The Future (Miranda July, 2011)

the future

¿Qué harías si pensaseis que sólo os queda un mes para conseguir hacer todo aquello que siempre soñasteis? No un mes de vida, sino que sólo durante los siguientes 30 días tuvierais la oportunidad de conseguir vuestras aspiraciones, aquello para lo que estáis llamados, lo único que os podría hacer felices el resto de vuestra vida?

Pues cagarla. Fijo.

Los protagonistas del segundo largometraje dirigido por Miranda July son una pareja de treintañeros formada por la propia July y Harnish Linklater que, ante la decisión que han tomado de adoptar un gato enfermo que requerirá multitud de cuidados (que veo yo claramente como sucedáneo de la elección vital de muchas parejas de tener un hijo cuando ya han llegado a un punto en el que parece necesario aparearse o romper) y que les será entregado en un mes, caen en la cuenta de que apenas les queda ese tiempo para hacer las cosas que querían hacer antes de estar acabados (en el sentido de terminados, sin posibilidad de evolución).

el hastio en la pareja

-¿Chino o pizza? -No, mejor adoptamos un gato…

Lo primero que hacen, por tanto, es dejar sus respectivos empleos y empezar a hacer cosas de lo más absurdas, pero claro, supongo que cada uno tendrá en su cabeza una idea de lo que querría ser y no es: ella, profesora de baile, decide grabarse realizando una coreografía distinta (pero de esas raras, raras, raras) cada día y colgándola en Youtube; él (operador de servicio técnico) empieza a trabajar en una organización protectora del medio ambiente vendiendo árboles a puerta fría; deciden quitar la conexión a Internet (WTF?? Aunque pensándolo bien…); etc. Vamos, que lo que están es absolutamente desesperados por encontrar algo que dé sentido a sus vidas (y quien no?).

Cómo no sentirse identificado con estos elementos inseguros, frustrados, huérfanos de una conexión espiritual, que no saben aceptar lo inevitable, tan paralizados por la necesidad de asumir la responsabilidad como por el temor a quedarse atrás si no lo hacen, y, en definitiva, dominados por su miedo a crecer, como lo estamos todos (o la mayoría) de los jóvenes maduros de nuestra generación. Menuda panda de peterpanes con tecnología que estamos hechos…

Además de la identificación (dentro de su enrevesamiento algo amanerado, esta escena no incluida en la peli sobre la procrastinación me ha llegado al alma) , me ha gustado la comicidad sutil pero, en mi opinión, inteligente que destila “The Future”. El problema es que la película tiene una manera de contar las cosas que se te hace eterna en ciertos momentos, otros que se pasan de alegóricos (como éste, por ejemplo…) y un defecto insuperable, al menos para mí: las apariciones del gato Paw-Paw y su parlamentos (con la voz de Miranda July) me resultan insoportablemente ridículos y de un moñas acojonante.

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“En realidad prefiero mil veces vivir en un mugriento callejón a que me adopten ese par de tarados memos”.

Ah sí, esta peli también obtuvo premios en Sundance y Berlín, por si eso hace que os guste más. Allá cada cual.

Me and You and Everyone We Know (Miranda July, 2005)

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Miranda July es una fumelia de cuidado. Artista, músico, escritora, actriz y directora de cine, en 2004 fue nombrada por la revista Filmmaker Magazine como la número uno de las “25 New Faces of Indie Film”. Y ya sabéis lo que pasa con estas películas independientes: que lo mismo que a algunos les encantan, otros las detestan. Yo soy de las que, a priori, les atrae este tipo de cine. Quiero decir que me gusta ver estas películas. Aunque después de verlas muchas veces se me queda una cara de póker que tarda varios días en desaparecer porque, la verdad, creo que mi gafapastismo no llega a tanto como para entenderlas. O sí. O qué se yo…

En este caso estamos ante una comedia a medio camino entre la mordacidad cruenta de Tod Solonz (que mira que es retorcido el tío…) y el gamberro cinismo (pero con esa chispa de lucidez tan refrescante) del Show de Sarah Silverman. Vamos, que en todo momento está uno esperando que pase algo realmente precioso y emocionante o tan espantosamente horrible que nos traumatice para siempre. Pero por suerte (y por desgracia) no ocurre nunca ninguna de las dos cosas…

forever

Esto, aquí donde lo veis, es una marranada degeneradísima y sin embargo, una cosa muy tierna a la vez…

La historia, aunque es coral, está más o menos protagonizada por una video-artista algo flipada (bueno, mazo de flipada, pero de buen corazón) que un día conoce a/tiene un crash on un vendedor de zapatos recién separado y padre de dos hijos (John Hawkes) de seis y catorce años, que pasan el rato practicando el fake-cybersexo en Internet. También tenemos a dos adolescentes que van de precoces y a una niña de, no sé, ¿nueve años? obsesionada con el menaje del hogar y esos trastos que todos juntos conforman el horror de la Sección Femenina denominado “el ajuar”. Así, por contaros un poco la variopinta fauna que puebla el film.

Sin que sea rompedora (ya os digo que en muchos momentos roza la subversión pero no termina de caer en ella) ni emocionante (pese a tener hallazgos y escenas que te enternecen, como esta), es una película bonita y esperanzadora sobre la forma de relacionarnos hoy día, que además es entretenida y tiene momentos divertidos. Lo que teniendo en cuenta como está el patio, está bastante bien.

Me and You

Porque las mujeres nunca tenemos suficientes zapatos…

Creo que ganó el Premio Especial del Jurado en el Festival de Sundance de 2005 y se llevó también la Cámara de Oro en Cannes, por si eso significa algo para vosotros…