Cuerpos descosidos (una novela de Javier Quevedo Puchal)

Cuerpos Descosidos

Prolegómenos que nunca soy capaz de evitar…

Nunca es fácil comentar la obra de alguien cuando ese alguien podría llegar a leer tu comentario. Por ejemplo, me ha resultado infinitamente más sencillo hacerle una crítica a Spielberg, que jamás dará con sus huesos en este blog, ni me podría rebatir mis argumentos (o decirme en la cara misma: “no has entendido mi película, guapa”), que reseñar las obras de teatro de Luis Felipe Blasco Vilches que además de un dramaturgo talentoso, es amigo…

La dificultad se encuentra principalmente en ser sincero y en ser capaz de expresar con el mayor grado de acierto lo que la obra nos ha inspirado, independientemente de que esto sea lo que su autor pretendía. Por lo que respecta a la sinceridad, he tenido mucha suerte porque nunca he tenido que exagerar mi entusiasmo. Sobre lo otro no estoy tan segura de haberlo conseguido, pero lo seguiremos intentando…

Conocí a Quevedo Puchal (también conocido en estos mundos dospuntocéricos -tener ahora a Mary y sus neologismos en los universos virtuales es de lo más enriquecedor…- como Caótico, bloguero que regenta con éxito no uno, sino dos puntos de encuentro: por el día La invasión de las ultracerdas disecciona con su fresca ironía la cultura pop de la más petarda actualidad y por las noches, Walpurgisnacht nos introduce en terroríficos y siniestros submundos -o es al revés? ;p-) en persona de forma totalmente casual en la pasada Feria del Libro de Madrid pero ya hacía algún tiempo que “nos comentábamos” en nuestros respectivos blogs (yo llegué al suyo a través de Sonia Unleashed, como a tantas otras cosas…).

El tema mollar: comentario de “Cuerpos descosidos”

La tercera novela de Quevedo Puchal (“El tercer deseo” y “Todas las maldiciones del mundo” son sus anteriores trabajos) cuenta una historia de aquellas sobre las que quizá no querríamos leer más que si nos aseguran que no ocurrirán jamás (¿no son para eso las historias de horror, misterio y hasta las de ciencia ficción: para que podamos, después del miedo disfrutado, despertar en nuestra segura realidad? El problema es que, en este caso, la ficción se acerca demasiado a la certeza…). Varios personajes (un chapero en Ámsterdam, una artista gráfica en Valencia, un adolescente en un pueblo de Inglaterra) en diferentes momentos y lugares pero atenazados todos por la culpa y arrastrando en su existencia a aquellos que quieren y les quieren a los infiernos en que convierten su cotidianeidad.

Es mucho mejor no saber nada más y adentrarse en sus páginas lo más virgen posible para dejarse sorprender y subyugar no sólo por el devenir de la historia, sino por las imágenes que nos evocarán las palabras. Una lectura muy orgánica, física, que llega a doler. Con esa atracción que provoca la propia sangre: algo que no puedes evitar mirar aunque te sobrecoja. Y esa fascinación que debe de tener, principalmente porque no paramos de hacerlo, el arrancarse la costra de una herida que no ha terminado ni mucho menos de sanar, para arrepentirnos un segundo después de haberlo hecho…

“Cuerpos descosidos” me parece que está emparentada directamente con “La piel que habito” de Almodóvar: oscura, morbosa, gore sin necesidad de ser ultraexplícita en lo físico y sobre todo en lo emocional. Leyéndola (o más bien devorando sus páginas, porque su lectura te engancha y no te suelta hasta el contundentísimo final) también pensé mucho en el Stieg Larsson de Millenium, no me preguntéis porqué… No me parecen estos dos malos referentes (aunque a saber qué pensará el autor XDD) para una novela que además de ser adictiva y peligrosa porque toca teclas casi prohibidas, está muy, pero que muy bien escrita.

Si os apetece leerla, la podéis adquirir a un precio estrella: 7 euros, en la web de NGC Ficción.