas cosas que son posibles gracias al sucio engranaje establecido, no seamos hipócritas) si mucha más gente hubiera introducido ciertas papeletas en las urnas. No nos engañemos: la burbuja inmobiliaria, entre otros males, la escogimos nosotros “atachada” a los partidos políticos mayoritarios que elegimos. El bipartidismo, otro invento que nos colaron los americanos como el Halloween…

Soy demócrata porque la democracia es imperfecta pero es la mejor de las opciones que tenemos para gobernarnos en paz y libertad. En democracia las cosas se cambian en las urnas y las ideas se pueden cambiar en las calles, sí señor. Así que iré a Sol a ver lo que hay y me gustaría volver creyendo firmemente que no hay intereses partidistas detrás de todo este tinglao. Pero lo que de verdad me encantaría es que la gente que, quizá por primera vez, se está planteando que tienen una conciencia política y social la conserven hasta las elecciones generales. Voten lo que voten.

Los gemelos de Siam

Anoche la Primera de RTVE programó en el espacio Versión Española la película «Los lunes al sol», de Fernando León de Aranoa. No sé si fue por cachondearse o porque todavía les queda a los pseudosocialistas del ente una pizca de conciencia social…

El caso es que este film de 2002 trata un tema de plena actualidad (aunque me temo que en este país nunca dejará de estarlo) como es la situación desesperada de muchos que han sido etiquetados como «sujetos pasivos» y no encuentran la manera de quitarse el sambenito de encima.

Fíjate si está el temita de actualidad que la semana pasada hubo aquí una huelga (no) general para protestar por una reciente reforma laboral, en el contexto de una crisis económica de la que no levantamos cabeza (pero vamos, qué os voy a contar). Este acontecimiento nos dejó un retrato en el que nadie quedó nada guapo:
  • los sindicatos acusados de convocar la huelga tarde, puesto que la ley con la reforma laboral ya está aprobada, y como una especie de paripé para seguir a bien con el Gobierno;

  • el Gobierno (estos nos dan una a derechas -o las están dando todas, que para el caso…-) que tampoco quería que los sindicatos quedaran con el culo al aire, pero sin dejar de taparse el propio preferían no dar cifras y dejarlo todo en tablas;

  • el PP que no apoya la huelga (faltaría más teniendo en cuenta que las medidas de la reforma les siguen pareciendo insuficientes) y que prefieren que el SOE se de el batacazo continuando con unas medidas que les van a hacer perder los votos de la izquierda (estos de tanto frotarse las manos pensando en lo poco que les queda para gobernar van a acabar haciendo fuego…), ahora eso sí, achuchando con sus pitbull con sotana…

  • Díaz Ferrán (que como cabeza visible de la patronal tiene a sus espaldas -que no conciencia, que de eso no gasta- el desempleo de más de 2.000 trabajadores de Marsans) diciendo que la huelga sólo ha tenido éxito allí donde se ha ejercido la violencia;

  • los empresarios (desde luego no todos, pero sí que los ha habido, que me consta) que han coaccionado a sus empleados para impedirles ir a la huelga;

  • los sindicalistas piqueteros (desde luego no todos, pero evidentemente los ha habido) que no han permitido que muchos trabajadores ejercieran su derecho al trabajo;

  • los policías (algunos, los de siempre, los sádicos…) que han tirado de porra una vez más, pareciera que para pagar su frustración por la bajada de sueldo a los funcionarios;

  • los que no han echo huelga porque son votantes del SOE y, aunque estén en contra de las medidas de ZP & Cía, han trabajado para no hacerle el caldo gordo al PP;

  • los que no han hecho huelga porque son votantes del PP y, independientemente de lo que piensen sobre las medidas de ZP & Cía, no han hecho huelga para no hacerle el caldo gordo a los sindicatos;

  • los que hubieran hecho huelga pero no podían prescindir del sueldo de un día (yo no lo juzgo, pero más les va a costar el despido si les toca…);

  • los que hemos hecho huelga no porque estemos con los sindicatos, sino porque consideramos que hay que protestar contra la reforma laboral del gobierno sea o no sea tarde y creemos que es importante solidarizarse con los trabajadores amenazados con el despido por el cierre de sus fábricas o con los mineros (sobre los que esta semana he escuchado decir auténticas barbaridades, como si fueran controladores aéreos), porque éstos hemos quedado simplemente como unos gilipollas idealistas y nos han ridiculizado en todos los foros posibles.
El caso es que en este país seguimos sin darnos cuenta de que, como decía el personaje de Amador en la peli de Aranoa, somos todos gemelos siameses y si cae uno, caemos todos, «si joden a uno, nos joden a todos», y el miércoles nos jodieron pero bien. Si te ríes, te estás riendo de ti mismo, porque quizá hoy no vaya contigo, pero mañana puedes ser tú el afectado; porque no es sólo nuestro trabajo el que está en juego, sino el trabajo de nuestros hijos. Nuestro futuro.

Yo sé bastante poco de política y menos de economía (lo poco que me enseñaron en la facultad de Derecho se ve que no da para entender a estos «grandes estadistas» que manejan el cotarro), por lo que pido a quien sepa que me explique cómo esta dichosa reforma va a ayudar a generar empleo porque yo no lo veo, pero como os digo, yo soy muy ignorante (ni siquiera estoy segura de si la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables aplicará en este caso, porque digo yo que si es así, es decir, si los empleados contratados con anterioridad a la reforma no podrán ser despedidos con las nuevas condiciones, ¿qué sentido tiene? Porque no me creo yo que un empresario a día de hoy no contrate un recurso que necesita pensando en la indemnización que tendrá que pagarle si le echa en 10 años…).

Si resulta que se puede despedir a cualquiera pagando sólo 12 días, ¿sería muy tendencioso por mi parte decir que en este país este tipo de medidas para lo que sirven es para exonerar a los empresarios de pagar indemnizaciones que ahora habrá de pagar el FOGASA (Fondo de Garantía Salarial, que por cierto, sale de nuestros impuestos y que cuando este se agote, se acabó lo que se daba) y que esos despedidos podrían acabar siendo parados de larga duración (mayores de 45 años que son los que tendrían derecho a mayores indemnizaciones) que también tendrán que cobrar subsidios por desempleo (de los que también pagamos todos y sobre los que ya se oyen muchas quejas porque nos están arruinando)?

No sé, igual es verdad eso que me dicen de que soy una «roja» (yo no me considero nada más que una persona con ideas de izquierdas y una moderada tendencia a la solidaridad con las personas que no tuvieron las oportunidades de formación que mi familia me ha dado con mucho esfuerzo y una buena memoria para recordar mis orígenes) y todo esto que os cuento no es más que demagogia barata…

No sé si significa algo o no, pero entre el grupo de perdedores (metáfora de esta España nuestra) que describe «Los lunes al sol» hay un ruso que cuenta una historia preciosa con la que os dejo para que reflexionéis (o no):

Un exsoviético le dice a otro «Todo lo que nos dijeron sobre el comunismo era mentira». El otro le responde «Sí, pero todo lo que nos dijeron sobre el capitalismo era verdad».

Vamos, que estamos jodidos de todas todas.