Café de Flore (Jean Marc Vallée, 2011)

No me ha entusiasmado demasiado esta película formada de dos historias tan diferentes (¿o no?) ni su resolución final a lo new age: me ha sobrado metraje por todas partes y supongo que no me he terminado de identificar ni con la madre abnegada y proletaria de niño Down, ni con el molón DJ pequeño burgués que ha abandonado a la madre de sus hijas, su «novia de toda la vida», porque ha encontrado un nuevo amor. Yo debo de estar en algún lugar intermedio entre ambos…

Tampoco es que me haya epatado la alabada interpretación de Vanessa Paradis y tendré que ver «C.R.A.Z.Y.» para saber si tanto bombo por el canadiense Vallée realmente merece la pena (porque «La reina Victoria»… en fin… a mí me gusta, pero reconozco que es un folletín regio).

Aunque como me ha hecho plantearme dos reflexiones, su visionado no ha sido baladí (ahí queda la pedanti-frase topiquera del día), a saber:

En primer lugar que de las películas, como de la vida, acabamos extrayendo el mensaje que nos conviene en cada momento. Supongo que vamos por la vida más perdidos que el Dalai Lama en el Club de la Lucha y cualquier atisbo de luz nos sirve: «coño, a ver si al final sí que van a existir las almas gemelas y yo ahí, follándome a todo perro pichi…» o todo lo contrario «me parece que va a seguir esperando su media naranja Rita la pollera, que yo me voy a poner a follisquear como si los mayas tuvieran razón…» .

¿Y si la broma cósmica es que nos estemos enamorando una y otra vez de la misma persona…?

Y puestos en ese plan, decido quedarme con el otro mensaje que yo he captado (o querido captar) de «Café de Flore» (porque sobre el tema de las almas gemelas os diré que opino que son como las abducciones extraterrestres, que todo el mundo duda de ellas y el que dice haberlas vivido es tomado por un loco; aunque en el fondo a todos nos de envidia y nos apetezca que nos ocurra porque confiamos en que con nosotros funcionaría y no acabaríamos siendo sodomizados, literal o metafóricamente): el de que la música es un vehículo casi místico que nos evoca recuerdos, provoca sensaciones o nos conecta a los demás.

En este caso además, los ejemplos para ilustrarlo están escogidos con un buen gusto que asusta, y a mí eso me gana y me seduce como casi nada en el mundo… Debe de ser mi particular perversión.

The Ultimate Petarda Collection

Para celebrar que oficialmente comienzan mis vacaciones, me voy a dar el gustazo de crearme una playlist que me amenice este (corto, demasiado corto) periodo.

Y como no están las meninges para mayor recalentami
ento, voy a recopilar las canciones más petardas que se me ocurren, aquellas con las que no puedo evitar montar coreografías o coger lo primero que pille a modo de micrófono para desgañitarme a gusto…

Seguro que no están todas las que son, porque esta es my own private collection, pero sin duda son todas las que están.

Ah, por cierto, no hay nada en español porque eso se merecería otra recopilación.

100. Hot N Cold (Katy Perry)

Esta joven californiana salto a la fama por «besar a una chica», y en «Hot N Cold» le echa una bronca a un tío que lo pone fino. La chica no veas cuando se cabrea, eso que sus padres son pastores evangélicos…

Lo que está claro es que su disco se ha vendido como rosquillas (jojojojo).

99. Karma Chameleon (Culture Club)

Vamos con otra super gayer. De los Village People es la que más me gusta (YMCA, In the Navy o Macho Men es que son totalmente de La Ostra Azul, aunque muy divertidas, eso sí).

Probablemente sea más popular la versión que hicieron Pet Shop Boys, pero de Neil Tennat y Chris Lowe tengo otra joyita reservada…

92. 9 to 5 (Dolly Parton)

Alucinante. La Parton actúa en Disney y la que tiene más pinta de personaje de ficción es ella,:jo, qué pelucón… Por cierto, debió de gustarle mucho el tema de los parques temáticos porque montó uno ella misma: Dollywood (vivir para ver…)

La canción es todo un homenaje a los chupatintas que nos partimos el lomo todos los días para que nuestros jefes se llenen el bolsillo.

FYI: La canción meloso petarda por excelencia que gorgoriteaba Whitney Houston en esa -cosa -que-dice-ser-una-peli llamada «El Guardaespaldas«, «I will always love you«, la compuso esta señora de oxigenada melena y busto prominente. No, oye, al César lo que es del César….

91. Copacabana (Barry Manilow)

Me imagino esta canción como la que ponen en la Amércia profunda para acabar cualquier fiesta, cuando todo el mundo está super borracho y el DJ quiere echar a la gente; algo así como nuestro «Desde Santurce a Bilbao».

Sólo que a mí no me echarían en absoluto y me marcaría un numerazo que me río yo de Rachel. Ay, lo que habría dado yo por ser una Showgirl

Continuará…

THE ULTIMATE PETARDA COLLECTION

The Ultimate Petarda Collection II
The Ultimate Petarda Collection III
The Ultimate Petarda Collection IV
The Ultimate Petarda Collection V
The Ultimate Petarda Collection VI
The Ultimate Petarda Collection VII
The Ultimate Petarda Collection VIII
The Ultimate Petarda Collection IX
The Ultimate Petarda Collection X
The Ultimate Petarda Collection (Bonus Tracks I)
The Ultimate Petarda Collection (Bonus Tracks y II)