Movie 43 (Mogollón de gente que se merece el garrote vil, 2013): Esto no es una película

Supongo que no soy la primera que se ha preguntado cómo han engañado a Kate Winslet, Naomi Watts, Hugh Jackman o Halle Berry entre muchos otros (joder… Emma Stone!! Gerard Butler!!! Uma Thurman!!!! Richard Gere!!!! No digo que sean Lawrence Olivier, pero esta gente da para más, ¿no?) para perpetrar tamaño horror fílmico (poderoso caballero es Don Dinero…). Y seguro que si la hubiera visto en calidad de «prensa» tendría que sacar mi lado más corporativo-profesional y trataría de ver el lado positivo utilizando eufemismos como «irreverencia refrescante» e incluso «oda a lo políticamente incorrecto» (o no, porque esto no hay por donde cogerlo y no veo forma de poder hablar de ello desde una cierta distancia).

Pero por suerte puedo dejarme llevar por la sinceridad más absoluta, rebajarme al nivel de la película y exclamar con todas mis fuerzas: BASURA INFECTA Y NAUSEABUNDA QUE BUCEA EN SUS PROPIAS HECES CON LA BOCA ABIERTA. Toma frase promocional: si es que el Marketing es lo mío…

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Coriolanus (Ralph Fiennes, 2011)

Con bastante retraso con respecto a su presentación en la sección oficial del Festival de Berlín de 2011, el próximo día 25 de enero se estrenará en nuestro país simultáneamente en cines y en diversas plataformas de VOD así como en DVD «Corolianus», que ha supuesto el debut del actor Ralph Fiennes en la dirección.

La elección del tema de Fiennes para su opera prima es, desde luego, arriesgada: una tragedia shakespeariana, no precisamente de las más populares ni accesibles, basada en la vida de un legendario general de la Roma antigua que cae en desgracia y es desterrado, trasladada a una violenta actualidad pero conservando el texto del Bardo en el inglés de la época y con la dificultad que conlleva para el público actual la comprensión del lenguaje poético.

Se ha decantado por una puesta en escena que alterna el estilo directo y  espontáneo de la cámara al hombro eminentemente periodística (aunque algo mareante) durante las escenas de acción bélica o de mayor tensión con otro mucho más estático en los largos diálogos o monólogos.

Pero sin duda la mejor baza de la película, (además del texto de Shakespeare, por supuesto), es la interpretativa. Fiennes inunda todo con su sobrecogedora presencia y compone a un Cayo Marcio adusto y brutal como requería el papel de un hombre de guerra con el valor suficiente como para realizar una incursión el sólo en territorio enemigo pero que no está dotado del don de la oratoria. Una carencia que le incapacita para la política, donde parece que cuenta más el cómo se dicen las cosas que los méritos reales alcanzados. Ese es uno de los puntos que enlazan, no sólo la obra de Shakespeare, sino la historia de la humanidad desde la Antigüedad hasta hoy: la esclavitud que cada vez más nos encadena a la apariencia (que hoy le llamemos Marketing es lo de menos) por encima de la realidad.

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Coriolano, el terror del #15M…

Destacable también es la interpretación de Vanessa Redgrave como Volumnia, una madre dura y ambiciosa que parece tallada en mármol.  El reparto cuenta además con la últimamente ubicua Jessica Chastain como Virgilia (la abnegada esposa del héroe) y Gerard Butler como Aufidio (Némesis de Coriolano) que es el que quizá menos me ha convencido, aunque en su favor se podría alegar que su papel está bastante descafeinado.

«Coriolanus» constituye por tanto un meritorio intento de traer a Shakespeare a la actualidad que, a pesar de ello, a mi modo de ver queda lastrado por la pretensión de permanecer fiel al complejo texto del de Avon.

Exposados (Andy Tennant, 2010)

Exposados

No sé si esta sobredosis de comedia romántica no me estará convirtiendo en una cínica recalcitrante, como si tanta noñez y mensajes de “el amor verdadero puede con cualquier adversidad” me estuvieran vacunando, o si simplemente se llega a un momento en la vida en que las experiencias te hacen perder la fe para siempre…

Sea como sea, y después de este momento íntimo entre vosotros y yo, os diré que esta película tampoco ha encendido la llama de la esperanza nueva y eterna en lo que a Hollywood se refiere: no hay manera humana de ver una comedia nueva, original, con chispa. Ya no se hacen comedias como las de antes, algo que trascienda la pura comedia y el mero romance, algo como “Las tres noches de Eva” o “Mi desconfiada esposa”…

La Jenni

“Sí, tengo más de 40 años, pero cada vez que envidiéis mi cintura o mis piernas, os ruego recordéis que no me he comido una buena hamburguesa con queso desde 1991.”

Aquí con lo que nos encontramos es con una cierta química entre Gerard Butler y Jennifer Aniston (aunque tampoco sé yo si es química o el cariño que le tengo a la Siempre Rachel y al efecto que tiene sobre mí esa media sonrisa embriagadora con la que el escocés adorna (y cómo) esa cara de bestia parda y que insinúa su capacidad para levantar a una mujer y echarle un polvo épico contra la tapia de un callejón oscuro…) y con un pastiche de cosas sacadas de (o al menos yo las vi por primera vez en) “Los 39 escalones” de Hitchcock (sólo que allí los protagonistas estaba esposados literalmente el uno al otro y había más tensión sexual en un fotograma que en toda la filmografía de Tennant -aunque tengo que decir que este director especializado en comedia romántica tiene algún título que está entre mis favoritos como “Sólo los tontos se enamoran” con el Siempre Chandler, o “Hitch”, que es ligeramente original…- ) o en la ochentera “Dos pájaros a tiro”, en las que se mezclaba la comedia romántica con el thriller y había interesantes cantidades de acción para mantener a los protagonistas en peligro constante, que ya se sabe que es la cosa que pone más cachonda del mundo a la gente…

Beso, atrevimiento o verdad

“¿No hueles a gas? ¡Pero no pares hombre, que creo que estoy a punto…!”

Lo que me escama es que me parece que en el fondo no se trata más que de otra remarriage comedy (si algún día consigo terminar el tercer post de mi tesis sobre la comedia romántica os hablaré de este asunto) y me pregunto si no estaremos viviendo otra era de represión y nos intentan lobotomizar de nuevo con aquello de que “el divorcio es malo” o si ese género ya tiene su propia entidad independientemente de la coyuntura social.

El resultado, sin embargo (me refiero a pesar de los interesantes referentes), es que se ha desaprovechado tanto a los actores como las situaciones que se podrían haber creado. La parte thriller es aburrida y no tiene interés. La parte cómica carece de gracia y en cuanto al romance, es bastante plano, con escenas previsibles y falta mucha electricidad. Resumiendo: es un “sí, pero no”.

La cruda realidad, Robert Luketic (2009)

La cruda realidad poster

Después de aquello de Killers (creo que todavía tengo secuelas, lo digo en serio…) imaginaos mis reticencias hacia esta peli anterior de Robert Luketic con esta chiquita tan mona (que es un eufemismo envidioso para “tía buena que te cagas”), la Heigl (yo es que como no he visto Anatomía de Grey no le tengo cariño, qué le vamos a hacer…). Pero recordé que a mi queridísima Uma le gustaba y decidí que tenía que darle una oportunidad.

Por desgracia, en el comienzo de esta cinta todo se estaba desarrollando por los mismos derroteros: mujer joven y atractiva de brillante carrera (productora televisiva en este caso) y que, sin embargo, parece subnormal cuando se relaciona con los hombres y no para de comportarse como si, en el fondo, lo que quisiera fuese morir sola y rodeada de apestosos gatos. Vamos, que estaba yo al borde de la limpieza de cutis.

Heigl

“Mamá, mamá, me han vuelto a dar el papel de Pava Total!!! La verdad es que lo bordo…

Pero de pronto, ¿qué ven mis ojos? Mmmm… [Léase con voz cantarina de zorrilla de alterne] Gerard Butler en todo su esplendor de macho Alfa… Y ¿qué me creo? Si encima es un cabestro, un energúmeno machistoide y deslenguado que utiliza a las mujeres y se burla del amor y el romanticismo… La cosa promete!

Gerard

“El Hombre Deseado ahora trae como complemento dos guarrillas para ponerlas a planchar o lo que se te ocurra.”

La verdad es que he acabado divirtiéndome mucho con ese tío tirándonos a las tías a la cara lo absurdas y predecibles que somos y lo sumamente equivocadas que podemos llegar a estar con respecto a las relaciones. Me he reído mucho con las verdades absolutas acerca de los hombres que se subrayan en la peli y creo que los chicos que vean la peli estarán de acuerdo en que no se les puede definir con más claridad y sencillez (y certeza). Me ha gustado el estilo de esta “guerra de sexos” y su utilización del lenguaje soez: qué le voy a hacer, debo de ser muy primaria, pero me divierte escuchar determinadas palabras en una peli americana convencional, aunque soy muy consciente de que la subversión termina ahí.

No nos olvidemos de que se trata de una comedia romántica y tiene sus convenciones (os las voy a intentar desgranar con detalle en mis próximos posts, pero todos las conocemos en realidad…) y con todas las que hemos visto ya podemos predecir lo que irá pasado hasta llegar el inevitable final. Pero no por ello deja de ser divertida la forma como lo han contado esta vez ni los personajes dejan de ser entrañables o simpáticos. Y estos los son (aunque los pobres bailan los dos fatal…).

Un, dos, cha-cha-cha...

Es que si además de guapos, altos, estrellas de cine y millonarios bailaran bien ya sería una ofensa para el común de los mortales…

Incluso la Heigl empieza a caerme mejor. Y después de haberme tragado hoy “27 Vestidos” en canal, os diré que ya la cuento entre mis mejores amigas… ^_^ Dios mío, este proyecto puede llegar a ser peligroso!!!!


¿Queréis saber la cruda realidad? ¿La descarnada, sin adornos (bueno, puede que algunos, que este blog vive a base de retórica…) ni falacias, dura y pura realidad??

La realidad es que casi todas las mujeres que conozco son atractivas, listas, están preparadas y son muy divertidas. Son profesionales muy capaces que realizan trabajos sofisticados y sobreviven en esta jauría humana postmoderna con una desenvoltura que sorprende. Pagan sus facturas y se proporcionan sus propios orgasmos. Lo mismo viajan solas, que cocinan y algunas, incluso, son capaces de instalarse unos códecs cuando es preciso …

Pero prácticamente todas son unas obsesas del control, unas neuróticas inseguras y absurdamente condicionadas por el montón de patrañas con las que se han criado. Por lo que respecta a los hombres, todavía creen en los príncipes azules, en los Mr. Right y las almas gemelas. Y es curioso, porque la mayoría son intensamente agnósticas, lo que quiere decir que no creen en Dios pero tienen una fe ciega en los cuentos de hadas… Curioso, cuando menos.

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“Oye, no es la primera vez que me enfrento a uno como tú en un ascensor así que….¡qué corra el aire!!”

Son fácilmente manipulables en lo que respecta a su ideal amoroso y francamente patéticas en sus relaciones idealizando con facilidad la mas mínima chorrada intrascendente porque todavía aspiran a disfrutar de ese concepto etéreo (e inexistente) denominado “el novio perfecto” (también conocido en el pasado como “marido ideal”). Y eso se traduce en la pretensión gilipollesca de tratar de convertir a los hombres de su vida en una versión plastificada de lo que eran. Se juzgan duramente a sí mismas por lo que tienen, y no por lo que son, y se frustran permanentemente porque es inevitable cuando sueñan lo imposible.

Los hombres, por otra parte, son simples. Ah sí, y les asustan las relaciones…. ellos son más de felaciones!