Queridas amigas (que tengáis las gónadas externas o internas a mí me es indiferente…):
Nuestra pequeña Monidala se ha cogido unas vacaciones blogueras (algo me ha dicho la niña de una crisis de inspiración o no sé qué, que mira que le he dicho que tanta inspiración es mala, que luego va una y se hiperventila, pero ella ni caso…), por lo que no va a publicar entradas en una temporada y tampoco saldrán de sus teclas comentarios para vuestros blogs o vuestras gilifrikadas varias del Facebook (del Twitter ni hablemos, que eso es pecao).
Me ha pedido que os aclare que, por supuesto, seguirá leyendo con deleite todas y cada una de vuestras absurdas paranoias, digo… vuestras interesantísimas aportaciones a la cultura popular o al humor, pero me ha dejado a mí encargada del chiringo, así que si algo se ha de comentar, lo haré yo.
Qué me gusta una regresión a la adolescencia, oye…
No esperéis sesudas reflexiones por mi parte, que yo no he sido nunca muy de pensar, no sea que luego me pase como a un tío de my dear dear Vince, que el pobre se murió de listo. Una muerte infame y desprovista de glamour. Vamos, una cosa horrorosa que no pega con nada…
No os extrañe si me burlo con sorna de vuestra idolatría por “Juego de Tronos” (yo es que soy más de “Santa Bárbara”, que queréis que os diga…), si no comparto esa irrefrenable necesidad de adoptar a un zombie (que no digo yo que no tenga su gracia, pero que mira que niños más monos se traen los Brangelina, que parecen de Benetton y ni se les caen los pellejos, ni nada…) o si resulta que disfruto con los videos bizarros de los que nos surte cierta loca divina, aunque sean para echar la bilis…
Tengo la intención de utilizar esta oportunidad para volcar mi profunda creatividad, pero claro, como soy de natural frívola y voluble, mi ritmo de posteo será más bien sincopado y exento de presiones. Estoy pensando en escribir una serie de entradas basadas en un nuevo y revolucionario método de autoayuda a través de las letras de las canciones de Madonna, pero no prometo nada que la disciplina no es mi fuerte.
Como nueva Ama del Calabozo me ofrezco a daros los azotes que necesitéis. Si es que soy todo corazón…
Ahora que estoy viendo esto, yo lo customizaría un poco a mi estilo: unos claveles, un poquito de oro, una cerámica de Talavera, unas canciones de Mari Fé de Triana, vamos, lo que viene siendo una decoración kitsch-barroca para ponerse en situación… Lo que pasa es que como le toque algo a la niña, cuando vuelva me da una paliza que me deja más despeluchá que un loro matao a escobazos, así que me tendré que adaptar a lo que hay (cuanto daño ha hecho el feng shui al interiorismo moderno…).
Y sin más os dejo, que tengo que salir y mi cara requiere ya de mucho trabajo de chapa y pintura (ay, qué mal estoy llevando la menopausia…).
Vuestra siempre,
Geena
P.D. Susan, que le digas a la Paris y a la Linsey ¡que me he hecho bloguera! Aunque no sé pa qué, si estas no saben leer y seguro que se creen que es alguna peversión sexual y se me presentan por aquí sin bragas… Uy, no no, déjalo, a ver si me la lían parda (aunque habló de puta «La Tacones», pero bueno…).