Corre, Lola, corre (Lola rennt, 1998)

Póster Original

Esta es una peli que hace mucho tiempo que quería ver y además había oído hablar de ella con entusiasmo a un amigo hace relativamente poco, pero no había surgido la oportunidad hasta ahora…

El caso es que no es una gran película, pero sí me parece imprescindible si te atrae cierto tipo de cine que a mí me encanta y “colecciono”: lo que Warren Buckland denomina (en este libro que me pienso leer en cuanto acabe “Juego de Tronos”, vamos en 2017 más o menos…) “películas puzzle”, y más concretamente películas en las que se juega con la temporalidad y con las posibilidades alternativas.

Corre Lola corre

Lola (Franka Potente) es una chica resuelta y decidida que recibe la llamada de Manni (Moritz Bleibtreu), su novio, un lelo metido en trapicheos de poca monta que, como el inútil que es, ha perdido en la U-Bahn 100.000 marcos (ay, que nostalgia más tonta, numismática y transportística …) de su jefe, un mafioso con pinta de sacarle a uno la piel a tiras primero y preguntarle después. Sólo tienen 20 minutos para encontrar esa cantidad de dinero, así que Lola se lanza a la carrera a intentar solucionar la papeleta a “su cari”, al que no se le ocurre otra salida que atracar un supermercado.

Lo curioso de la peli es que esos 20 minutos en los que Lola corre por las calles de Berlín y se desvive por encontrar una alternativa se repite en tres ocasiones con diferencias en función de pequeños cambios que hacen que se modifique ese final. Visto hoy no nos parece tan original, pero en 1998 este recurso en el cine no estaba tan explotado…

Lola rennt

Estaría emparentada por tanto con otra película de ese mismo año, “Dos vidas en un instante” en la que veíamos a Gwyneth Paltrow (qué maja ella con su acento de Talavera…) viviendo dos posibles alternativas en universos paralelos (que dependían de que llegara a coger cierto convoy del metro o no). Peli ésta que tiene curiosamente un referente muy anterior en un film español de Edgar Neville (uno de nuestros directores más interesantes de todos los tiempos y al que recomiendo de todo corazón) de 1945 titulada “La vida en un hilo” y que tiene exactamente la misma temática (pero infinitamente con más gracia, claro).

También tiene mucho que ver con el film de 2004 “El efecto mariposa” (basada obviamente en la teoría del mismo nombre consistente en que cualquier pequeña variación en una circunstancia puede acabar generando un efecto impredecible pero de grandes magnitudes: vamos una cosa que la piensas bien y te aterra…) en la que el pobre Ashton Kutcher tenía la capacidad de cambiar ciertos hechos del pasado que modificarían así los del presente. Como también le ocurría a Guy Pearce en “La máquina del tiempo” de 2002, se encontraba con la terrible frustración de, a pesar de todo, no poder evitar ciertos acontecimientos nefastos.

Los cronocrímenes

Otro ejemplo en este sentido serían los interesantísimos y perturbadores “Cronocrímenes” que perpetró Vigalondo en 2007.(Parece que el único “viajero temporal” que consigue cambiar las cosas es Marty McFly…)

Los referentes más recientes en este sentido estarían en la televisión y en series como “Lost”, “Héroes” o “Misfits”, aunque la diferencia entre todos los casos expuestos con posterioridad y las dos películas de 1998 (y la de Neville como pionera) es que en estos casos no se encuentra en el propio argumento la explicación al fenómeno por el cual se permite al protagonista disponer de más de una oportunidad para tratar de lograr sus objetivos.

¿Es entonces posible o no cambiar el presente? ¿Es el destino inmutable y nosotros sus juguetes o, por el contrario, somos dueños de nuestro devenir y lo construimos con cada decisión? ¿Puede el batir de las alas de una mariposa provocar un Tsunami al otro lado del mundo? ¿Acabaré algún día este post antes de volverme loca de remate atrapada entre tantas paradojas?