Two Lovers (James Gray, 2008): Tan real y áspera como la vida misma, pero para eso ya tenemos la vida misma, que hace más daño…

Otro de esos dramas sospechosamente alabados por la crítica y que después cuando los ves, no sabes dónde han visto ellos esa “imprescindibilidad” y estás todo el tiempo esperando algo realmente conmovedor hasta que te dices “no me jodas, esto lo he vivido yo ¡pero fue mucho más interesante y tenía mejores diálogos!”. Supongo que será eso: el hecho de ser una historia tan real que nos ha pasado a todos alguna vez en la vida…

Leonard (Joaquin Phoenix, un gran actor, las cosas hay que reconocerlas aunque aquello de “I’m Still Here” yo no lo comenté en su momento porque no entendí una mierda y no quería quedar como cateta, pero ahora que no nos lee nadie: WTF??) es un tío inestable y bipolar que acaba de salir de una relación que le ha dejado jodido-no-lo-siguiente así que está viviendo (y trabajando) con sus padres (la madre es la grandísima Isabella Rossellini, qué gusto cada vez que la encuentro en una peli…) a los que tiene todo el día encima por si se vuelven a repetir sus inclinaciones suicidas.

En este momento tan pleno y satisfactorio de su vida dos mujeres aparecen para terminar de hacerle la picha más un lío si cabe: por un lado Sandra (Vinessa Shaw), hija del socio de su padre y una chica estupendamente preciosa y sencilla, con trazas de nuera ideal y que está coladita por él desde el principio. Por otra parte Michelle (Gwyneth Paltrow, que también está muy bien en el papel), la típica tía complicada de huevos que está metida en una relación tóxica y a la que sólo le falta un cartel de “Biohazard” para que echemos a correr en dirección opuesta. Vamos, lo contrario que se suele hacer en estos casos, y el tarado de Leonard no iba a ser una excepción así que ya os podréis imaginar que se enamora de ella perdida e inmediatamente.

«Cómo que me quieres?? Yo pensé que me pagabas las Fantas porque eras mi amigo…»

A partir de ahí, pues lo dicho, la vida misma: que cuanto menos probabilidades de éxito haya en una relación, más tiempo y sentimiento invertiremos, porque total, como tenemos corazones de sobra (no te jode, ni que fuera esto el “Zelda”…), pues ala, a que nos lo vaya pisoteando por ahí gente cuyo corazón a su vez están siendo zarandeado por un tercero. La típica cadena enfermiza y esquizoide por todos conocida.

En eso la película es fiel a la realidad, tanto en el fondo, como en la forma: fotografía fría tirando a gélida que hace que te arrebujes bajo la batamanta durante toda la película porque el frío de Nueva York se transmite con viveza; diálogos ásperos y situaciones realmente feas. Vamos, lo que vienen siendo esos sórdidos momentos que solemos borrar de nuestra memoria. No nos engañemos, la vida es así el 90% del tiempo, lo que pasa es que si uno está enamorado (o cree estarlo, que para el caso es lo mismo…), las cosas cogen un tinte rosado que visto desde fuera es el mismo sepia asqueroso que tiñe todo lo demás, pero en fin… (sí, ¿qué pasa? Hoy tengo el día un poco “me cago en el amor”. Igual mañana toca otra vez “love is a many splendored thing” -os iba a poner “La colina del adiós”, pero os habría spoileado y esto seguro que ya lo habéis visto todos, horteras de bolera!-).

«Me gustas mucho. Eres mi primera segunda opción…»

La peli es realista hasta en su resolución. Si la habéis visto ya y queréis que hablemos de ello, veníos al saloncito azul, que van a servir el café allí. Si no, pues la veis y juzgáis vosotros, pero a mí me ha dejado un sabor de boca bastante amargo y eso que no me ha quedado muy claro si acaba bien o acaba mal (a mí que me dejen de estos rollos pretenciosos con ínfulas y ópera de fondo y que me den comedia romántica en vena que es lo mío: me voy a teñir de rubia aunque me parezca a la Madonna de True Blue…).

Mientras tanto en el saloncito azul, gente fumando en pipa comenta los SPOILERS:

A ver, que tengo clarísimo que la peli acaba mal, lo que pasa es que tampoco había final feliz posible más allá de este insatisfactorio “infelices para siempre”: Leonard acaba siendo plantado por Michelle (que a su vez no consigue escapar de la adicción que tiene hacia su amante casado caradura de manual), así que decide conformarse con la placida estabilidad de Sandra en lugar de optar por el mucho más melodramático suicidio.

A mí me pareció del todo predecible, pero claro, yo es que en otra vida fui Leonard, Michelle y Sandra, todos a la vez, así que ésta me la sabía…