Mientras él escriba, leeremos buenas novelas
5 mayo, 2010 2 comentarios

Si alguna vez había tenido alguna reticencia hacia el autor de «Cujo» («escritor de Best Sellers», «del terror y la ciencia ficción no puede salir nada serio», «escribe libros como si fabricara Ford Ts»), ahora me declaro ferviente admiradora de uno de los novelistas más grandes que ha dado esta época de entre siglos en que vivimos.
Stephen King es a la literatura lo que Hitchcok al cine: son autores que buscan la satisfacción del gran público y que además ¡lo consiguen! Sus obras son comerciales y poco pretenciosas, pero además tienen destellos de genialidad y la suficiente carga de profundidad para enganchar a audiencias más exigentes, siempre que estas estén libres de prejuicios.
Con «La torre oscura», su proyecto más ambicioso, King nos arrastra a un mundo salido de la imaginación de una mente híbrida entre Tolkien y Sergio Leone, y desde ese momento hace que la búsqueda de Roland también sea nuestra, y que el hombre de negro, sea también nuestro némesis.
Pero lo que de verdad me ha dejado boquiabierta es su ensayo «On Writing (Mientras escribo)». Impresiona (quizá por ser la primera vez que «oía» su verdadera voz sin el filtro de un personaje y una historia) la sencillez y claridad con la que explica sus argumentos y el compromiso que demuestra con toda una vida dedicada a contar historias.
Todo ello unido a su habitual sentido del humor lleno de ironía, hace que la lectura de esta clase magistral sobre el oficio del novelista y el difícil proceso creativo sea un auténtico placer.
Me gustó especialmente su definición de la escritura como un intercambio de mensajes telepáticos con el lector a través del tiempo y la distancia. Lo convierte en un acto muy íntimo con otra persona que puede llegar a adquirir cierto grado de «magia» cuando se consigue transmitir una emoción. Es por esto que leemos… y que escribimos.