Kung Fu Movie (David Valero, 2011)

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Como el Orson Welles de “Don Quijote”, Valero utiliza los materiales de su película inacabada “Kung Fu Movie” como excusa para contarnos su vida, sus sueños, sus inquietudes artísticas (¿o es al revés?).

Lo único que le puedo reprochar es no haber diseñado el póster de la peli, que me quedaría cojonudo en la entrada del post (eso y no haber disfrutado de ese súper estreno en los cines del barrio tal y como se nos había prometido: era lo más cerca que íbamos a estar de la alfombra roja…).

Pero es que el proyecto faraónico estaba abocado al fracaso. Y no porque la idea fuera mala, o no estuviera lo suficientemente pensado y trabajado (bueno, quizá un poco más de planificación… ;p), sino porque aquello era más complejo que recrear Atlanta en la Guerra de Secesión, y claro, no había el presupuesto de O. Selznick (joder, si hasta Lucas tuvo que esperar para poder rodar la primer trilogía…) Pero sí mucha ilusión. Y talento.

Lo bueno es que la cosa no acaba aquí. Espero. Confío en tener la oportunidad de volver a acercarme al cine de la mano de Valero Artes y su troupe de inconscientes. Porque este chico va a triunfar y todos querremos estar cerca cuando lo haga.

No os puedo pedir a los que no sois de “la familia” que veáis entero el documental. Es un trabajo demasiado personal de hora y media que conjuga la infancia de los que crecimos en este barrio (o en otros barrios, eso es igual…), con la evolución artística de este Da Vinci del Henares para terminar con las escenas montadas que se pudieron llegar a grabar de una peli de chinos que hubiera sido la delicia de mi padre, todo ello sin escamotear los preparativos y las mil y una vicisitudes que llevaron a ella.

Sólo para que conste, alucino con el nivel de técnica al que “el colega” ha llegado en lo que se refiere a montaje. Por no hablar de la grandísima visión que tiene el tío para la puesta en escena. Te admiro, Valero. Y te envidio, aunque claro, estás cosas no caen del cielo sino que vienen de mucho tiempo de trabajo, la Teoría de las 10.000 horas le llaman… (Es que estas cosas hay que decirlas, aunque sean las 00:30 de un lunes y mañana haya que madrugar…).

Pero lo que sí os recomiendo es no perderos la última parte (a partir del quinto vídeo), la que contiene las escenas de marras, porque a mí me parecen descojonantes. Aunque claro, yo salgo en la peli y, qué voy a decir… (para mis fanses incondicionales, no perderse a partir de 00:50 del último vídeo, tengo un papel pequeño pero con mucha enjundia XDDD –y también salgo en las tomas falsas!!!-).

Y a los amantes del thriller y el terror, no dejéis de ver su aclamado corto: Darkside. Es una virguería. Creo firmemente que en ese género está tu voz, David.

Kung Fu Movie: Comienza la odisea

Domingo 27 de Junio, 2010

07:10 a.m.

En algún lugar recóndito de la Ciudad 70 (Coslada, Madrid)

Temperatura: sorprendentemente fresca para principios de verano.

Pronóstico meteorológico: probabilidad de lluvia del 75% (mierda!). El cielo TOTALMENTE encapotado y la pertinaz lluvia caída durante la noche no parecen presagiar nada bueno… pero «abre, abre, esto fijo que abre» (ante todo optimismo).

El portal del Valero tiene la misma pinta que si todos sus vecinos padecieran síndrome de Diógenes: cajas, palos, más cajas, más palos, cestas, trastos varios tanto identificados como sin identificar (pero ¿qué coño pinta una guitarra española en una peli de chinos…?).

El día anterior se terminaron las últimas compras: el Cobo Calleja es un lugar extraño que encarna lo más siniestro del consumismo occidental (y del intimidante regateo oriental) en el que como mínimo hay que llevarse 16 rollos de cuerda y las cortauñas en cajas de 5 (¿qué puñetas se puede hacer con 5 cortauñas?) Pero al final la peluca del prota la compramos en un «Todo a 100» atendido por un español 100% (esto no es racismo, sólo me limito a los hechos…).

Cargamos los coches con la inestimable ayuda del Gocho y ponemos rumbo a la pisci (sujetando los dichosos palitos en las curvas no nos cargaremos el parabrisas….). Los empleados del ayuntamiento esperaban un día tranquilo, pero se quedan con cara de WTF cuando empezamos a descargar el arsenal en su párking.

Poco a poco empiezan a llegar los talentos: Kabuto y Yoman hacen una entrada a lo Starsky y Hutch (la madre que nos parió, ya estamos dando el cante…), y el Isra (a.k.a. mi hermano) que ha llegado en bici (no, desde Madrid no, sólo desde la estación…).

El set es un barrizal, pero somos inaccesibles al desaliento, y las risas ya han empezado: va a ser un gran día! Hay que montar los puestos y la decoración, colocar el atrezzo, soportar el bacile sobre el Orgullo Gay

Poco a poco empieza a llegar la figuración, las chicas han venido casi todas ya vestidas y maquilladas de casa. Los chicos no, así que nos damos un festín de variopintos gayumbos poligoneros

El Peri no ha venido. No hay problema, surge un espontáneo: el Milupa se deja maquillar al estilo de la ópera de Pekín versión «la 70». Su novia disfrutando en plan sádico mientras le ponemos los ojos como a Amy Winehouse.
La policía hace acto de presencia en el parking piscinil pero se limitan a analizar un poco la situación antes de preguntar qué vamos a hacer. Cuando les dicen que vamos a rodar un corto se van tan tranquilos después de desearnos que lo pasemos bien. Qué enrollados!

Mientras tanto, los puestos ya están montados así que empieza el rodaje. Valero, megáfono en ristre, empieza a dar instrucciones.
Comenzamos a deambular por el mercadillo, pero no es posible dar un paso sin lanzar una carcajada (imagínate a 40 personas vestidas de chinos):

  • El vendedor de armas italiano no sé de dónde lo han sacado, pero tiene un futuro increíble en esto de la interpretación.
  • Igual que la bailarina de danza del vientre, que los tiene a todos flipados
  • El del puesto de Anticrisis casi me vende una camiseta de verdad, de lo convincente que resulta.
  • Me echo unas risas con el de la guitarrita de marras mientras me cruzo con un Hare Krisna ¿?
  • Me doblo de risa viendo al carnicero ahí agazapado con el cuchillo sanguinolento en la mano.
  • Pero cuando ya no puedo más es cuando me encuentro al Favio metido en la jaula de los hurones atado con una cuerda de la cabeza a los pies («sí, riéte, pero no veas como pica la cuerda!»). Dios mío,no sé que va a salir de esto.

Hay que repetir muchas veces porque todos estamos partiéndonos o mirando a cámara. Al final parece que ya nos vamos acostumbrando y nos ponemos en plan «pro».

Me toca decir mi frase. Oye, pues como que me ha sabido a poco…

Al final sólo hemos podido grabar la mitad de escena, así que habrá que volver… Recogemos todo, que no queremos problemas y nos vamos a casa después de liquidar el cátering.

Lo peor: el barro y que se me ha roto la mesa de picnic (claro, con cuatro tíos como castillos sentados fingiendo comer espaguettis, no me extraña, pero bueno, qué se le va a hacer…)

Lo mejor: volver a ver a un montón de gente y echarnos unas risas gloriosas (Toño, el Javi, etc.)

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