Confessions of a Dangerous Mind (George Clooney, 2002)

Hasta hace un par de meses sólo había visto una película dirigida por Clooney y me había parecido regulera: eso de «Ella es el partido» (en honor a la verdad, el título original -«Leatherheads»- no es tan infame…), que me resultó una comedia romántica algo aburrida, aunque eso sí, estilosa.

Después de haber visto recientemente «Buenas noches y buena suerte» y «Los idus de marzo», dos pelis que me han parecido estupendas (me gustó más la primera que la segunda) pero que no he comentado porque pertenecen a ese tipo de films que siempre he considerado demasiado adultos para mí y no sé muy bien qué decir sobre ellos (demasiado políticos para una adolescente superficial como yo), lo que hasta yo he pillado es la vocación de Clooney por hacer un cine comprometido y demócrata, pero tratando de evitar los maniqueísmos y aceptando que entre los del burro hay tanta podredumbre como entre los elefantes.

Y que es un director elegante con buen gusto para la imagen y los encuadres, para la música, para los temas que escoge y el tipo de historias que le gusta filmar.

«¿Tomas algo?  Si quieres te hago una tortilla que tengo unos huevos fresquísimos…»

En su primera película además contó con Charlie Kaufman para la adaptación al cine de la biografía no autorizada del productor de tv Chuck Barris (creador de algunos de los formatos más horteras y exitosos que conocemos). Lo mío con Kaufman ya lo intenté explicar cuando hablé sobre su única película como director (Synedoche, New York»; en 2014 está previsto el estreno de la segunda, «Frank or Fancis») pero me reafirmo en que es uno de los escritores con más talento del Hollywood actual. En este trabajo y pese a ser una adaptación (la historia de por sí ya tiene miga: un productor de telebasura de gran éxito que a la vez podría haber trabajado como asesino a sueldo para la CIA), hay mucho de su mundo siniestro y surreal y su sentido del humor negro y retorcido, de sus personajes siempre bordeando los límites del reverso tenebroso de la mente, de su forma de estructurar las historias como si el tiempo se doblara sobre sí mismo…

No tengo ni idea de cuánto de lo que me ha gustado de «Confesiones de una mente peligrosa» (la peli está molona y tiene musicón, por si se me olvida decirlo…) es de Kaufman y cuánto es de Clooney. O cuánto es de agradecer directamente a las conseguidas interpretaciones de Sam Rockwell, Drew Barrymore, Rutger Hauer, Julia Roberts (me ha sorprendido mucho y para nada estoy entre sus fans) o él mismo, que se reserva un papel muy a su medida.

Mira la Julia como perrea…

En cualquier caso está claro que George Clooney es un todo terreno que actúa con convicción, produce con rentabilidad, dirige con solvencia o te pone un café si se tercia..

Los hombres que miraban fijamente a las cabras (Grant Heslov, 2009)

Hombres y la cabra

Teniendo en cuenta los siguientes hechos probados: (Vale, me ha quedado muy jurídico, cambiémoslo por “Partíamos de estas bases, a priori, positivas”:)

Que estamos ante una comedia (aunque la ambientación bélica siempre me repele como el hígado a los críos, si es por echarse unas risas, al final me vence la curiosidad) con Jeff Bridges (que ya sabéis lo que pienso de él, y que además me parece genial como actor), George Clooney (no creo que haya que decir nada, pero que sepáis que estuve a punto de comprarme una cafetera de esas de cápsulas y eso que yo no tomo café, que me sube la tensión…), Ewan McGregor (me encanta desde tiempos de “Trainspotting”, aunque a veces se mete en cada proyecto que parece que los elige una prima suya de resaca de crack) y Kevin Spacey (actorazo indiscutible que además, me cae fenomenal pero… ¿será o no será gay? jo, pero mira que soy cotilla…).

Que tiene una temática prometedora (y parece ser que basada en hechos reales): la existencia de una división secreta del ejército americano llamada “El Ejército de la Nueva Tierra” concentrada en la creación de soldados con superpoderes a través del desarrollo de la mente, todo ello muy basado en el New Age y un montón de referencias a esas cosas que me gustan tanto a mí como el destino y las consecuencias de luchar contra él y otras paparruchas, todo ello regadito de drogas lisérgicas.

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Namaste… y todas esas chufas.

Que contiene una banda sonora con temazos: en los créditos iniciales ya me colocan el “Alright” de Supergrass, que es la canción que escucho cuando no recuerdo dónde he puesto las ganas de vivir y oye, que de repente aparecen (me tengo que agenciar otra para las llaves y el móvil); y la canción-leit motiv de la peli es el “More Than A Feeling” de Boston, que me pone la carne tan de gallina que durante el solo podría rallar diamantes con los pezones (y eso que en la última parte me falta el público en modo Energia Estrella, que hay mucho Guitar Hero en estos deditos…)

Y a pesar de todo ello al acabar la peli, en lugar de estar flipando, me doy cuenta de que me estoy preguntando: Pero ¿QUÉ TONTERÍA ES ESTA?

No es sólo que le sobren unas doscientas referencias a los Jedis, (que la palabrita aparece más veces que en las seis pelis de Lucas y en toda la filmografía de Kevin Smith juntas), es que de verdad que no le veo el sentido. Ni la gracia, ya puestos.

Clooney bigote

“Los hombres que se dejaban bigote porque creían que les quedaba bien y en realidad están matadores”.

Todo en la peli es tan “a lo Cohen” (las interpretaciones de Clooney y Bridges; la progre-crítica permanente al ejército y la empresa americanos en plan “pero mira que soy demócrata… ¡Republicanos, arderéis en el infierno!»; lo irreal que parece todo…) que me creía que la peli era de ellos. Me ha decepcionado que no lo sea porque tenía yo ganas de decirles cuatro cosas a ese par, que no hacen nada que sirva desde “El gran Lebowski” (y por Dios, no me mencionéis esa Oda al Pestiño Pretencioso que se marcaron para mayor gloria de “Melenitas” Bardem con aquello de “Algunos hombres viejos” o como se llame, porque la tenemos…).

Total, que no me ha gustado nada. Y en realidad tampoco me he aburrido (ni me he dejado de aburrir). Pero la voz en off se me ha hecho cansina hasta más no poder y cuando ha llegado el final a mí también me hubiera gustado tener LSD y un helicóptero. Ups ¿esto es un spoiler? Buf, contenta me tiene el cine actual.